Guillermo Ferreti
La continuidad de Jesús Méndez en Central parece complicada. El volante redondeó un buen torneo y su nombre suena como posible refuerzo, entre otros, para Boca Juniors. Pero además, la chance de que Méndez emigre está potenciada por cuestiones económicas. Por un lado, el canalla necesita dinero fresco y el tesorero del club, Hugo Ruggiero, ya anunció al menos una venta para este libro de pases. Por el otro, Méndez sabe que su rendimiento en el Apertura le puede abrir puertas para firmar un importante contrato. Algo que, a los 24 años, cualquier futbolista profesional ambiciona.
Esta coyuntura hace difícil imaginar que, ante una buena oferta, Central pueda retener a Méndez. Especialmente si se tiene en cuenta la cláusula contractual por la cual, si alguien ofrece poco más de dos millones doscientos mil dólares por el pase del volante, los canallas no podrán impedir su partida.
Y aunque Méndez se esfuerce por evitar el tema, el propio Manuel Usandizaga admitió en las últimas horas que el volante “es el jugador auriazul con más chances de ser transferido”. Y ayer, en Capital, su nombre sonó con más fuerza que nunca como refuerzo xeneize.
—Después de este torneo que tuviste en Central, y si llega una buena oferta, ¿pensás que es momento de emigrar?
—En este momento estoy tranquilo, y soy jugador de Central. Todavía me queda un año y medio de contrato. Por ahora pienso en el partido que falta jugar con Vélez, porque aunque no me toque estar, los puntos que hay en juego son muy importantes para nosotros. Después será el tiempo de disfrutar de las vacaciones con la familia. Si surge algo, lo analizaré con mi representante.
—¿Sabés que se habla mucho en los medios sobre tu posible venta?
—Sí, pero siempre se habla, y en Rosario más todavía, creo que a veces se habla demasiado. No quiero hablar sobre una posible transferencia porque sería una falta de respeto tanto para el club como para mis compañeros. Además, no me ilusiono con estas cosas porque soy jugador de Central y, si me voy o no, lo decidirá el presidente del club.
—Muchos imaginan que es muy difícil que sigas en Central. ¿Qué pensás vos?
—¿Qué pienso? Que ojalá le ganemos a Vélez para irnos tranquilos de vacaciones (se ríe). La verdad es que me quedaría a vivir acá, en Central. Pero llega un momento en el que uno sabe que, si aparece una buena oportunidad, un jugador tiene que tratar de aprovecharla. Si llega algo bueno, tanto para mí como para Central, me iré. Y si me tengo que quedar, me quedaré porque acá estoy feliz y contento. Estoy jugando y me queda un año y medio de contrato.
—¿Te pasó por la cabeza esto de que ante Godoy Cruz podés haber jugado tu último partido en Central?
—Es cierto. Por ahí uno se pone a pensar y la sensación es rara, y ojalá que eso no quede como una despedida. Pero por suerte acá me fue bien, las cosas me salieron. Ahora sólo falta esperar lo que suceda, y esperemos que sea lo mejor para Central y para mí.
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