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México: una explosión en un oleoducto mató 27 personas

El tubo de la petrolera estatal llevaba combustible y, al parecer, fue perforado por ladrones de nafta.

Una explosión de un ducto de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), aparentemente provocada por robo de combustible, dejó ayer al menos 27 muertos y 32 heridos en la comunidad de San Martín Texmelucan , informó el gobierno del estado mexicano de Puebla.

“Hubo una explosión lamentable en San Martín Texmelucan, 27 personas murieron calcinadas, tenemos 32 heridos, 83 casas con daños parciales y 32 con pérdida total”, dijo a la prensa Valentín Meneses, secretario de Gobernación del estado de Puebla.

La explosión se debió a “que una banda de delincuentes perforaron los ductos de la estatal Pemex, se les salió de control”. “Las calles se empezaron a inundar, vino un chispazo, eran ríos de fuego los que veíamos en las calles”, explicó Meneses.

El gobierno de Puebla y la estatal Pemex aseguraron que el siniestro estaba controlado, pero fue necesario desalojar a cientos de pobladores para evitar mayores incidentes. Entre las víctimas fatales se cuentan al menos cinco menores de edad y una familia completa que fue sorprendida por la explosión cuando dormía en su vivienda, añadió el funcionario.

“Lamentablemente en una casa, un matrimonio con hijos resultaron calcinados”, dijo Meneses. La estatal Pemex confirmó en un comunicado que la explosión fue provocada por “un incendio en dos ductos”, a los que de inmediato se les cortó el suministro de combustible.

“Unidades de contraincendio de la paraestatal acudieron al lugar, así como autotanques y motobombas para la recuperación del producto (…). El incendio ha sido controlado y solamente se están consumiendo los residuos del producto”, indicó Pemex.

La zona del siniestro se encuentra cubierta por una inmensa nube de humo negro que se extiende decenas de kilómetros y que llega hasta la ciudad de Puebla, capital de estado del mismo nombre y que se localiza a 32 kilómetros de distancia.

Según testimonios de pobladores, en la comunidad donde ocurrió la explosión, localizada unos 100 kilómetros al este de Ciudad de México, actúan bandas criminales que perforan los ductos para luego vender el combustible a conductores de camiones que pasan por las carreteras cercanas.

Autoridades de protección civil explicaron que la explosión dejó casas con vidrios rotos y una veintena de autos calcinados en un radio de tres kilómetros.

Los cuerpos de rescate, bomberos y elementos del Ejército mexicano fueron desplegados en la zona para atender la emergencia.

Según las autoridades, en los últimos años se ha multiplicado el robo de combustible de los ductos de la petrolera, llegándose a detectar en promedio una toma clandestina cada tres días.

Las pérdidas por la “ordeña clandestina”, como se conoce en México a esta actividad delictiva, se estiman en al menos 10.000 millones de pesos (unos 800 millones de dólares) anuales.

Esta es la explosión más grave que ha sacudido instalaciones de Pemex en 2010. En septiembre pasado, un incendio en la refinería de Pemex en Cadereyta dejó un saldo de dos trabajadores muertos.

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