Economía

Sigue la expectativa

Massa ordenó sus prioridades en un plan que ratifica los cumplimientos con el FMI

En una semana de anuncios y versiones, el nuevo ministro hizo hincapié en el orden fiscal y ratificó las metas establecidas. Santa Fe mira de reojo por las transferencias y desde el gobierno nacional ya anticiparon que el subsidio tarifario vendrá con tope: el que se pasa, paga de más


La primera semana de Sergio Massa como ministro de Economía, Producción y Agricultura quedó envuelta en expectativas y anuncios pero por ahora pocas precisiones sobre cuestiones que atraviesan a la economía cotidiana. En la macroeconomía, una noticia fuerte es que el BCRA vendió 700 millones de dólares en cinco días, y que el líder del Frente Renovador buscará que el campo liquide 5.000 millones de esa divisa a corto plazo. Otra novedad es que el gobierno planifica una modificación en la segmentación tarifaria, que implica ponerle un tope al subsidio de quienes lo van a recibir, y todo el consumo que esté por encima de ese tope -400kw- pagará tarifa plena. Por ahora, salarios y jubilaciones quedarán sujetos a anuncios durante los próximos días. Desde el gobierno provincial siguen la situación de reojo, mientras los gremios llevan adelante medidas de fuerza y presionan por la reapertura de paritarias: no miran los bonos que ya prometió Massa con buenos ojos.

Es cierto que el desembarco del tigrense echó un manto de alivio a la tensión que se vivió en materia financiera durante todo julio, aunque también es real que por ahora la base de sus primeros lineamientos no dista demasiado de los que planteó a su turno Silvina Batakis, o durante el epílogo de su gestión Martín Guzmán, y tiene que ver con la necesidad de cumplir las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional. El activo que diferencia al ex presidente de la Cámara de Diputados es el respaldo externo e interno, que hasta el momento le garantiza cierta estabilidad en las variables financieras.

Durante la conferencia del último miércoles en el Palacio de Hacienda, en la que Massa dio a conocer sus primeros anuncios como ministro, una de las cuestiones iniciales que remarcó fue la necesidad de perseguir el orden fiscal y cumplir el déficit del 2,5% establecido en el Presupuesto. Luego de dejar en claro que ceder en este aspecto es una cuestión innegociable, desarrolló sobre cuestiones de la macro y la microeconomía que en definitiva buscan darle respaldo o sustentabilidad a esa premisa inicial.

Una de las variables que tiene a mano para corregir las cuentas tiene que ver con el recorte de transferencias a las provincias. Esta posibilidad quedó ratificada durante la semana cuando el gobernador Omar Perotti reconoció que están siguiendo de cerca la hoja de ruta que va a trazar el nuevo gabinete económico para definir si reabren o no las paritarias provinciales, en medio de una semana atravesada por conflictos gremiales en Santa Fe.

El nuevo ministro de Economía, Producción y Agricultura ensayó un análisis que fue de lo general a lo particular, de manera que los temas de la economía cotidiana quedaron casi en un segundo plano. Hubo un anticipo sobre refuerzo jubilatorio, convocatoria a reunión con las centrales obreras para una recomposición del salario básico y una mención especial para el tema tarifas. Para este último caso, el gobierno nacional incorporará una suerte de adenda a la segmentación tarifaria, y dispondrá un tope al subsidio, con el que esperan recaudar un número cercano al 1% del PBI.

Esta será una de las primeras correcciones que llevará adelante el gobierno en un contexto sensible para las cuentas públicas nacionales. Massa ya anticipó que los datos de inflación y actividad comercial que se conozcan en agosto, correspondientes a julio, mostrarán las peores estadísticas en lo que va de gobierno y, si bien dejarán una vara muy baja a superar hacia adelante, obligan a decisiones que de apoco le van poniendo un freno a la economía. La suba de tasas de interés, por mencionar un caso, ya tiene impacto en la actividad comercial por el encarecimiento del crédito o de la financiación para las compras.

Incluso con el clima de tensión que se vivió durante julio, todavía los datos de recaudación tributaria muestran números positivos pero exponen lo complejo que puede llegar a ser un parate para el consumo. Durante el séptimo mes del año la recaudación tributaria creció un 87% respecto al mismo mes del año pasado, y ratificó un dato constante en la economía argentina, y es que la recaudación nacional crece impulsada principalmente por el desempeño del IVA, el impuesto más regresivo que tiene el sistema tributario y que está presente en toda la cadena comercial.

Bajo la tutela del Fondo

En diálogo con El Ciudadano, el economista de Fundación Pueblos del Sur Esteban Guida analizó ese detalle que presenta la economía argentina en medio de la incertidumbre generalizada y apuntó: “La mejora de la recaudación a partir del IVA muestra un crecimiento de la actividad económica, pero también del nivel de precios. De todas formas es un dato positivo, porque al tener una recaudación por encima de la inflación, el gobierno necesita menor financiamiento del déficit; de esa forma se achica la brecha fiscal. Cuanto menos financiamiento necesite el sector público, más accesibilidad al crédito tiene. De todas maneras, hay que destacar que el mayor ingreso al tesoro es a partir del impuesto más regresivo que hay”.

Este es un dato a tener en cuenta, ya que entre las consideraciones de Sergio Massa hubo una mención a la suspensión de adelantos al tesoro para lo que resta del año, con el objetivo de cumplir con uno de los ejes principales que es el orden fiscal.

“Massa planteó la misma línea de política económica que tiene que ver con el cumplimiento del acuerdo con el Fondo y anuncios para morigerar los impactos, pero es lo mismo que Guzmán y Batakis. La precisión estuvo destinada a garantizar los términos del acuerdo con el Fondo”, sostuvo Guida.

Entre los apartados para cumplir con el orden fiscal, el nuevo ministro también ratificó el congelamiento de ingresos al Estado y adelantó novedades en la política de subsidios energéticos. Se refirió particularmente al consumo de luz y explicó que los usuarios que califiquen para el beneficio, tendrán la totalidad del consumo subsidiado siempre y cuando consuman hasta 400kw de potencia. Todo consumo que esté por encima de ese parámetro pagará la tarifa plena. A partir de esta decisión, el Estado espera ahorrar cerca de 500.000 millones de pesos, una cifra equivalente al 1% del PBI.

Adenda a la segmentación

Respecto del agregado sobre la segmentación energética, la economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz Celina Calore sostuvo: “Se va a implementar la segmentación y se va a cruzar con el dato de consumo, no se va a subsidiar indeterminadamente. Aquellos a los que le corresponda el subsidio van a tener un límite para el consumo subsidiado, se va a poner un tope hasta el cual quienes perciben el subsidio lo van a percibir y sobre un nivel de consumo mayor no va a regir el subsidio”.

Otra de las particularidades respecto de este tema es que se va a incluir también al servicio de agua en el esquema que pretende el gobierno. Resta saber si esa idea está pensada solo para el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) o va a regir también para las provincias. Por lo pronto, en Santa Fe Assa anunció que no regirá aquí.

Por último, Calore evaluó en líneas generales los conceptos del flamante ministro y manifestó: “Los anuncios están apuntados a estabilizar la situación en el cortísimo plazo, siguen la línea anterior y no veo que haya un giro en la política económica. Lo más destacado está apuntado al fortalecimiento de las reservas a partir del incentivo a sectores exportadores por 5 mil millones. Si eso se cumple, será clave para estabilizar la coyuntura”.

Se espera que, en los próximos días, el equipo económico de Massa convoque a sectores del agro y de la industria con el objetivo de llegar a un acuerdo. En el primer caso, con nuevos incentivos para acelerar la liquidación de granos y permitir el ingreso de dólares, con la expectativa de conseguir 5.000 millones verdes en el corto plazo. En el segundo, a través de acuerdos que faciliten el ingreso de materias primas clave en el proceso productivo.

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