Horacio Aziz, presidente de la Fundación Argentina de Trasplante Hepático, aseguró que las principales causas de miedos e inseguridades a la hora de considerar la posibilidad de donar los órganos, “son generalmente la resultante de la falta de educación e información acerca de esta temática que nos involucra a todos”.
Por tal motivo, Aziz destacó que “la educación es el camino para poder decidir” si se quiere ser donante de órganos.
En ese contexto, la Fundación Argentina de Trasplante Hepático elaboró una serie de preguntas y respuestas para dejar de lado con los mitos en relación al tema:
¿Quién puede ser donante de órganos? Sencillamente, todo aquel que generosamente quiera donar en vida a aquellos que aguardan un trasplante como única y última posibilidad de continuar viviendo.
¿Quién garantiza la transparencia en el acto de la donación de órganos? El Incucai, único organismo oficial que tiene autoridad para solicitar la donación y proceder a ejecutarla. Fiscaliza las actividades de donación y trasplante de órganos en el país.
“No quiero que se mutile mi cuerpo”. El cuerpo es tratado con gran respeto y dignidad. Los órganos donados se obtienen con todos los cuidados de una operación quirúrgica de rutina.
“Puedo querer donar un órgano, pero no todos”. La persona puede especificar que órganos quiere donar. En todos los casos se respetarán sus deseos.
“Si saben que quiero ser donante, los doctores no tratarán de preservar mi vida”. El equipo médico que lo trate en vida, no es el mismo que el grupo médico de ablación de órganos. Los profesionales de la salud harán todos los esfuerzos por salvar su vida. Solamente después de agotar todas las posibilidades, y luego de ser declarado fallecido, se considerará la donación.
“Mi religión no apoya la donación de órganos”. Según el Episcopado Argentino, la donación es un “acto de solidaridad y fraternidad humanas y una prueba de que el cuerpo muere, pero jamás el amor que lo sostiene”. Esta postura es compartida por la mayoría de las religiones.
“Nadie va a querer mis órganos por mi edad o condición médica”. Al tiempo de la muerte, el Incucai revisará la historia clínica y realizará estudios médicos para determinar la aptitud de los órganos del donante.
“Debo pagar para realizar la donación”. La donación de órganos es un acto de amor solidario. Nadie puede percibir compensación económica por ello así como tampoco nadie podrá exigir pago alguno por el órgano trasplantado.
“Los ricos y famosos avanzan en la lista de espera mientras que los demás deben aguardar más tiempo”. La posición en la lista de espera no tiene en consideración factores como etnia, edad, ingresos y clase social. Por el contrario, es imprescindible el tipo sanguíneo, la urgencia médica, la ubicación geográfica, el tamaño del órgano y la compatibilidad de los tejidos.
“Tráfico de órganos”. De acuerdo a la legislación argentina, se exige que tres médicos firmen el acta de defunción tras haber certificado dos veces y con un intervalo de seis horas todas las exploraciones necesarias para confirmar el fallecimiento de la persona. Por otra parte, la complejidad, y el gran número de profesionales necesarios en un operativo de trasplante, como así también la necesidad de compatibilidad entre donante y receptor, hacen imposible concebir el tráfico de órganos. El Incucai ofrece todas las garantías de transparencia e idoneidad profesional para asegurar el acto altruista de la donación.
Como resultado, los trasplantes son altamente satisfactorios, ya que permiten restituir al individuo a la sociedad como un ser productivo tanto física como intelectualmente.
“Es mucho más factible que nosotros, o un ser querido integremos en el futuro una lista de espera para ser trasplantados, a que tengamos la oportunidad de donar nuestros órganos al finalizar nuestra vida. La donación de órganos es un acto de amor, una apuesta a la vida”, señaló Aziz.
Para tener en cuenta:
En la actualidad, hay más de 6.900 pacientes en espera de un órgano en la Argentina.
La donación de órganos es posible sólo en 5 de cada 1.000 fallecimientos debido a la escasa posibilidad de fallecer en condiciones de poder realizarla.
En 2011 arrojó cifras récord de donaciones: se realizaron 1.297 trasplantes de 579 donantes reales.
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