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Un cierre a puro gol

Más de lo esperado: la Lepra tuvo una primera parte de candidato

La Lepra hizo un campañón en la primera parte del torneo y se viste de candidato.


Campañón. Los 28 puntos que consiguió la Lepra en esta primera parte del torneo supera cualquier expectativa previa y lo deja en el podio de un certamen que aún tiene mucho recorrido, pero por ahora encuentra a Newell’s entre los candidatos.

Quizás ni el más hincha leproso imaginaba este presente a esta altura del campeonato. Pero no es ficción, es realidad. Newell’s termina el año como uno de los escoltas de Boca (el otro es San Lorenzo) a tres puntos. Y logrando una goleada ante su gente, pero además jugando de gran forma, algo que se le cuestionó siempre al ciclo de Diego Osella.

El 67 por ciento de efectividad del equipo de Osella está por encima de los pronósticos más optimistas. Además, el Rojinegro está cerca del 1,400 que puso el presidente Eduardo Bermúdez como objetivo; ganó el Clásico, de visitante y sobre la hora, para cortar una racha que se hacía interminable; está en zona de Copa Libertadores; y aunque nadie lo postule con firmeza, hoy por hoy es candidato al título.

Y esta gran campaña incluso hizo que Osella cambiara su postura. Dentro de la cancha el DT dejó atrás ciertas mezquindades y presenta una postura más ambiciosa. Más cerca de la historia leprosa. Y afuera, a la hora de declarar, se anima a ponderar a su equipo y ponerlo como candidato. Aunque falta mucho y todo puede cambiar, el semestre de Newell’s fue casi perfecto. Repetirlo será el gran desafío.

El último del gran Pomelo

Fue el último de Pomelo. Diego Mateo tuvo una noche especial. En medio de una gran producción de la Lepra, Pomelo tuvo su momento mágico a los 5 minutos del complemento. Anotó de cabeza e inmediatamente llegó una ovación estremecedora de los hinchas.

Y no fue todo. No faltó un compañero que no lo abrazara. Y Pomelo agradeció con las manos arriba y la vista al cielo.

Y el momento mágico, casi cinematográfico, llegó al instante. Porque Osella, tal vez conocedor de la decisión de Mateo, entendió que el mediocampista merecía este final soñado, y decidió sustituirlo. “Pomelo… Pomelo…”, fue el grito de guerra que lo identificó con el hincha siempre. Y hubo abrazos de Nacho, el Gato, los referentes que tal vez sabían que ayer era la despedida. Y Pomelo besó el escudo de la camiseta y se fue emocionado. Su última batalla había sido con victoria y gol incluido.

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