País

Iniciativa para reducir la desigualdad

Moneda Par: una criptomoneda social nacida en Argentina

Un grupo de profesionales y emprendedores de la economía social, generó un sistema de crédito basado en una moneda virtual propia. Los usuarios comienzan a “gastar a cuenta” hasta que logran vender sus productos. El sistema está registrado en el Inaes


Diego Penizotto

Las criptomonedas existen, son conocidas y desarrolladas, desde hace más de diez años. No obstante el boom en torno a las criptomonedas al cual asiste el mercado financiero desde hace seis meses, es uno de los grandes hitos globales que dejará marcado en la historia el año de la pandemia.

El Bitcoin, la criptomoneda más conocida, tal vez la más antigua, y la de uso más extendido, sextuplicó su cotización entre fines del mes de octubre de 2020 y abril de 2021, pasando de u$s 10.500 por cada Bitcoin a casi u$s 63 mil. El crecimiento de precios es similar para otras monedas virtuales menos conocidas.

La tendencia entre otras cosas, guarda relación con la incertidumbre que la pandemia generó respecto de los instrumentos financieros tradicionales, y con la elección de grandes inversores globales ligados a la innovación y la tecnología, como Elon Musk.

En Argentina no obstante, un grupo heterogéneo de economistas, emprendedores, trabajadores de empresas recuperadas, y operadores de blockchain locales, decidieron capitalizar los beneficios del sistema cripto para dar origen a “Moneda Par”, una iniciativa que busca reducir la desigualdad que miles de familias padecen al intentar acercarse al sector financiero, y abrir al mismo tiempo una puerta de oportunidades para la economía social.

La idea nació en 2016 a raíz de las políticas monetarias restrictivas aplicadas en ese momento en el país, con tasas de interés de corto plazo particularmente altas y la necesidad de las cooperativas y las organizaciones de la economía solidaria y social de acceder al crédito.

Un sistema monetario complementario

“El sistema monetario en general y el dinero, son construcciones sociales que se pueden cambiar y transformar”, explica Sebastián Valdecantos, economista y fundador de Moneda Par.

“Decidimos generar un sistema monetario complementario siguiendo algunas experiencias exitosas en el mundo, como Sardex en Italia, que trabaja formando redes de intercambio entre diferentes actores, donde el medio de intercambio no es la moneda de curso legal sino una moneda complementaria emitida por la propia comunidad de usuarios” agrega Valdecantos, actualmente coordinador del proyecto a nivel nacional.

“La idea era evitar experiencias del pasado como la del trueque, que en un momento significó la falsificación de los créditos que se otorgaban, y luego el colapso del sistema”, abunda.

El proyecto parte de la premisa de que hay una porción importante de la población que no logra acceder al crédito tradicional, o que lo hace en condiciones de usura.

En ese marco, y dado de que solo el BCRA y los bancos comerciales pueden “crear” dinero fiduciario, Moneda Par busca generar un sistema en el que el dinero es creado por la propia comunidad en base a sus capacidades productivas.

No se trata de una moneda de curso legal. Pero en tanto y en cuanto las partes tengan la voluntad de utilizarla y exista mutuo acuerdo en su utilización, el Código Civil y Comercial habilita la metodología.

El funcionamiento es sencillo. Los usuarios que se suman a Moneda Par reciben un crédito inicial de monedas, entendido como la posibilidad de “gastar lo que no tiene”, que se repaga a través de las ventas que el propio usuario realiza más tarde, aceptando Moneda Par como medio de pago.

Moneda Par solo se utiliza como medio de cambio. La unidad de cuenta sigue siendo el peso argentino, y la intención es no usarlo como depósito de valor.

Método para fomentar el intercambio entre sectores productivos de la economía social

La metodología abre una enorme oportunidad para un importante universo de emprendedores, especialmente aquellos enrolados en la economía social, a los cuales les cuesta encontrar soporte financiero en el inicio de sus actividades.

En el universo Moneda Par, todos los usuarios son catalogados como “prosumidores”, en tanto el sistema funciona con actores que consumen lo que ofrecen otros y al mismo tiempo producen para satisfacer la necesidad de otros usuarios.

La teoría económica asigna tres funciones al dinero fiduciario: medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor. De esas tres, Moneda Par solo cumple la primera. Las transacciones se realizan en Moneda Par. No obstante, la unidad de cuenta sigue siendo el peso argentino.

“De por sí es complejo que las personas acepten como medio de cambio una moneda que no es la de curso legal. Doblemente complejo si además se rompe la unidad de cuenta, que es algo que ya está instalado en la mente de los usuarios”, explica Valdecantos.

Por otra parte, los creadores del proyecto procuran que no exista acumulación de Moneda Par, dado que el objetivo primordial es impulsar las transacciones. No es la intención generar un instrumento que sirva como depósito de valor, sino instrumentar un método para fomentar el intercambio entre sectores productivos de la economía social, y es por ese mismo motivo que la equivalencia de Moneda Par a pesos es uno a uno.

Moneda Par como construcción social

Llegado este punto, el mayor interrogante es si la Moneda Par puede convertirse a pesos. “No existe una conversión institucional. Un usuario no puede ir a un Nodo a entregar 100 Moneda Par y exigir a cambio 100 pesos. No obstante es imposible evitar que los propios usuarios intercambien entre sí sus tenencias de Moneda Par”, indica Valdecantos.

Los propios usuarios ejercen el control en relación a los precios a los que cada prosumidor ofrece sus productos en la plataforma. “La propuesta es que la gente tome para sí el gobierno del proyecto, y entienda que el sistema monetario en general y el dinero en particular, son construcciones sociales que se pueden cambiar, y que como toda construcción social es necesario participar activamente para transformarlas”, apunta.

La red se estructura a nivel local con un grupo promotor creado ad hoc que conforma un Nodo. A su vez cada Nodo tiene un representante en la asamblea nacional, que es la que administra el proyecto.

En cuanto al encuadre jurídico, el sistema está registrado en el Inaes como un sistema de órdenes de pago mediante una asociación mutualista que facilita la estructura legal. Eso posibilita a los agentes de la economía social, facturar sus operaciones en Moneda Par.

A nivel nacional, el sistema ya agrupa a más de 400 usuarios activos en más de diez Nodos ubicados en Capital Federal, La Plata, Luján, Moreno, Guernica, Santa Ana, Sierra de los Padres, Mendoza, Merlo (San Luis), Traslasierra (Córdoba) y Rosario.

Comentarios