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Más consumo con tarjetas de crédito, sobre todo de sectores de bajos recursos

Por: Florencia Lendoiro

La Afip comenzará a investigar a los usuarios de tarjetas de crédito para confirmar que no son evasores. Lo hará sobre aquellos que gastan más de 3 mil pesos mensuales. Son muchos, pero no todos. Y en rigor, el crecimiento que está experimentando el mercado de los plásticos en el país está impulsado por la población de menos recursos.

No solamente hay más titulares y adicionales de tarjetas ya que hay una mayor bancarización de las personas, sino que además los consumos realizados con estos instrumentos son cada vez más altos. También consecuencia del aumento de precios, hay datos en este mercado de la financiación que no dejan de ser llamativos. En los últimos dos años, el saldo promedio arrojado por las tarjetas de crédito emitidas por fuera del sistema bancario creció más del 70 por ciento, y estuvo estimulado por el consumo de los sectores más humildes.

Un estudio presentado por la Consultora Claves Información Competitiva explicó que “luego de la gran recuperación mostrada por el sector de tarjetas de crédito y débito entre 2003 y 2007, tanto 2008 como 2009 han sido años de desaceleración, pero de ningún modo de deterioro para un mercado que sigue con tendencia creciente, tanto en saldos como en parque de tarjetas”.

Además sostiene que, para las tarjetas de crédito, el mayor impulso al crecimiento viene dado por las tarjetas no bancarias, cuyos saldos crecieron por encima de la media del mercado. Por otro lado, señala que “entre 2007 y 2009 también se observó una expansión de las tarjetas nacionales, emitidas por bancos generalistas”.

La explicación que encuentra la consultora es que la creciente saturación del mercado de tarjetas internacionales contrasta fuertemente con la cantidad de personas de nivel socioeconómico más bajo que están siendo incorporadas al sistema, tanto por las tarjetas regionales, como por las entidades del sistema financiero argentino.

Pero a pesar del notable crecimiento atribuido al segmento no bancarizado, se advierte que los saldos originados por las tarjetas de las entidades bancarias siguen explicando casi el 93 por ciento de los totales del sector. “Esto se debe en gran parte a la diferencia entre los montos involucrados en las operaciones, sensiblemente menores en el primer caso, y la alta ponderación de los saldos de las tarjetas internacionales”, concluye.

Este año, las tarjetas en funcionamiento en el país estaban distribuidas de la siguiente forma: 42 por ciento internacionales, 21,6 nacionales, 24 regionales y 12 por ciento de cadenas de retail. Aunque las tarjetas internacionales ostentan la mayor participación, vienen perdiendo terreno, sobre todo frente al gran avance de las regionales que ofrecieron cuotas sin interés.

En términos globales, y siempre según el estudio realizado por la Consultora Claves Información Competitiva, las cinco empresas con mayor emisión de tarjetas (American Express, Cabal, Mastercard, Naranja y Visa) concentran el 76,4 por ciento del mercado.

Para el giro del negocio de las tarjetas de crédito y débito, esa consultora estima un crecimiento interanual (2008/2009) del 18,5 por ciento, y de un 22 por ciento para el año próximo.

Entre las tendencias del sector que se visualizan, el trabajo destaca: un crecimiento del mercado impulsado por la incorporación de clientes provenientes de sectores de ingresos medios bajos y bajos. A la vez, una sobreoferta en el mercado ABC1 tradicional del producto.

Para los usuarios de plásticos hay un dato que no deben dejar de lado: las tasas que se pagan por tarjetas de crédito no bancarias superan el 60 por ciento en algunos casos. Los problemas que se generan ante el desconocimiento de la letra chica de los contratos entre las emisoras y los usuarios ocupan históricamente los primeros puestos de reclamos ante el Defensor del Pueblo y la Subsecretaría de Defensa del Consumidor nacionales.

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