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No es no

Más bares se capacitarán contra violencia de género

Los talleres empezarán en febrero y los darán una ONG, la UNR y el municipio. Buscan detectar situaciones de acoso en el local, y prevenirlas. Crearán un protocolo de actuación para el personal.


La semana pasada la conductora televisiva porteña Maju Lozano denunció que fue acosada por cinco hombres en un bar mientras cenaba con un grupo de amigas. El relato se viralizó en las redes y despertó el debate sobre qué hacer frente a este tipo de situaciones y la importancia de desnaturalizarlas. En Rosario una cervecería tomó la iniciativa y en octubre del año pasado organizó un taller de género para los empleados. En noviembre un centro cultural siguió la posta. La propuesta resultó exitosa y ahora más bares buscan capacitar al personal. Las jornadas comenzarán en febrero y estarán a cargo de la ONG Ampliando Derechos, del Programa de Género de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de Asistencia a la Víctima de la Municipalidad de Rosario. De los encuentros surgirá un protocolo de actuación para que los empleados de cada bar sepan cómo responder si una chica sufre violencia mientras está tomando algo. La idea es extender los talleres a otras ciudades del país a través del Instituto Nacional de la Mujer.

“Fue importante que otros bares accedan a esto. Trabajamos para desnaturalizar los micromachismos y que el varón se ponga en nuestro lugar cuando recibimos algún tipo de violencia o discriminación”, explicó Nora Giacometto, desde la ONG Ampliando Derechos.

No es no

Maju Lozano contó a través de su cuenta de Twitter y después en el programa de televisión que conduce el acoso que sufrió en un bar cuando cinco hombres la atosigaron mientras cenaba con un grupo de amigas.

Narró los hechos y dijo que esa noche se fue a dormir angustiada porque no sabía si había actuado bien. Si hizo bien en gritarle al hombre que la acosaba, o tendría que haber llamado a la Policía.

El relato de la conductora abrió el debate sobre las situaciones de violencias en lugares públicos, el derecho de las mujeres a salir y divertirse y cómo reaccionar frente a un hecho de abuso.

En octubre del año pasado, una cervecería rosarina había recibido una denuncia de una clienta por una situación de acoso que sufrió dentro del local.

Tras el hecho, la dueña impulsó un taller de género para el personal organizado por la ONG Ampliando Derechos. La idea fue que los trabajadores puedan detectar entre las situaciones cotidianas del bar si una clienta sufre acoso o violencia y tengan las herramientas para reaccionar en su defensa.

La experiencia fue un éxito y en noviembre el centro cultural Distrito Siete se sumó a la iniciativa.
Esta vez, además de los mozos participó personal de seguridad. A partir de febrero otros cuatro bares rosarinos tomarán la capacitación y colaborarán en la creación de un protocolo para que la pregunta sobre cómo actuar deje de ser un interrogante y pase a ser un derecho.

“Vamos a trabajar sobre el acoso hacia la clienta, pero también hacia un empleado. Muchas veces las mozas sufren destrato porque el cliente se cree en situación de poder. También vamos a tratar la diversidad para que se respeten los derechos e igualdades de las chicas trans”, explicó Giacometto y dijo que la idea es presentar la iniciativa en el Instituto Nacional de las Mujeres para extender los cursos a otras ciudades del país.

Serán cuatro encuentros que se dictarán en cada local que quiera participar. La primera charla la darán todas las organizaciones y después cada una tendrá el espacio para desarrollar un eje de la problemática. En el último encuentro trabajarán en la creación de un protocolo consensuado de actuación.

“Todo lo que se puede visibilizar es importante. Lo fundamental es que haya una sociedad responsable y que entienda que no pueden ir en contra de los derechos. Se tienen que llevar adelante leyes como la Educación Sexual Integral (ESI) para que los chicos desde los 4 años respeten las decisiones sexuales del otro. Me gustaría que desde el municipio capaciten en género al personal de control y guardia urbana”, agregó Giacometto.

Un protocolo sobre cómo actuar

Una leyenda en la carta, el nombre de un trago secreto anunciado sólo en el baño de mujeres o un cartel que avise que se echará a los violentos del bar son algunas de las estrategias para que las mujeres pidan ayuda.

“Lo primero es disuadir la situación de acoso o violencia. Y en última instancia llamar a la guardia urbana”, dijo Giacometto.

Desde la ONG, el Programa de Género de la UNR y el de Asistencia a la Víctima asesorarán al personal de los bares para consensuar un protocolo que brinde herramientas a los mozos y encargados a la hora de detectar si una clienta o un compañero está siendo hostigado y puedan actuar para sacarlo de la situación.

“Vamos a definirlo de acuerdo a cada espacio. Tendrán algunas directivas comunes y después cada bar diseñará su propio protocolo para que puedan apropiarse”, dijo María Eugenia Scmuck, quien acompaña la iniciativa.