Daniela Barreiro
“Mojigata habla de donde siento que vengo, de un escondite que me construí para pasar desapercibida lo máximo posible. Es ponerle punto final a una manera de vivir mi vida, llamar a esa época de una manera dura pero quizás graciosa, a modo de reivindicar mis propias decisiones de supervivencia y seguir adelante. Mi pasado de «mojigata»”.
De este modo, Marilina Bertoldi habla del título de su último disco, el sucesor de Prender un fuego, material que había dejado la vara alta en materia musical con muy buenas críticas y le había dado la posibilidad de gritar que el Gardel de Oro lo había ganado una lesbiana, como postura política ante una industria machista que, si bien tiene algunos gestos hacia mujeres y disidencias, sigue sin hacer el gran quiebre.
La cantautora, una de las referentes de la música actual y de un rock que se renueva, abrirá en Rosario la gira presentación de su último material de estudio: “Fue una decisión más que consciente, una postura y una bandera. A veces me asusta lo centralizado que está todo en Capital y cómo yo misma caigo en ese embudo siendo de Santa Fe y entendiendo lo complejo que es para nosotrxs realizarnos en varios rubros que sólo parecen tener sentido en Capital Federal. Pero así está diagramado todo, es cuestión de buscarle la vuelta mediante este tipo de decisiones. Hay mucha gente de Capital Federal que va a ir a Rosario a ver el primer show, me parece una pequeña victoria”, apuntó en una comunicación vía mail con El Ciudadano.
Nacida en Sunchales, la menor de las hermanas Bertoldi (su hermana Lula es la líder de Eruca Sativa) decidió comenzar en su provincia las presentaciones de un disco concienzudo en el que la decisión de hacer rock fue, por primera vez en su carrera, intencional. “Es la primera vez que hago un disco de rock intencionalmente. Las referencias son muy noventosas, pero más bien de discos de mujeres de los noventas y dos mil. Ya ese enfoque me pareció que iba a tener una sonoridad muy fresca de una época que muchos retrataron desde los discos de hombres y bandas de chabones de esa época; ni hablar que luego me apoderé de ese sonido y lo hice sonar a mí, fue una hermosa investigación sonora”, contó la artista que debutó en bateas como solista con El peso del aire suspirado en 2011.
Los temas de Mojigata hablan para quien suscribe, en su mayoría, de amor, aunque Marilina corrige: “No sé si hablan en su mayoría del amor, pero quizás respecto al tema del amor, en el disco, creo que lo trata desde distintos tipos de amores. El amor por una misma, el amor que no se merece alguien que es irrespetuoso hacia vos, el amor hacia un secreto pesado en tu interior y quizás también los amores sexoafectivos que aparecen y desaparecen en la noche”.
El proceso de composición del disco fue exhaustivo. “Tengo el disco en el mismo orden y prácticamente con los mismos arreglos en cada canción todo en maquetas en casa. Fue compuesto y grabado en casa a modo amateur previamente para escucharlo y después lo grabé «bien», todo de nuevo. Quise tener en claro a dónde tenía que ir antes de darle direcciones a las personas que iban a trabajar conmigo. Así que fue bastante estudiado en ese sentido”, contó.
La cantautora Javiera Mena y la música y activista por los derechos de las mujeres y de los y las trabajadoras sexuales María Riot son las invitadas especiales del disco. “A ambas las admiraba antes de siquiera pensar en hacer algo con ellas, creo que me estoy empezando a dar el gusto de trabajar con gente a la que considero icónica. Por algún motivo hermoso del universo ellas accedieron con mucho cariño a aportar lo suyo, que hayan quedado retratadas estas colaboraciones me llena el corazón”, dijo Bertoldi.
Y consultada acerca del rol de la cultura sobre debates sociales como es el caso del trabajo sexual, aseguró: “Creo que el debate del trabajo sexual es un debate que tienen que dar lxs trabajadorxs sexuales. Opiniones de otras personas no tienen mucha relevancia, ni la mía, ni la de ninguna persona que no tenga que ver con el rubro. Mi aporte no es mucho en contraste con las luchas que tienen por delante lxs trabajadorxs sexuales. Quizás compartir mi admiración hacia María y su trabajo es mi pequeño aporte, no que lo necesiten igualmente. Soy una persona muy privilegiada que no tiene conciencia real del estigma y la falta de derechos básicos con los que conviven a diario. Pero definitivamente, dentro del debate feminista, el trabajo sexual me parece uno de los temas más urgentes a poner sobre la mesa, y quienes tienen que poder hablar y debatir sobre eso en espacios de cambio real son quienes lo ejercen”.
Después de aquel debut discográfico de 2011 salió La presencia de las personas que se van en 2014 y Sexo con modelos en 2016, con el que ganó mayor popularidad. En 2018 sorprendió con el referido Prender un fuego, con el que Marilina siguió creciendo en su carrera, se subió al escenario de los premios Gardel y le gritó a la industria musical que no sólo había ganado una mujer (la segunda en la historia de los premios después de Mercedes Sosa) sino que también lo había hecho “una lesbiana”.
Hoy, Marilina habla de amor, sexo y seducción entre mujeres. “Fue una decisión de liberación, de vivir con libertad tanto en mi vida como en mis canciones. Ya ni siquiera es una decisión; incluso, es hablar como hablo y de quienes hablo sin estar ocultando cosas”, aseguró.
A la hora de hablar de representatividad, aporte y referencia, Marilina planteó: “Desconozco la magnitud de todo lo que está pasando con mi personaje en el ambiente. Creí tener una idea pero cada día que pasa me doy cuenta de que es imposible entenderlo, sólo lo entenderé un poco mejor cuando pase el tiempo. Espero que haya nuevas generaciones sin los problemas y trabas que tuve que vivir yo. Supongo que ése es mi aporte además de lo artístico”.
“Esta pregunta es difícil”, escribe Marilina tras ser consultada sobre la actualidad de las mujeres en la industria después de la sanción de la Ley de Cupo y con el debate de la representatividad instalado.
“Es difícil porque creo que sí hay avances, pero no importantes, no de raíz. La pandemia no ayudó tampoco, creo que nos hizo dar pasos para atrás. El mundo, y particularmente el país, entraron en otras emergencias, es difícil de generar cambios sociales estructurales si la gente no llega a fin de mes, si no hay shows en vivo o si las entradas a los shows aumentan violentamente. Todo se volvió muy complejo, separó mucho las redes que se habían generado. Esperemos que todo esto retome su rumbo ahora que va volviendo todo a la normalidad”.
La última vez que Marilina piso oficialmente suelo rosarino lo hizo como instrumentista junto a Barbi Recanati. Ella forma parte de su banda estable como bajista, un rol que cumple con gran talento. “Si hay algo que entendí en este último tiempo es que si quiero aprender a tocar un instrumento tengo que salir a tocar en los escenarios ese instrumento. En una gira del sólo set decidí tocar la batería para aprender a tocarla. Soy hija del rigor y si no tengo esa «presión» no soy constante. Así que tocar el bajo con Barbi fue una excelente decisión porque finalmente puedo decir que soy bajista, lo disfruto y defiendo bien mi rol. Además tocar con Barbi, que sacó mi disco favorito de la pandemia, es un honor y ni hablar de la cosa más divertida que hice en mucho tiempo”, concluyó.
Para agendar
Marilina Bertoldi presentará su disco Mojigata en Rosario este jueves, a partir de las 20, en La Sala de las Artes (Suipacha y Güemes). Las entradas están a la venta a través de Entrada Play
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