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Santa Fe

Masacre femicida: penitenciario aceptó la pena de prisión a perpetuidad

Fiscalía, querella y defensa acordaron la condena más alta del Código Penal, y ahora un tribunal debe definir si homologa el proceso a Facundo Solís, de 34 años, quien el 29 de diciembre de 2017 asesinó a su ex pareja, y la madre, la hija, el yerno y la hermana de ella, e hirió a otro ex familiar


Un miembro del Servicio Penitenciario de la provincia admitió haber cometido una masacre de diciembre de 2017, cuando asesinó a su ex pareja y a cuatro miembros de la familia de ella. En una macabra manipulación, llamó a su ex para decirle que estaba matando a sus familiares y continuaría haciéndolo: la mujer intentó detenerlo y lo pagó con su vida. Para el fiscal Gonzalo Iglesias la conducta del uniformado fue afín a un “contexto cultural propio del patriarcado en el que la víctima estaba subordinada y en una relación de poder desigual”.

El autor de la matanza consintió ayer el acuerdo en juicio abreviado al que arribaron la defensa y la Fiscalía, con el asentimiento de la querella, evitando así la continuación de la causa hacia un proceso oral y público. El convenio mantiene la imputación original contra el agente: el femicidio de su ex pareja, el homicidio calificado por el empleo de arma de fuego y por realizarse con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la cual se había mantenido una relación de pareja (femicidio vinculado) en cuatro hechos, y una tentativa de homicidio con los mismos agravantes.

Mariela Clarisa Noguera, de 38 años y empleada del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia tenía dos hijos con el penitenciario Facundo Solís, de 34, y estaban separados. Había una prohibición de acercamiento para el hombre y muchos testimonios sobre los episodios de violencia y el hostigamiento que sufría Mariela pese a la restricción.

La situación llegó a su extremo último el 29 de diciembre de 2017. Eran las dos de la tarde y Mariela estaba desesperada: llamó a un amigo remisero para pedirle que la fuera a buscar porque su ex la había llamado para decirle que había matado a su hija, a su yerno y que continuaría con otros miembros de su familia. Solís había ingresado a la casa que compartió con Mariela en Monseñor Zaspe al 4100 del barrio Santa Lucía, en la capital provincial, y baleó a Yoel Airaldi, de 20 años, y a Aylén Tamara Soto, de 19, el yerno y la hija de su ex, quienes no sobrevivieron al ataque.

Salió y esperó a Mariela en la puerta. Cuando ella llegó, esperó a que bajara del auto y le pegó dos tiros en la cabeza. Tras matarla ingresó a una casa lindera donde vivía su ex suegra, Generosa del Carmen Loseco, de 70 años, y la ejecutó de la misma forma. Salió y entró en otra de las viviendas de la cuadra y mató a su ex cuñada Sonia, e intentó hacerlo con el hijo de ella, de 17 años, quien logró salvar su vida, ya que el proyectil impactó en el brazo. Después de la masacre se atrincheró y resistió hasta que la Policía logró desarmarlo y detenerlo. Le secuestraron un arma calibre 9 milímetros

Para la Fiscalía, Solís cometió los crímenes para causarle un sufrimiento a su ex pareja y le quitó la vida en el marco de “contexto de violencia de género, en una clara situación de subordinación de quien fuera su pareja, basado en una relación desigual de poder caracterizada por el empleo de violencia tanto física como psicológica en episodios previos y reiterados”.

A un año y medio de la matanza, el miembro del Servicio Penitenciario admitió su culpabilidad al firmar el acuerdo abreviado: reconoció ser el autor del femicidio de Mariela, de los femicidios vinculados de sus familiares y de la tentativa de homicidio al sobrino de su ex. El planteo fue presentado por el fiscal Iglesias y la defensa del femicida. Se mantuvo la calificación original y se acordó una pena de prisión perpetua, la máxima que establece el Código Penal.

El convenio cuenta con la anuencia de la querella y se presentó ante el tribunal integrado por Rodolfo Mingarini, Rosana Carrara y José Luis García Troiano. Los jueces a cargo de la audiencia oral dispusieron un cuarto intermedio para su estudio y definirán si homolgan el proceso.

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