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Voto dividido

Mató al ex de su pareja: lo absolvieron por legítima defensa

La Cámara Penal entendió que un herrero mató al ex de su pareja al defenderse de una agresión. El homicidio se produjo en 2013 en barrio Belgrano Oeste. La víctima fatal violó prohibición de acercamiento por violencia de género.


La Cámara Penal confirmó el dictamen de primera instancia que absolvió por legítima defensa a un herrero de 33 años, quien mató de un puntazo en el pecho a la ex pareja de su novia en medio de una pelea. El hecho ocurrió el 4 de agosto de 2013 en el frente de la vivienda de la mujer, en barrio Belgrano Oeste. El fallecido tenía prohibición de acercamiento y, ese día, cuando vio a su ex con una nueva pareja reaccionó de manera violenta lo que llevó al desenlace fatal.

Martín Américo “Japo” Prado tenía 34 años y por agosto de 2013 ya hacía tres años que estaba separado de Ileana, con quien tuvo un hijo de 15 años y una hija de 13. La mujer lo había denunciado por violencia de género, por lo que el juez de Familia había ordenado una restricción de acercamiento para Martín.

Según se desprende de la causa, allegados contaron que el hombre tenía problemas con drogas y por 2013 se había acercado al Templo de los Testigos de Jehová para tratar su adicción. En el proceso, su hermano declaró que Martín estaba mejor y que tenía la intención de recuperar a su familia.

Ileana era creyente de los Testigos de Jehová e iba todos los domingos al templo de Vélez Sarsfield y México. En ese lugar había conocido a Ramiro L. Después de una semana, Ileana le avisó a su madre que el domingo 4 de agosto de 2013 iba a presentarle a su novio.

La situación no era fácil para la mujer debido a que vivía con sus dos hijos en la misma casa que sus progenitores y su padre le había dicho que no iba a aceptar en su casa a otro hombre que no fuese Martín. A este contexto se sumó que su ex pareja vivía a dos cuadras en la casa de sus padres. El hombre también llevaba y traía a sus hijos hasta la puerta de la vivienda de su ex pareja, haciendo caso omiso a la restricción de acercamiento.

Ese domingo, Ileana estuvo con Ramiro en la reunión del centro de los Testigos de Jehová. También estaba Martín con la hija de ambos. Cuando terminó la reunión, la mujer se subió al Peugeot 504 de Ramiro, quien la llevó hasta la puerta de su vivienda de pasaje Kay al 600. Martín Prado estaba en la vereda porque había ido a dejar a su hija. Ileana bajó y su ex empezó a gritarle que no estaba de acuerdo con su relación. Dijo que no quería que Ramiro se acercara a sus hijos. La mujer contó que Martín se puso agresivo. Ileana se metió a la casa y llamó al 911 para advertir de que había violado la prohibición de acercamiento. Los gritos alertaron al papá de la mujer, quien se quedó observando la situación.

Ileana salió y Martín empezó a empujarla. Después fue hasta el 504, golpeó el capó a Ramiro. Quería que se bajara. Ramiro sólo abrió la ventanilla y en ese momento recibió un golpe en la cara. El novio de Ileana intentó calmar la situación y le pidió a Martín que hablaran bien.

En el juicio, que se sustanció por escrito, Ileana contó lo que Ramiro le había dicho: “Que no quería tener problemas y que no se iba a meter con nuestros hijos, que tenía que entender que yo tenía una nueva pareja, ya que hacía tres años que me había separado de él”.

Martín no hizo caso, siguió Ileana con su relato. Abrió la puerta del lado del conductor, Ramiro se quedó sentado y Martín empezó a pegarle. Ileana se metió para que parara y sufrió un golpe en la cara que la hizo trastabillar. Ese fue el momento en que Ramiro le dijo: “Esto no te lo voy a permitir”, y siguió el forcejeo, describió la mujer.

Ese fue el momento fatal. Según contó más tarde el acusado ante el juez cuando Martín se le abalanzó dentro del auto le ajustó la corbata. Sintió que le faltaba el aire, que se estaba ahogando. Insistió en que tenía miedo y lo había invadido el pánico: de un ojo no podía ver y pensó que se moría. Ahí fue cuando buscó el cuchillo que llevaba siempre en la palanca de cambios y dio la estocada fatal. La hoja del cuchillo de caza entró debajo de la tetilla izquierda de Martín.

Sin embargo, pese a la puñalada, Martín siguió pegándole, según el relato de Ileana, quien añadió que incluso la hija de 13 años intercedió, tras lo cual el padre cesó la agresión y en ese momento Ramiro le pegó en la cara. Martín dio unos pasos para atrás, se miró el pecho y vio que la camisa se le empezó a empapar con sangre. “¿Qué hiciste?”, le dijo Ileana a Ramiro, mientras su novio repetía: “Perdón, perdón”.

Martín se desvaneció, los médicos lo llevaron en una ambulancia al Heca. Murió a las 23.

En la vereda habían quedado Ileana, sus padres y sus hijos con los vecinos y familiares de la ex pareja. Ramiro se subió al auto y se fue. El padre de Martín se acercó corriendo, le pegó a Ileana y la amenazó, contó la mujer en el juicio, donde agregó que era víctima de golpes constantes por parte de Martín.

Ramiro Pehuel L., entonces de 28 años, fue apresado a los cuatro días en una vivienda de la Villa La Bombacha. El 8 de abril de 2016 el juez de Sentencia N° 6, Ismael Manfrín, lo absolvió por legítima defensa del delito de homicidio simple.

El dictamen de Manfrín fue apelado por el abogado querellante, Eduardo Mario Sosa, quien representa a la familia de Prado, y también por la fiscalía: ambas partes sostuvieron un homicidio agravado. Fue en ese marco que la causa fue revisada por la Cámara Penal, integrada por los jueces Guillermo Llaudet (quien fundamentó el primer voto), Carina Lurati y Carolina Hernández, que ratificó la resolución de primera instancia. Esta última magistrada votó en disidencia al considerar que “no se advierte en el caso una proporcionalidad entre la conducta agresiva y la conducta defensiva en cuanto a su lesividad”. Por lo tanto, pidió que el caso fuera devuelto a otro juez para un nuevo fallo. Pero su postura quedó en minoría.