El Hincha

Fiera en el Parque

Maxi vuelve a la Lepra: nunca se olvidó de sus orígenes

Maxi retorna a la Lepra para cumplir el sueño de retirarse con la casaca rojinegra tras una brillante carrera


Maxi Rodríguez nació el 2 de enero de 1981. Ya en su niñez se destacaba en Newell’s jugando en el fútbol infantil para su categoría. La Fiera, apodo que recibió en el baby, hizo las divisiones inferiores en el club del Parque Independencia.

Maxi hizo su debut en primera en el Rojinegro frente a Unión de Santa Fe el 14 de noviembre de 1999. El partido terminó en empate 1 a 1. Aquella tarde, la Lepra, dirigida por uno de los campeones del Metro 74, Andrés Orlando Rebottaro, formó con Cristian Sebastián Cejas; Fabricio Fuentes, Fernando Andrés Gamboa, Fernando Crosa y Juan Pablo Vojvoda; Diego Mateo, Lucas Ademar Bernardi, Pablo Guiñazú y Damián Alejandro Manso; Mauro Rosales y Germán Real. La Fiera ingresó por Fuentes a los 31 minutos de la segunda parte.

Su irrupción primera despertó el interés de todos. No era volante, ni delantero, pero tenía la capacidad para generar peligro y llegar al área rival con una facilidad admirable.

Fue parte clave del seleccionado Sub 20 que ganó el Mundial de la categoría que se desarrolló en Argentina en 2001. Javier Saviola, Andrés D’Alessandro, Mauro Cetto, Leonardo Ponzio eran algunos de los compañeros de la Fiera en ese plantel que conducía José Pekerman.

Un año más tarde fue transferido al Espanyol de Barcelona arrancando una brillante carrera en Europa. Maxi se destacó en el elenco catalán y fue comprado por Atlético Madrid, club en el cual jugó a gran nivel.

Durante su estadía en el Viejo Continente fue una fija constante en la selección argentina. Incluso marcó uno de los goles más gritado en un Mundial. Fue en 2006 ante México, por los octavos de final en Alemania.

Tras jugar 8 años en la liga española y con el pase en su poder en 2010 emigró a Inglaterra, más precisamente a Liverpool. En ese momento el club inglés era dirigido por Rafa Benítez, quien definió a la Fiera como un jugador “cómodo con el balón, puede pasar y mantener la posesión. Es bueno entrando al área para marcar goles y es un buen rematador”.

La Fiera, con 31 años, decidió pegar la vuelta al club que lo vio nacer. Poco le importó que le quedaba un año de contrato. Newell’s lo necesitaba y no dudó un segundo en regresar. Le costó adaptarse al fútbol argentino, pero cuando lo hizo, marcó diferencias. La llegada al Parque del Tata Martino como técnico fue toda una bendición para Maxi. Porque cumplió su sueño de ser campeón con la rojinegra en la piel. Aquel equipo que se coronó en el Clausura 2013 dio cátedra en cualquier cancha con la Fiera como el máximo exponente.

Ya sin el Tata en el banco y luego de varias frustraciones en los Clásicos, el 23 de octubre de 2016 anotó un recordado gol para ganar sobre la hora en Arroyito.

Pero no todo era color de rosa en la institución del Parque Independencia. Empleados que no cobraban, situaciones extrañas con su familia. Maxi siempre dio la cara cuando lo único que tenía que hacer era patear una pelota. Hasta que se cansó de los dirigentes que encabezaba Eduardo Bermúdez y el 20 de julio 2017 anunció su salida del club. Con lágrimas en sus ojos la Fiera en ese momento expresó: “Es una decisión muy difícil de tomar, pero por mi salud mental lo mejor era alejarme”. Y así fue. Peñarol fue su cable a tierra. Con el Carbonero alzó tres títulos (Campeonato Uruguayo 2017 y 2018 y Supercopa Uruguaya 2017).

A pocos días de su cumpleaños número 38, Maxi vuelve al Parque. Regresa a su casa. La confirmación de Bidoglio como técnico puede haber sido el empujón necesario para cumplir la idea que el retiro sea con la rojinegra. Y de yapa, podrá darse el lujo de compartir plantel con sus dos primos Alexis y Denis.

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