Policiales

Drogas de diseño

Mitos en torno a la burundanga

“No te drogan ni te duermen con solo tocar un folleto”, explicó un especialista luego de testimonios de víctimas de abusos que creen haber sido intoxicadas con el roce entre manos o al tocar publicidades. Aseguran que el estupefaciente sólo tiene efecto si se lo inyecta o consume en la bebida


Recomiendan no beber tragos ofrecidos por desconocidos.

Personas que fueron víctimas de violación y que lo atribuyen a drogas de diseño embebidas en volantes publicitarios o por el roce entre manos con desconocidos, como la escopolamina o la de la “violación” forma parte de un concepto erróneo, ya que el estupefaciente utilizado sólo tiene efecto si se lo consume en la bebida o si se lo inyectan a la víctima.

Así lo aseguraron a Noticias Argentinas (NA) especialistas de la Dirección de Lucha contra el Tráfico y la Venta Ilegal de Drogas de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que encabeza el comisionado mayor Manuel Monzón, quienes remarcaron que esa afirmación que muchas veces hacen las mujeres –son la mayor parte de las afectadas por este delito– se debe a que una vez que son drogadas “no recuerdan lo que hicieron 20 minutos antes y 20 minutos después” de ese hecho.

De esa manera, culpan a un repartidor de volantes o a alguien que la tocó en la mano o que le regaló algún objeto, porque “eso fue lo último que recuerdan” antes de perder la conciencia.

Otro de los mitos derribados es el de creer que las personas que consumen LSD (dietilamida de ácido lisérgico) mueren de sobredosis, ya que “es muy difícil que eso se produzca porque se necesita una gran cantidad de dosis para que eso ocurra”, aunque alertaron por la peligrosidad de la misma debido a que “provoca alucinaciones que pueden conducir a un suicidio”.

La droga de la violación

El ácido Gamma-hidroxibutírico (GHB), también conocido como “droga de la violación”, y todos sus derivados, al igual que la escopolamina, a la cual se la llama “burundanga”, generalmente “se venden de forma ilegal en pequeñas botellas de color marrón con tapa tipo gotero”.

La sustancia “se metaboliza de manera muy rápida, por lo que no suele ser detectada en análisis de sangre. En los casos de abusos la sustancia puede ser suministrada aprovechando la confianza generada entre víctima y victimario y administrada en tragos o botellas de agua mineral -en este caso si comparten el consumo de éxtasis en una fiesta electrónica- que pasan de mano en mano”, explicaron desde el equipo de Monzón.

Asimismo, detallaron que los efectos son “pérdida de conocimiento, convulsiones, frecuencia cardíaca lenta, temperatura corporal baja, respiración lenta, nauseas, vómitos y hasta estado de coma y muerte”.

Puede ser “letal dependiendo de la dosis administrada y del físico de la persona. Algunos ingieren algunas gotas para sensibilizar el cuerpo y que le haga mayor efecto las pastillas de éxtasis. Muchas mujeres que son víctimas de violación u hombres de robos, al ser drogados con GHB pierden la memoria 20 minutos hacia atrás y 20 minutos hacia adelante”, detallaron.

En ese sentido, los uniformados de la Policía de la Ciudad sostuvieron que “muchas mujeres dicen que fueron drogadas al tocar un volante que le dieron en la calle o durante el contacto involuntario con la mano de un desconocido, pero eso es erróneo, porque ese es un detalle que recuerdan de antes de ser drogadas”.

“Como no van a recordar el momento en que alguien le suministró las gotas de GHB en la bebida, es muy difícil detener al o los responsables. Lo importante es no aceptar bebidas de desconocidos o que ya estén abiertas y cuidar la que uno compra porque puede venir alguno y suministrarle mediante un gotero esta droga”, advirtieron.

Algunos dicen que además de suministrarla mediante gotas o por una inyección, algunos dicen que se puede usar “un vaporizador, pero eso no está confirmado”.

“Es muy difícil porque para dormir a la víctima se necesita una gran dosis y eso significa que pueda ser afectado también el victimario. Pero que quede claro que generalmente los boliches, bares o locales de comidas rápidas pueden ser un ámbito ideal para este accionar delictivo”, agregaron.

El LSD y la tendencia suicida

“El LSD es una de las drogas de diseño más viejas y más potentes alteradoras del estado de ánimo. Se vende en papel absorbente, que luego se divide en piezas decoradas. Cada rectángulo de 5 por 5 milímetros sería una dosis, pero como suelen ser muy fuertes y los viajes muy largos, de unas 12 horas, los usuarios suelen dividir ese troquel en cuatro partes, o sea cuatro microdosis”, indicaron. “Es muy difícil que alguien muera por sobredosis, pero sí genera alucinaciones fuertes que pueden provocar autoflagelaciones y hasta persecuciones que pueden derivar en suicidios”, dijeron.

“Capaz que alguien siempre tomó LSD y tuvo unos viajes espectaculares, pero un día tuvo un problema personal y al consumir le generó una alucinación terrible y se mató. Por eso, generalmente, cuando se toma LSD en un grupo siempre hay uno que no toma para parar a alguno que pueda sufrir alucinación severa e intente suicidarse”, precisaron los efectivos antidrogas.

Además, hay personas que “las dosis embebidas de esta droga no solo se la ponen en la boca, sino también en los ojos y las mujeres en la vagina, con el objetivo de que haga efecto más rápido”.

“En los ojos pueden llegar a provocar úlceras. Entre los efectos están las alucinaciones con los ojos abiertos o cerrados, alteración de la conciencia y los sentimientos, además de sentir o visualizar sensaciones o imágenes que al consumidor le pueden parecer reales. Los efectos sobre el sistema nervioso son variables y dependen de la dosis, del entorno en el momento del consumo, estado de ánimo”, señalaron.

Los especialistas afirmaron también que en estos casos surge otro planteo y es el de saber si un troquel de LSD “solo tiene esa droga o si fue cortado con alguna otra sustancia que se desconoce y por ende no se sabe cuáles son los efectos”.

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