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Básquet

Marcucci y Bednarek, dos pibes rosarinos campeones de la Liga Argentina

Los jóvenes jugadores surgidos en Náutico fueron protagonistas de la consagración de Independiente de Oliva en la segunda división nacional


Nicolás Marcucci e Ignacio Bednarek cerraron una increíble temporada con el título de la Liga Argentina y el ascenso a la máxima categoría del básquet nacional. Independiente de Oliva fue la plataforma de despegue del escolta surgido en Náutico, mientras que para el pivot, también de la cantera de la ribera, fue la forma de coronar una campaña que lo tuvo también en el plantel de A con Peñarol de Mar del Plata.

Marcucci fue protagonista de la definición, con aporte puntual y mano fina cada vez que le tocó ingresar. En su primera aventura lejos de Rosario, cerró una campaña redonda: “Hay muchos buenos equipos en este torneo que podrían haber ganado el torneo, como Barrio Parque, Central de Ceres, San Isidro o Zárate. Lo que hicimos muy bien es formar un grupo de hermosas personas y un equipo que se llevó muy bien tanto dentro como fuera de la cancha”.

“Nos dimos cuenta ya dentro del Súper 8 que podíamos pelear. Empezamos a ganar por buenas diferencias, con contundencia y supimos que íbamos en serio, que íbamos por todo por el carácter del equipo”, agregó Nico, de explosiva aparición en Náutico en Superliga y Liga Provincial, para dar el salto después del primer Federal.

“Fue algo increíble lo que logramos, porque nadie podía ser tan optimista. Y en lo personal era la primera vez que salía de mi casa, con un equipo nuevo, una categoría nueva. Traté de cumplir con lo que pidió el técnico y tuve su confianza y la de mis compañeros para desarrollar el rol de tirador. Viví algo increíble, difícil de conseguir, y en la primera temporada”, contó el escolta.

Su compañero en la gesta fue Nacho Bednarek, quien hace rato y desde muy joven salió de casa para terminar de formarse en Peñarol de Mar del Plata. Y entre Liga A y Liga de Desarrollo, llegó la cesión a Independiente para la etapa clave.

“Fue una sensación hermosa porque nadie se esperaba llegar hasta las finales y mucho menos ganarlas. El objetivo principal no era ganar el torneo, pero una vez que estás ahí con la posibilidad, se convierte en un objetivo y hay que dejar todo por eso”, contó el ex Náutico.

“La adaptación no me costó mucho a pesar de llegar con la temporada en marcha. En lo deportivo, son todas acciones básicas de juego y eso hace que te guíes mucho más rápido para saberte los sistemas y qué es lo que juega el equipo, mientras que en cuanto a jugadores son todos buenas personas, siempre que necesitaba algo ellos me lo explicaban y también me integraban al grupo. Eso suma un montón para que uno pueda meterse de lleno en el equipo”, repasó el interno.

Y claro, el resumen de la campaña es con saldo de felicidad plena: “Fue una temporada positiva, más que nada porque sentí que fui de menor a mayor en la Liga de Desarrollo y termina la temporada con un título de la Liga Argentina”.

Y el futuro se mira con optimismo y deseo: “En la próxima temporada me gustaría tener unos minutos en la Liga Nacional, mucho también depende de mí y de cómo me prepare, que es algo que ya estoy trabajando”.

Compre rosarino. No hay duda.

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