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Padre e hijo lo molieron a golpes

Mataron a taxista pero no van presos

El hecho tuvo lugar en marzo de 2015 en la zona norte de la ciudad cuando una discusión derivó en una paliza al chofer, cuyas secuelas terminaron causándole la muerte.


Un padre y un hijo fueron condenados en juicio abreviado a la pena de dos años de prisión condicional por la muerte de un taxista, con quien ambos se enfrentaron y golpearon hasta dejarlo tendido. El hecho tuvo lugar en marzo de 2015 en la zona norte de la ciudad cuando una discusión derivó en una paliza al chofer, cuyas secuelas terminaron causándole la muerte.

Si bien la Fiscalía imputó a padre e hijo por homicidio simple, tras la investigación se encuadró el hecho en un homicidio preterintencional, en el que se atribuyó a ambos la intención de infligir un castigo doloroso pero no de matar a su oponente. La decisión se generó en base a la declaración de dos testigos, quienes sostuvieron que el taxista se reincorporó tras el incidente, y a un informe médico que indicó que el chofer no presentaba fractura alguna ni fisuras de cráneo. Además Fiscalía determinó que no existió “dolo homicida” en los agresores.

El acuerdo de culpabilidad ya había sido presentado el año pasado, pero el juez Luis María Caterina lo desechó, decisión que fue confirmada por la Cámara Penal. En esta oportunidad la jueza Raquel Cosgaya admitió el abreviado al entender que existe proporcionalidad entre el hecho y el encuadre legal, y fundamentó su decisión en base a la evidencia presentada en la audiencia, por lo que dispuso su homologación.

Según la investigación, el 13 de marzo de 2015 Claudio Rodrigo Calderón, de 47 años, se trenzó a golpes con un taxista junto a su hijo Rodrigo José. Según el defensor Germán Mahieu, ese día Claudio Calderón detuvo su automóvil Chevrolet Corsa en Nansen al 500 y bajó a hacer un mandado junto a su hijo mientras dentro del vehículo había quedado su mujer.

Detrás, llegó José Luis Arine, de 51 años, al mando de su auto de alquiler. Se bajó y fue directo a tomar de los cabellos a la mujer. El más chico de los Calderón, al ver la escena, se lanzó a defender a su madre y se interpuso. Mientras tanto Claudio volvía sobre sus pasos, tras lo cual se tomó a golpes de puño con el taxista.

El chofer terminó derribado en el piso, pero la paliza no se detuvo: ambos lo hicieron blanco de patadas cuando ya no podía defenderse.

En un primer momento la Fiscalía imputó a ambos de homicidio simple. Pero ayer, durante la audiencia oral, el fiscal Miguel Moreno explicó que tras finalizar la investigación penal preparatoria la acusación encuadró el hecho en un homicidio preterintencional.

Para ello fue clave el testimonio de una vecina que asistió al taxista tras la paliza. La mujer sostuvo que Arine se encontraba de pie y que le pidió permiso para lavarse la cara porque “le dolía todo”.

Otro testimonio fundamental fue el de un abogado que pasaba por el lugar y también prestó auxilio al taxista, a quien ayudó a reincorporarse: para su impresión, no demostró síntomas de su real situación de salud.

El fiscal sostuvo que el informe forense determinó que Arine murió por una hemorragia masiva abdominal como consecuencia de la rotura del bazo y lesiones en los riñones. Moreno explicó que el hombre no sufrió fracturas o traumatismos de cráneo, ni recibió lesiones en el rostro. Por ello entendió que los agresores no tuvieron dolo homicida, y solicitó dos años de prisión en suspenso en carácter de coautores para padre e hijo.

El acuerdo fue apoyado por el defensor Germán Mahieu, quien estuvo acompañado por su colega Julia Fantín. Ambos imputados prestaron su consentimiento y la jueza Cosgaya consultó sobre una aclaración que hizo la Cámara Penal: es que el abreviado ya había sido presentado ante el juez Caterina bajo la misma calificación y pena, y el magistrado lo rechazó, en una decisión que fue confirmada por la segunda instancia.

Esta vez, la magistrada consultó si habían tenido en cuenta lo establecido por la Cámara Penal, lo que fue respondido afirmativamente por las partes. Finalmente la jueza homologó el acuerdo, que además fija reglas de conducta por un plazo de dos años para los condenados. Una de ellas es que ambos se sometan a un tratamiento psicológico.

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