Luego de una saga de quince funciones en marzo pasado en la sala Lavardén, y tras su segunda temporada en calle Corrientes, regresó a la ciudad, esta vez al teatro El Círculo (Laprida y Mendoza), el unipersonal Yo amo a mi maestra normal, escrito, protagonizado y dirigido por el actor Juan Pablo Geretto. Las funciones de sábado y domingo agotaron la capacidad del más bello teatro rosarino, y agregó dos funciones para el viernes y sábado próximos, a las 21.
En el unipersonal, ganador de tres Estrella de Mar y una mención al José María Vilches, Geretto compone a la Maestra, la misma que supo recrear en los comienzos de su recordado Solo como una perra, con el que por varias temporadas se presentó tanto en la ciudad como en el resto del país.
A partir de este personaje, el actor propone, más allá del humor y de su conocido histrionismo, un singular viaje por la historia de la educación pública argentina. De este modo, en Yo amo a mi maestra normal está aquella misma maestra que Geretto construyó con los lugares comunes, vicios, dudas y certezas de esas que vio o escuchó en su primera infancia, pero el texto, sabiamente acompasado por el aporte de Andrea Fiorino, otra rosarina talentosa quien hizo las veces de dramaturga en el traspaso de un monólogo al texto de un unipersonal (en el programa de mano figura cariñosamente como “coach de guión y emocional”), vuela alto y con otro destino.
Filosa y mordaz como nunca, esta Maestra muestra los dientes, pide a sus colegas que “no se dejen engañar” con la historia, y es ella misma quien la transita con un paso tan firme que hasta se zambulle en la oscuridad siniestra que parapetó la enseñanza pública durante la última dictadura.
De todos modos, se trata de un espectáculo que es funcional a la capacidad para el humor del actor, quien respecto de la “reconstrucción” que hace de su personaje relató: “Creo que de todos los personajes de aquella época el de la Maestra era el que estaba destinado a seguir, el que más peso tenía por el rol que una maestra cumple en la sociedad. Y, hoy por hoy, siento que ya no estoy haciendo un espectáculo sobre una maestra, sino que estoy hablando acerca de una forma de educar que de algún modo definió los destinos de este país; creo que la cara visible de todo eso es una maestra. El espectáculo habla de una forma que, a través de muchas generaciones, nos ha venido educando, se cuenta un sistema”.
Siendo un personaje tan transitado, el actor también habló, al momento de su estreno en la ciudad, acerca de qué otras cosas de aquella primera infancia aparecieron en su búsqueda: “En realidad, siempre hubo cosas que no decía porque si no entraba en otro espectáculo y el resto de los personajes hubiesen quedado como un coro de la Maestra. Pero además, en estos años, han pasado otras cosas: hace quince años, cuando arrancó, no existían ni las redes sociales y apenas internet. Pero, sobre todo, no existía la problemática docente frente a todo eso. También le van pasando cosas a la educación y a los educadores, y al personaje como tal, y los problemas de la educación, siempre se reciclan, por eso la maestra siempre sigue vigente”.
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