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Matías Pera: “Hago esto para que no me maten”

El hincha rojinegro de 27 años herido el domingo aseguró que no quiere ser el jefe de la barra brava.

La saga de hechos de violencia que involucra a hinchas rojinegros tuvo ayer un nuevo capítulo, con Diego Panadero Ochoa presentándose, por segunda vez en una semana, en forma espontánea en Tribunales, para ponerse a disposición de la Justicia tras ser vinculado por Matías Pera como el autor intelectual de los disparos que recibió en la noche del domingo en la zona sur, por los cuales está internado en el Hospital de Emergencias. Este último se encargó ayer de hablar por distintos medios y señalar a su ex compañero del paravalanchas como quien lo “mandó a matar”. “No me interesa ser el jefe de la barra, de hecho ni a la cancha puedo ir ahora, yo solo quiero que la gente sepa que hago esto para que se haga justicia y para que no me maten”, sostuvo Pera.

Parece una miniserie de violencia y acción, pero es la vida real, que poco a poco va superando a la ficción. Mostaza, el barrabrava que Juan Ignacio Machado interpretó en la telenovela Botineras, que se emitió por Telefé hasta agosto pasado, de a poco se va haciendo más real en las calles rosarinas. Sin el glamour impuesto por la televisión, y sin mujeres al mando de clubes y de investigaciones policiales, quienes copan los paravalanchas del Coloso del Parque se han acostumbrado a ser noticia por hechos policiales.

Ayer, Ochoa se presentó junto a sus abogados en el Juzgado de Instrucción 1º, a cargo de Roxana Bernardelli, y se despegó del atentado que sufrió 36 horas antes Matías Pera, mientras caminaba por inmediaciones del Parque del Mercado junto con un amigo al que había ido a visitar.

Según refirieron sus abogados Juan Ubiedo y Hernán Tasada, el Panadero se “enteró” del ataque a Pera por la prensa, al igual de que las acusaciones en su contra. Por eso, en el escrito de ayer sugirió que de ser necesario se le tome una declaración informativa, al tiempo que negó cualquier participación en el violento episodio.

En esa línea, una fuente policial se refirió a los barras rojinegros vinculados desde hace tiempo en hechos violentos como “mediáticos” y dijo que es apresurado adjudicar el ataque a la interna rojinegra (ver recuadro).

Por su parte, Matías Pera repitió ayer lo mismo que declaró a la Policía: dijo que antes de ser agredido a tiros escuchó una advertencia que decía: “Esto te lo mandó el Panadero por traidor”.

Entre las acusaciones que disparó desde su lugar de internación, Pera –quien hasta hace poco más de dos meses trabajaba como guardaespaldas del Panadero–  sostuvo que hace tiempo viene denunciando que está amenazado de muerte y recordó que ya expresó públicamente varias veces que lo van a matar.

El hincha también reflexionó sobre su papel en la barra del club del Parque de la Independencia y sostuvo que quedó “como la cara visible”. “Fui el primero que discutí con él (refiriéndose al Panadero) y por eso estuve 21 días preso”, en referencia al incidente ocurrido la noche del pasado sábado 4 de septiembre, mientras se disputaba el primer tiempo del partido entre Newell’s e Independiente.

Esa noche, según dijo Pera a este diario, Ochoa le estaba pegando a un amigo suyo, a quien le había prohibido que fuese a la cancha y él, al ver lo que pasaba, salió en defensa de su amigo, abandonando de esa manera la tarea que cumplía como guardaespaldas del Panadero. La versión difiere de la dada en su momento por voceros policiales: que Ochoa fue bajado a golpes y empujones de la tribuna ubicada detrás del arco que da al Hipódromo.

Unos días después, en base a filmaciones, se detuvo a media docena de personas, entre quienes estaba Pera. “A raíz de esa pelea se le abre la gente de la tribuna (del Panadero) porque muchos estaban en contra de como él se manejaba”, dijo Pera, quien sintió que quedó como “la cara visible de un problema” porque se rebeló.

Y luego aclaró que no es su intención ser el nuevo jefe de la barra leprosa. “No me interesa ser el jefe de la barra, de hecho ni a la cancha puedo ir ahora, yo sólo quiero que la gente sepa que hago esto para que se haga justicia y no me maten”, sostuvo.

Respecto del ataque, Pera contó que fue a visitar a un amigo con quien toca la guitarra en un grupo. Que pasó toda la tarde en una vivienda de zona sur y que, cerca de las 22, su amigo lo acompañó hasta la parada del colectivo. “En un momento sentí que una persona atrás que me decía: «Esto te lo manda el Panadero por traidor». Eran dos: uno me apuntaba con un arma y comenzó a tirar, yo corrí y me siguieron a los tiros y me pegaron cinco balazos”, relató.

Sus abogados Carlos Varela y Adrián Martínez dijeron que esperan “que la Justicia actúe rápido y se clarifique todo, ya que se trata de un hecho gravísimo”. Hasta ayer en la causa no figuraba ningún imputado identificado y fue caratulada como homicidio en grado de tentativa.

También ayer desfilaron por los Tribunales provinciales altos jefes policiales y las máximas autoridades del club rojinegro para conversar sobre el listado de hinchas a los que se les aplicó el derecho de admisión en septiembre pasado. Dicha medida, que incluía los partidos de local y visitante, caducó el miércoles pasado, pero hubo una nueva prórroga, por 60 días, para todos los involucrados en el primer listado.

La decisión fue tomada el jueves pasado por el juez de Instrucción 4ª, Juan Carlos Vienna, luego de reunirse con autoridades policiales, del club Newell’s Old Boys y del Ministerio de Seguridad de la provincia, aunque los voceros aclararon que algunos casos serían revisados esta semana.

“La medida se aplica a cinco partidos, tres de visitante y dos de local”, remarcaron hace seis días las fuentes.

Ayer, en el despacho del juez Vienna se comenzó a revisar la lista compuesta por un centenar de nombres, entre quienes están Ochoa y Pera. El cónclave se realizó con el fin de “evaluar” si algún hincha está en esa lista por error y así habilitarle el ingreso, dijeron fuentes judiciales. De todas formas no trascendieron los nombres de los posibles beneficiados.

Domingo violento

El ataque del domingo pasado fue sólo el último de una serie de violentos episodios que tienen como denominador común la interna de la hinchada de Newell’s. Matías Pera apareció en las crónicas policiales a principio de septiembre pasado, cuando Diego Ochoa denunció que había sido agredido y asaltado en la tribuna del Coloso del Parque, mientras Newell’s se enfrentaba con Independiente por la quinta fecha del torneo Apertura.

Los registros fílmicos de esa pelea y la intervención de la Justicia penal permitieron dilucidar las dos facciones rivalizadas en la puja por el liderazgo de la barrabrava rojinegra.

El siguiente episodio violento ocurrió el pasado 14 de noviembre, en Balcarce al 200, cuando Fernando Alberto G., un patovica de 38 años, conocido como Sebastián, fue baleado en la puerta del bar Athipyko II, ubicado en Balcarce al 200. El tiro le provocó la fractura del fémur. Los testimonios del herido y de algunos testigos incriminaron al Panadero Ochoa y al Pollo Bassi, que se entregaron a la Justicia horas después.

Ambos negaron las acusaciones y más tarde fueron liberados. Ochoa presentó como prueba los videos de seguridad de los dos ingresos que tiene su casa para corroborar que la madrugada en que hirieron al patovica estaba en su vivienda.

Ahora ese material es peritado mientras que el expediente se acumuló en el Juzgado de Instrucción 5º, a cargo de la jueza María Luisa Pérez Vara, por una causa anterior que tenía Bassi por estafa.

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