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“Ejemplo de jefatura y método”

Megacausa Los Monos: procesaron a Monchi Cantero

Así evaluó la jueza Rodenas el trabajo que desempeñó Ramón Machuca como líder de la asociación ilícita de la llamada banda de Los Monos. El rol de la Policía lo ejemplifica con escucha donde muestra a los agentes como empleados.


Ramón Ezequiel Machuca, de 33 años y más conocido como Monchi Cantero por ser hijo de crianza de Máximo Ariel y Celestina Contreras, fue procesado ayer como uno de los jefes de la banda Los Monos, por el delito de asociación ilícita. La jueza Alejandra Rodenas le trabó un embargo por diez millones de pesos, cifra tildada de “disparatada y mediática” por la defensa del encartado, quien explicó que el monto debe estar destinado a cubrir los gastos del juicio y recordó que en abril pasado ya le fueron decomisados sus bienes. En el mismo fallo, la magistrada procesó a Mariano Salomón, de 38 años, como integrante de la organización y lo embargó por un millón de pesos.

La resolución de Rodenas es la continuación de la pesquisa conocida como megacausa Monos, que inició en septiembre de 2012 el entonces juez de Instrucción Juan Carlos Vienna a partir de un homicidio que nunca fue esclarecido y quedó impune. Fue en mayo de 2013, con el asesinato del Pájaro, líder del clan Cantero, que la causa se activó de repente con decenas de allanamientos, secuestros y detenciones que no pudieron parar la ola de venganzas sangrientas que enlutaron las calles rosarinas.

En febrero de 2014, mientras se acumulaban denuncias contra los policías de la División Judiciales que trabajaban para Vienna, el juez procesó a 36 personas por asociación ilícita, entre ellos 12 policías santafesinos y tres federales, basado fundamentalmente en escuchas telefónicas.

Con ese mismo material probatorio, depurado por la Cámara de Apelaciones, la jueza Rodenas citó seis testimonios que atribuyen a Machuca parte del liderazgo de la banda, pero principalmente transcribe en el procesamiento fragmentos de diálogos telefónicos entre Monchi con miembros de su familia, otros integrantes de la banda y más de una docena de policías, a los que les imparte órdenes. Es por el contenido de esas comunicaciones que la magistrada concluye que en la asociación ilícita Machuca “cumplía funciones de jefe y organizador junto con los aludidos Ariel Claudio Cantero, alías Pájaro, y Ariel Máximo Cantero, alias Guille o Tarta”. Y en una parte de la resolución resume: “Es Machuca el que indica qué hay que hacer, y cómo, y cuándo”.

En relación a que la investigación se base casi exclusivamente en escuchas, punto cuestionado por los defensores por considerar que fueron ordenadas por el juez Vienna sin motivo, Rodenas advierte que “sin menospreciar otras pruebas de importancia, la típica informalidad de las asociaciones ilícitas” ubican a las intervenciones telefónicas como pruebas decisivas a los fines de su acreditación, por sobre otras de mayor espectacularidad, como los allanamientos.

Así, la magistrada analiza sobre todo la particular relación de Monchi con la Policía, que es quizás el punto más curioso de destacar porque a la inversa de lo que ocurre en la mayoría de las bandas, donde los agentes sobornan a los delincuentes, en este caso los uniformados eran sus empleados. De las numerosas escuchas ordenadas, las líneas intervenidas de mayor interés fueron las del Pájaro (antes de su asesinato), el Gordo Vilches, el Negro Ríos y en particular el Monchi, cuya escucha define como indispensable sobre las otras “por su duración, por la riqueza explícita de sus contenidos, por la cantidad y calidad de sus interlocutores y por la ubicación jerárquica de su protagonista dentro de la banda”. Y asevera: “El solo análisis de las escuchas de Machuca sería ya suficiente para considerar como acreditada la existencia, la organización y el funcionamiento de la organización investigada…y su participación en calidad de jefe”.

Policías “empleados”

De las comunicaciones telefónicas que mantiene el acusado con efectivos policiales surge, a criterio de Rodenas, que los 14 uniformados identificados y otros tantos que quedaron en la pesquisa como NN eran parte “integrante” de la banda y nunca impartían órdenes sino que las acataban. La jueza detalla en el fallo los cargos que los efectivos cumplían en la fuerza y sus roles dentro de Los Monos para luego aseverar: “En la totalidad de los casos trabajaban para Machuca, y nunca a la inversa”. Algunos de los que destaca en el fallo son Gustavo “Gula” Pereyra y Juan “Chavo” Maciel, ambos de la Secretaría de Delitos Complejos entonces bajo el mando de Ana Viglione. Sobre Maciel dice que es el que mantiene un contacto más asiduo y regular con Monchi y le informa permanentemente las identidades y actuaciones de otros policías. Es, para la jueza, intermediario con comisarías y le informa sobre investigaciones de su interés. Saca los móviles policiales de zonas de la banda. En la Brigada de Investigaciones estaba Abraham Lescano, a quien le achacaron aportar información variada de la División Judiciales, sobre la dependencia que realizó allanamiento al Pájaro y brindar datos de los procedimientos de la sección donde trabaja. También quedaron como parte de la banda Guillermo “Pipa” Cardini y Germán Herrera de la sección sustracción Automotores, el jefe de la seccional 15ª Ángel Avaca. Juan Tiburón Delmastro y Cristian Floiger operaban desde la Dirección General de Control y Prevención de Adicciones, y entre sus funciones averiguaban la titularidad de vehículos a partir del dominio. En tanto, Eduardo “Comemoco” Enríquez, desde la seccional 2ª, gestionó un allanamiento en un domicilio por pedido de Machuca. La nómina la completan Diego “Pino” Cárdenas, Juan José Raffo, Roberto “Bruja” Otaduy (suboficial de Prefectura), el policía federal Waldemar Gómez y Sergio Blanche.

Con todo, la jueza procesó a Machuca por la presunta comisión del delito de asociación ilícita, atentado contra la autoridad, amenazas coactivas, tenencia de arma de guerra y encubrimiento; y convirtió en prisión preventiva su actual detención. Además ordenó trabar un embargo sobre sus bienes por diez millones de pesos. La misma suerte recayó sobre Mariano Salomón, a quien procesó por asociación ilícita y encubrimiento y embargó por un millón de pesos.

Piqueteros y famosos

La jueza Rodenas le dedica un párrafo a la marcha que el Monchi organiza a la comisaría 15ª.

“Le efectúan disparos a un bunker de Machuca y matan a Caracú Navarro, integrante de la banda. De todo esto Machuca es informado por el Negro, quien recibe instrucciones para asistir económicamente a la familia. En los días siguientes, Machuca se encarga, entre otras cosas, de gestionar un allanamiento policial al domicilio donde se encontraban resguardados los autores, a través del empleado policial e imputado Eduardo Anacleto Enriquez”, sostiene.

Toso se inicia el 20 de mayo de 2013, cuando Monchi discute con un funcionario de esa dependencia de apellido Avaca. Monchi le dice: “Ayer vos me apagaste la radio, […] me tenés que llamar, sino ¿para qué te estoy pagando?, […] vos me tenés que atender, sino le tenés que dejar la radio alguien […] vos sabés cómo es, sos un tipo grande”. Avaca le dice que “me parece que estás equivocado”, “¿vos te pensás que yo voy a trabajar hasta los domingo también?”, y que si “vos no la controla a tu gente pasan estos problemas […] entonces vos también estás en falta”.

A través de las escuchas se sigue el camino de Monchi organizando una marcha a la comisaría 15ª, que finalmente cubren todos los medios.

A las 20:43 horas, Machuca le indica al Negro: “mañana hay que hacerlo… hay que hacerlo… hay que hacerlo, que salgan en la tele, que digan eso. O llamalo al periodista y […] decile el nombre, todo, en la 15, y arreglaron por 15 mil pesos y la soltaron […] Y ya sabés, ahí tenés el nombre, el del milico, mañana escráchenlo al milico ahí, basta de arreglar con los narcos, todo eso”.

Negro: “Listo, listo, ya tengo todo, ya tengo toda la gente, estamos preparando afiches, todo”.

Monchi: “Ahhh… Negro piquetero”.

Negro: “Eh, boludo, si no hay otro trabajo…”.

Una causa extensa y compleja

“La causa se inició con la muerte del Fantasma (por Martín Paz, asesinado en setiembre de 2012), que no fue esclarecida porque en ese momento no había elementos de prueba”, destacó la jueza Alejandra Rodenas, que heredó la investigación. La Justicia siguió los pasos de la banda y logró procesamientos por asociación ilícita. En ese sentido, el juez Juan Carlos Vienna firmó casi cuatro decenas de procesamientos antes de verse obligado a dejar el caso, luego de que trascendieran sus vínculos con el padre del. Ahora, 25 de esos encausados irán a juicio oral. Entre ellos se cuentan, Guille Cantero, Jorge “Ema” Chamorro y Leandro “Gordo” Vilches, quienes a la vez están procesados en el caso Demarre. Precisamente un primer juicio abreviado acordado en abril del año pasado se cayó luego de que trascendiera que Guille Cantero recibiría nueve años de cárcel como líder de asociación ilícita, una tenencia de armas y su participación en el homicidio de Diego Demarre ). Es que había sido procesado como autor material y en el acuerdo aparecía como partícipe secundario. A estos 25  se suman Andrés “Gitano” Fernández y Oscar Domínguez, también imputados en el expediente Demarre. La causa por asociación ilícita tiene a once personas que firmaron juicios abreviados. Entre ellas la madre de Guille, Celestina Contreras, Mariano Ruiz, el policía Juan Maciel, y Luciano Ramos, ex prefecto. Fue en este marco que la Justicia ordenó el decomiso de seis inmuebles y 55 vehículos, además de cinco chapas de taxi, bienes que estaban a nombre de imputados. Entre los 25 que afrontarán el juicio oral están, además de Guille, Chamorro y Vilches, el fundador del clan, Ariel Cantero, Lorena Verdún (primera mujer del Pájaro), Francisco Lapiana, y los policías Sergio Blanche, Guillermo Cardini, Gustavo Pereyra, Juan Delmastro, Cristian Floiger, Omar Lescano, Juan José Raffo, Germán Herrera, Eduardo Enriquez; el prefecto Roberto Otaduy, y el policía federal Waldemar Gómez, entre otros.

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