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ciudad sustentable

Más de 100 nuevos edificios incorporaron técnicas para ahorro energético

Rosario es la primera y única ciudad del país en implementar medidas para la disminución del consumo de energía en la construcción de los edificios.


Desde 2013, cuando se puso en vigencia la ordenanza 8757 de Aspectos Higrotérmicos y demanda energética, se lograron levantar en Rosario 115 edificios que implementaron métodos de construcción que reducen hasta un 80 por ciento el consumo energético usado para climatizar.

Entre edificios de viviendas y comercios suman cerca de 450.000 metros cuadrados cubiertos en la ciudad.

En 2015, sólo había siete edificios de más de 4.000 metros cuadrados cuyos responsables adhirieron a la reglamentación, siendo así merecedores del “certificado de sustentabilidad”. Por entonces, se encontraban en ejecución otras 16 construcciones de menos de tres mil metros cuadrados bajo las mismas pautas.

La norma en cuestión fue aprobada en 2011, se comenzó a aplicar dos años después y fue creada en base al trabajo en comisión de distintas facultades de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y los colegios profesionales. Des esta manera, se estableció una obligación progresiva para quienes tramitan permisos de obras, además del ahorro que significa en materia energética aplicar estos métodos disminuye las patologías y reduce el mantenimiento de las estructuras.

Según explicaron desde el Ejecutivo local, la iudea es que para 2018 la mayoría de las nuevas edificaciones se levanten sobre parámetros que permitan optimizar el consumo de energía para climatización. A futuro, se piensa asesorar a las construcciones anteriores a la normativa para que puedan adecuarse.

“Rosario es la primera y única ciudad del país en implementar medidas para la disminución del consumo de energía en la construcción de los edificios”, recordó la directora del programa, la arquitecta Ana Paula Lattuca.

Proyección a futuro

En 2011 y con miras a mejorar el rendimiento energético de las edificaciones en la ciudad, la Municipalidad convocó a distintas instituciones que nuclean a los profesionales de la construcción y al cabo de dos años acordaron una serie de exigencias para el armado de nuevos edificios públicos o privados: viviendas, oficinas, estudios, salones comerciales, se ven sujetos desde el 2013 a diseñar y construir con métodos que llevan a un ahorro energético.

Los profesionales se fueron adecuando a la normativa que desde hace 4 años es un requisito para obtener el permiso de obra. En los casos donde no se aplicaban los preceptos de la ordenanza recibieron el asesoramiento del programa municipal.

En el primer año de aplicación se exigieron estas premisas a quienes construían más de 4 mil metros cuadrados y hubo cinco casos que sumaron 33.363 metros cuadrados levantados con materiales y técnicas de ahorro energético. En 2014, cuando la exigencia se trasladó a todos los que querían construir a partir de los 3 mil metros cuadrados, se presentaron 11 casos y se hicieron 55.293 metros cuadrados. Entre 2015 y 2016 hubo 31 casos de proyectos con hasta 2 mil metros cuadrados que tuvieron que adecuarse a la normativa, con un total de 152.356 metros cuadrados ejecutados. En total, fueron 431.420 metros cuadrados construidos bajo los parámetros de eficiencia energética.

El objetivo para el 2018 es que la normativa se aplique a construcciones más pequeñas. “La aplicación fue progresiva porque entendemos los procesos integrando a las constructoras, los arquitectos y demás involucrados en cómo crece la ciudad. Sabemos que significa inicialmente un costo más, pero el ahorro energético es altísimo”, señaló el secretario de Planeamiento, Pablo Ábalos.

Proyectos

Entre los diferentes proyectos que se vienen desarrollando con métodos de eficiencia energética, el Estudio Feldman está construyendo un edificio de nueve pisos con novedosos métodos de arqutectura sustentable en pleno centro, mientras que el grupo Fundar está desarrollando un importante centro comercial en zona noroeste.

Costos y beneficios

Si bien la adecuación a la normativa tiene un sobrecosto, la incidencia del mismo es mínima en relación al ahorro energético que puede llegar hasta el 80 por ciento según el caso. Aplicar una doble pared, incorporar una aislación térmica en el techo o simplemente buscar una mejor orientación para las aberturas fueron y son algunas de las recomendaciones que se surgen desde la Municipalidad de Rosario.

Estas modificaciones reducen la cantidad de patologías por condensación superficial e intersticial, lo que lleva a gastar menos en tareas de mantenimiento. También revaloriza el último piso en edificios de vivienda de propiedad horizontal por el aumento de la resistencia térmica del techo, algo que se propone a la mayoría de las construcciones en la actualidad.

“Creemos en el cambio cultural para optimizar el consumo de materia y energía. En arquitectura lo tenemos que hacer desde el diseño, analizando el emplazamiento y relación del edificio con el entorno. También tenemos que pensar las orientaciones y el diseño solar pasivo de las estructuras estudiando el asolamiento y las protecciones de superficies transparentes. Así no se necesitan bombas reciculadoras o ventiladores para cuidar el calor en invierno, por ejemplo. Lo mismo para la ventilación e iluminación natural, el ahorro energético a partir del estudio y selección de materiales de la envolvente. Por último hay que sumar terrazas vegetales que disminuyen el efecto de isla de calor de las áreas urbanas”, explicó Lattuca.

A futuro el programa prevé crear un fondo para promover la rehabilitación energética en las construcciones ya hechas y hacer un manual de recomendaciones que promuevan técnicas de edificaciones sustentables.

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