Economía

Distribución de ingresos

Masculinización de la riqueza: el Aporte Solidario expuso la brecha en ingresos según el género

Del total de alcanzados por el tributo dispuesto por el gobierno nacional, el 76% son varones y apenas el 24% son mujeres. La tendencia se invierte al analizar la base de la pirámide: del 10% de personas con menores ingresos un 7% son mujeres


Un 76% de quienes fueron alcanzados por el impuesto a las grandes fortunas en Argentina son hombres. El dato de Afip a partir del cobro de este tributo dispuesto por el gobierno nacional y aprobado por el Congreso de la Nación en el marco de la pandemia expuso, una vez, más el fenómeno de masculinización de la riqueza y feminización de la pobreza, dos caras de una misma moneda que no se remite solo al ámbito de los más ricos, sino que se replica hasta la base de la pirámide social.

El Aporte Solidario que pagaron 10 mil personas con patrimonios superiores a los 200 millones de pesos generó un ingreso total de 223 mil millones para el Estado. De ese número, unos 177 mil millones (el 76% del total) fueron generados por varones. Los patrimonios a nombre de mujeres representaron poco más de 53 mil millones (un 24% de los recursos).

Esta brecha aún puede agrandarse (o bien achicarse), ya que aún resta un 20% de contribuyentes por declarar sus patrimonios ante la Administración Federal de Ingresos Públicos. Difícilmente se achique, ya que esta relación (con tres de cada cuatro contribuyentes varones contra una sola mujer) se mantiene cuando se evalúa la distribución de los ingresos generados de acuerdo con el género, un dato que la Afip puede identificar a partir del Cuit.

La asimetría no sorprende si se toman datos que brindó el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) en relación con el último registro que publicó Afip sobre Bienes Personales, otro de los impuestos con carácter patrimonial. Según indicaron, para 2018, del total de las personas de alto poder adquisitivo alcanzadas había un 34% de mujeres y un 66% de varones.

La tendencia marca que, a medida que los ingresos son más altos, la presencia femenina se vuelve menor. Al observarse el rango de salarios de 500.000 pesos a 2.500.000 en adelante, no sólo los varones tienen un ingreso 12,3% mayor en promedio sino que es superior la proporción de varones en ese rango: 0,3 versus 0,1% de las mujeres.

Otras de las cuestiones a analizar en referencia al tema es la composición de género según la rama de actividad. En ese sentido se puede detectar la existencia de una segregación horizontal del patrimonio femenino, esto es, una alta concentración en 10 determinadas ramas de la actividad económica, algo que se denomina como “paredes de cristal”.

Al analizar cada sector, se puede advertir que entre las mujeres, en el sector de profesionales, científicas y técnicas, se encuentra el 25,5% de quienes aportan en Bienes Personales, mientras que un 17,7% se ubica en el sector inmobiliario y otro 11% en servicio de asociaciones y servicios personales.

Entre los varones, hay un 31% que son profesionales, científicos y técnicos y el siguiente 9,9% pertenece al rubro inmobiliario, otro 8,9% a servicio de asociaciones y servicios personales.

Otras ramas de actividad que son relevantes para los varones de mayores patrimonios es la agricultura, donde el 9,5% de quienes aportan en bienes personales declaran ese rubro, mientras que la participación de mujeres es sólo del 3,67%.

Diferencias de base

Las diferencias no quedan expuestas solamente al observar los datos referidos a impuestos que gravan fortunas o a trabajos bien remunerados. Es que, según los números publicados por la Encuesta Permanente de Hogares del Indec para el último trimestre del 2020, del 10% de personas con menores ingresos en Argentina 7% eran mujeres. La relación se invierte al analizar el 10% más rico de la población, donde la proporción de mujeres baja a 3,8% y ratifica lo tendencia predominante en Grandes Fortunas e Impuesto a Bienes Personales.

Desde el observatorio de género del Cepa explicaron que parte de esa desigualdad está vinculada con la carga horaria que tienen las mujeres en las tareas de cuidado, una variable que implica dedicar menos tiempo al desarrollo profesional. Lejos de igualar las condiciones, la pandemia vino a profundizar esta problemática.

De acuerdo con una encuesta que realizaron desde ese centro de estudios, la cantidad de horas que dedicaron las mujeres a tareas de cuidado aumentó, en promedio, un 70,7%: pasó de 6,9 a 11,8 horas diarias. En paralelo los hombres contestaron que dedicaron 7,9 horas promedio por día; representa así un incremento de 60,4 por ciento con respecto a las 5 horas que dedicaban anteriormente.

Al comparar lo que ganan en cada caso, concluyeron que un 28% del total de las mujeres se encuentra en el segmento de menores ingresos (desde 0 a 20.000 pesos), mientras que en los varones este segmento representa un 22,8%.

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