Observatorio

Conversaciones

Modos de entender de qué está hecha la niebla

En su cuarto libro de poesía, “Teoría de la niebla”, Alicia Salinas encara la ardua tarea de salir de un estado para entrar en otro, pasando de una actividad mental a acciones que se desarrollan, singularizando el contraste entre el silencio y el habla


“Lo que importa ahora es disipar la niebla” menciona un epígrafe en uno de los poemas que conforman el libro Teoría de la niebla, de Alicia Salinas. La niebla, este fenómeno climatológico atraviesa justamente la lectura del libro con un efecto espeso a la hora de leerlo. “Niebla es una palabra muy poderosa, que nos lleva a un referente claro, porque todos en algún momento hemos estado en contacto con la niebla. Hay un intento de la voz poética de entender por qué está en el medio de la niebla, de qué está hecha”, menciona la autora. La particularidad es que en Teoría de la niebla, ese fenómeno se encuentra dentro de la casa. “La casa como un espacio donde se puede generar cierta sustancia que envuelve, que confunde, que puede ser peligrosa también, porque cuando estamos en el medio de una nube no sabemos a dónde tenemos que dar el paso para salir de ella, entonces nos pone alerta y a pensar, a teorizar. Hay toda una búsqueda mental, una necesidad de saber, de entender, de acceder al conocimiento, de esto que envuelve a la voz poética, justamente para disiparla, para salir de ella, hay una voluntad de salir de esa niebla”, señala.

Lo negro que se vuelve más negro

El libro está dividido en dos partes: la primera llamada “Las voces” y la segunda “Las formas”. Esas dos columnas son en las que se apoya el libro, que aunque posee la misma voz poética, la oscuridad está presente en mayor medida en la primera. “Fui verificando que en todos los discursos: religiosos, míticos, de leyendas, en la ciencia, se habla siempre sobre que hay una oscuridad, un vacío, un caos, una nada, y un poco eso lo reflejan los poemas porque se habla mucho de la tiniebla, de lo negro que se vuelve más negro, de los átomos, de las constelaciones, de los planetas, hay algo de eso dando vueltas”, dice. El último poema de la primera serie, la poeta lo denomina “del Big Bang” porque hay un estallido, una búsqueda de una iluminación y de una posibilidad de que las cosas vayan adquiriendo una forma más concreta, más compleja y toda esa actividad mental, esas preguntas, esas búsquedas, se van respondiendo y se van transformando en una práctica también, ya que se pasa de la actividad mental a acciones que se desarrollan. “El libro no implica un relato sino que se puede pensar en una trayectoria, desde el inicio hacia el final, que es más que nada una expresión de deseo. De que haya una ruptura, de que haya una apertura, que pueda salir otra cosa de esa oscuridad. Me parece que lo que reflejan los poemas es una especie de muerte y nacimiento, algo debe morir para que otra cosa nazca”, agrega Salinas.

Entre el silencio y el habla

A Salinas le interesa desarrollar este tipo de dualidades. En libros anteriores también trabajó otros contrastes como son los de “lo vacío/lo lleno” y “la luz/la oscuridad”. En este libro el contraste se podría decir que es entre el silencio y el habla. “Ese silencio como un mandato femenino. En esta búsqueda de la voz por salir del encierro, de la opresión que le significa la casa, el hogar que no está representado como un lugar idílico sino como un espacio donde muchas veces se debe sobrevivir; el silencio ha sido una estrategia de supervivencia, a veces se ha alcanzado la lucidez y a veces se ha hablado la lengua del infierno”, dice.

Las voces que traen las mujeres

En relación a romper con ese mandato que es el silencio, Salinas también agrega que hay algo en el aire de la época que inclusive se ha sintetizado en una consigna que es “No nos callamos más”. “La niebla es el humo, son los velos, son las telas. Aparecen esos elementos. Pero nunca es una gesta individual únicamente por más que haya la voluntad, hay discursos sociales que habilitan, esas voces que aparecen en la oscuridad, en la nada, y que a veces es necesario un recogimiento para poder escucharlas. Las voces interiores y las voces que las mujeres traemos como memoria, porque lo que nos callamos nos lo tragamos y va pasando de generación en generación. Ahí aparecen las ancestras, el linaje femenino sobre todo, en las poesías se nombra a la madre, a la abuela, después está la hija, esas voces se activan, son históricas, están presentes”.

Abrir la puerta y salir

Hay un mundo privado pero que también es colectivo. Y que se hace más visible en la segunda parte del libro, en la que la libertad es un elemento más recurrente en las poesías. Como en la primera parte del libro se hace más presente la oscuridad e incluso la denuncia de estados que se agudizan en las tinieblas, en la segunda comienza a aparecer más la luz, lo mullido, lo tibio. “Atravesar la niebla y al fin disiparla, aunque no suceda, se desea que eso pase”, explica.

Acerca si el feminismo permea su escritura, Salinas menciona que tiene que ver con esta frase que se sintetiza en lo personal es político. “La voz, lo doméstico se repliega a lo cotidiano, hacia lo interno, también se está jugando algo de los lugares que genéricamente vamos a ocupar. Incluso en uno de los poemas, se habla de abrir la puerta, de salir, cómo salimos de esto, cómo podemos dejar atrás lo que nos hizo daño, siempre me interesa el tema de la transformación”, finaliza la poeta.

Alicia Salinas

Nació en 1976 en Rosario. Ha publicado tres libros de poesía: La sumergida (en 2003 y en 2016 una segunda edición virtual), Gallina Ciega en 2009 y Tierra en 2017. Teoría de la niebla es su cuarto libro y fue editado por Baltasara Editora en agosto de 2019, resultando ganador de la Convocatoria Editorial 2018 de la categoría Poesía.

Comentarios