Economía

Estantería floja

Góndolas vacías: advierten por escasez de leche en los supermercados rosarinos

Las estanterías lucen desde hace días con menos oferta, sobre todo, de las cajas larga vida. En cantidad y en marcas. Referentes de los supermercados, los pequeños negocios, el gobierno provincial y los productores apuntan sus razones. Algunas coinciden, otras son divergentes


Los espacios vacíos en las góndolas de leche larga vida de las grandes superficies comerciales llamaron la atención en los últimos días. En este caso, no por la retracción de los consumos generales en el marco de la crisis que atraviesa el país, sino por el lado de la oferta: ¿por qué escasea el producto en los supermercados y por qué hay menos marcas en sus estanterías?

Cuestiones estacionales –menor producción láctea en enero y febrero–, la baja de producción primaria por el cierre de tambos –proceso concentrado en la primera mitad del año pasado–, dificultades financieras por deudas y altas tasas de interés, y algunos malos manejos de las industrias son algunas causas que esgrimen los actores del rubro. La actividad en general se retrae al calor de los planes económicos de la gestión Cambiemos, incluso las de bienes básicos como los lácteos. Para el gobierno santafesino, sin embargo, la falta de leche es una cuestión coyuntural que no se prolongará salvo que empeore el entorno económico. Lo mismo aducen desde los supermercados, último tramo del circuito antes del consumidor. Referentes de los tamberos son menos optimistas: ven concentración de productores e industrias con el consiguiente poder de imponer las condiciones de mercado y los precios, y falta de políticas públicas para la sector.

Estado retirado

Fernando Córdoba, presidente de la Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe (Meprolsafe), enfatizó que el sector productivo, o los tambos, primer eslabón de la cadena de valor, sufre desde hace años por la ausencia de políticas públicas específicas. “Esto llevó al cierre de muchos y como consecuencia el de varias industrias por falta de materia prima suficiente para la infraestructura montada”, señaló el directivo en diálogo con Radio Universidad. Y apuntó que una consecuencia es la concentración en pocas firmas de todo el negocio. Nombró, como ejemplo, a La Serenísima. Casi un monopolio, calificó su posición de mercado. Con el poder que involucra, en el marco de un Estado en retirada: La Armonía, segunda marca de la firma de Mastelloni que está dentro del programa Precios Cuidados –lanzado en la anterior gestión nacional y reformulado por la actual–, ya casi no se encuentra en las estanterías.

Estacional, en parte

El vocero de la Cámara de Supermercados de Rosario, Juan Manuel López Raidó, centró el problema del faltante en una realidad estacional. “Siempre en verano hay menos lácteos”, zanjó el empresario. También citó las últimas inundaciones que sufrió la cuenca lechera santafesina. Y finalmente, como tercer factor de desabastecimiento, señaló el desvío de la producción hacia las exportaciones, por su mayor rentabilidad que el deprimido mercado interno. El factor es el dólar alto, porque el consumidor no consigue el litro de leche por menos de 40 pesos en las primeras marcas, y apenas por debajo en las segundas.

“Desde hace más de 10 días hay faltantes de leche larga vida, crema de leche y manteca. Además, en los últimos 45 días aumentaron hasta un 50 por ciento los quesos”, advirtió por su parte Juan Milito, titular del Centro Unión Almacenero, que reúne a pequeños negocios de proximidad. “Se abrió la exportación, aumentó la leche en polvo y por lo tanto hay menos en el mercado local. Por eso llegamos a esta situación de faltantes de productos como leche larga vida. A todo esto se suma la falta de consumo y el achicamiento del mercado interno”, añadió el referente.

Problemas puntuales, pero no terminales, según el gobierno

Al gobierno santafesino le preocupa la situación de algunas firmas, pero no consideran que la lechería esté en un punto crítico. Roberto Tión, secretario de Agricultura de Santa Fe, coincide con los supermercadistas en que la escasez de oferta en las estanterías es temporal, y esperada para esta época. Confía en que se superará con los picos de producción que se dan desde mediados de abril hasta junio.

Compra del Ejecutivo nacional a mejor precio que el internacional

Tión apuntó otro factor que puede profundizar el faltante: la compra, por parte del Estado nacional y por licitación, de 2.600 toneladas de leche en polvo fortificada para los planes sociales que maneja el el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, conducido por Carolina Stanley. Fue a principios de marzo. El precio ofrecido es tentador para las firmas lácteas: al cambio actual, 4.620 dólares por tonelada, mucho más que la referencia internacional de la última licitación de Fonterra, en Nueva Zelanda, que se ubicó en 3.186 dólares. Será materia prima que no irá a las bocas de expendio.

El funcionario provincial, de todos modos, admitió la difícil situación de algunas firmas del sector, en el eslabón industrial. Por caso, el de Verónica, con sede porteña pero sus tres plantas productivas en Santa Fe. Tion reconoció que pasaron de las entre 900 mil y un millón de litros a 600 mil, con lo que trabaja al 55 por ciento de sus estándares.

El secretario de Agricultura confió en que la producción primaria, pese a las dificultades y al cimbronazo de cierres de tambos que, dijo, se circunscribió al primer semestre de 2018 pero no continuará. Apuntó que se trata de pequeños emprendimientos (en el 70 por ciento de los casos), la mayoría de tradición familiar, que resisten pese a que hoy el precio que reciben por litro –10,40 pesos en febrero, contra más de 40 que paga el consumidor– apenas les alcanza para cubrir los costos, muchos de ellos atados al dólar.

Córdoba, desde la Mesa de Productores Lecheros, tiene una perspectiva más sombría. Mencionó la liquidación de vientres por parte de los tamberos para pagar deudas. Argumentó que en el actual contexto sólo le queda pagar acreencias achicando su capital productivo. Y advirtió que recomponerlo lleva al menos dos años y medio, desde que nace la ternera hasta que comienza a producir leche.

 

 

 

Comentarios