La decisión del gobierno de intensificar los controles sobre el mercado cambiario generó ayer una extendida discusión entre dirigentes políticos y empresarios, que plantearon desde el riesgo de “coartar las libertades” hasta la necesidad de una “devaluación”, en medio de la insistencia oficial de calificar la apuesta al dólar como un “mal negocio”.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, alertó desde una posición liberal que “todo lo que sea coartar las libertades, no es bueno”, admitió que medidas restrictivas a largo plazo pueden ser “muy perniciosas” y recordó que “siempre” el Estado “determina si entrega o no los dólares”.
Ante la determinación del gobierno de salir a controlar más estrictamente a través de la Afip a los compradores de divisas, a través de monitorear el origen de los fondos y su capacidad contributiva, Gabbi consideró “probable que estas medidas sean por muy poco tiempo porque de mantenerse por mucho tiempo serían muy perniciosas”.
Y puntualizó que “de la lectura de la circular se puede determinar claramente que aquel que justifique para qué va a utilizar los dólares puede comprarlos”, con lo que, dijo, “no hay una variación tan grande con respecto a lo que pasaba en días anteriores”.
Explicó que “de la lectura de los titulares de los diarios, que dice que el Estado va a determinar quién compra o no dólares, si bien hay una parte de verdad, es relativo porque en definitiva siempre el Estado determina si entrega o no los dólares, sobre todo en este último tiempo, por el cuidado del lavado de dinero”.
“Es probable que estas medidas sean por muy poco tiempo porque de mantenerse por mucho tiempo serían muy perniciosas”, afirmó el titular de la Bolsa de Comercio porteña. Gabbi desdramatizó el asunto, al asegurar que “tradicionalmente en el país y previo a la asunción de un nuevo gobierno hay este tipo de revuelos en materia cambiaria”.
Por su parte, el diputado opositor y ex presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, dijo que la única opción que tiene el gobierno para frenar la demanda de dólares es “vender reservas o devaluar” el peso.
El legislador de Coalición Cívica estimó que con este tipo de medidas “lo que se hace es alertar aún más a la gente de que existe el problema” de no poder contener la demanda de dólares.
“El gobierno ha logrado mantener el tema en la tapa de los diarios durante toda la semana”, acotó el economista de Elisa Carrió, y afirmó que “de esa manera no frena, sino que se alimenta la demanda” de la divisa norteamericana.
A su criterio, “el problema de fondo se manifiesta en el mercado de cambio, pero en realidad es la inflación”, y señaló que “la gente ve que todo sube menos el dólar”.
En tanto, el gobernador chaqueño Jorge Capitanich consideró que el dólar “no es” actualmente “un refugio de cualquier tipo de ahorro en la Argentina” y evaluó que la opción de esa moneda por parte de sectores de la ciudadanía entraña “acciones en muchos casos especulativas de corto plazo”.
“Despejado el horizonte electoral y con la perspectiva de un escenario internacional que tiende a ir resolviendo problemas, Argentina no debería tener ningún inconveniente para que esos ahorristas, pequeños o grandes, dejen de posicionarse en moneda extranjera para hacerlo en ahorro doméstico o en inversiones que incrementen aún más el nivel de empleo”, analizó el gobernador chaqueño, reelecto el domingo pasado.
Además, dijo que la inclinación de la ciudadanía por el dólar se enmarca en “acciones en muchos casos especulativas de corto plazo”.
En tanto, el reelecto diputado del PRO Federico Pinedo dijo estar “preocupado por esto del dólar porque es un síntoma”.
“La gente compra dólares porque tiene miedo, entonces va a lo seguro como otros compran ladrillos. Tienen la sensación de que el dólar está barato y que pueden venderlo más caro. Cuando pasa esto hay que ver cuál es el desequilibrio que está generando eso y cambiar el temor por confianza”, advirtió por radio El Mundo.
Por eso, el reelecto legislador macrista pidió “generar reglas de juego claras, previsibles y hacer un acuerdo político amplio de todos los sectores que diga «Esto va a funcionar de esta manera en los próximos años»”.
“Es todo un desmadre de una gestión patética del Banco Central de los últimos años, que lo que ha hecho es la locura de emitir un 40 por ciento más de moneda por año y deja que le saquen las reservas y le dejen papelitos”, concluyó Pinedo.
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