Espectáculos

Crónica Recital

Maravilloso Raphael, maravilloso

El Niño brilló el domingo en el Teatro Broadway con la sala colmada de un público fervoroso que cantó y disfrutó de clásicos y nuevos

Foto: Juan José García

“Maravilloso, Raphael, maravilloso. No dejes nunca de cantar, yo te lo pido”. Parafraseando una de sus emblemáticas canciones, el Niño brilló en el escenario del teatro Broadway el domingo a la noche. Con la sala colmada de un público fervoroso, a sus 75 años, el español cantó sin pausa casi treinta temas. Sin respiro, sin dejar de moverse ni de sonreír. Sin dar lugar a que la magia se desvanezca, comenzó el recital a las 21.30 en punto, tal como estaba previsto, y por dos horas ininterrumpidas la garganta del showman no descansó hasta lograr movilizar a los espectadores llegando al final con un bis que no fue –y que todos esperaban de pie–, pero dejando con maestría una suerte de puerta abierta para que sus seguidores quedaran deseosos de una segunda vuelta, quizás, cuando regrese a la ciudad en una nueva gira internacional.

Foto: Juan José García

 

Raphael eligió nada menos que Rosario para cerrar la serie de conciertos en Argentina del tour  “Loco por cantar 2018”, espectáculo en el que presenta temas de su disco Infinitos bailes (2016), un trabajo que reúne canciones de 14 compositores y cantantes de la nueva generación como Enrique Bunbury, Manuel Carrasco y la mexicana Paty Cantú, entre otros. Justamente, comenzó el show con el corte que da el nombre al CD, para luego seguir con “Aunque a veces duela”, del mismo álbum.

En uno de los breves momentos en los que el español habló con el público, fue al terminar el segundo tema, para contar que los ya interpretados formaban parte de sus últimas canciones. “Pero yo sé a qué han venido hoy así que…”, dijo, solamente, para luego cantar “Mi gran noche” y poner a sus seguidores de pie, dejándolos entonar el estribillo de ese viejo tema que ya es un hito en la historia del Niño.

Foto: Juan José García

 

Así fue mezclando canciones nuevas y no tanto. Las últimas, las que todos conocían, hicieron poner de pie a la gente. Al cierre de cada tema las luces de la platea se encendían y Raphael devolvía la ovación de su público con una sonrisa y un infinito “¡Gracias!” que modulaba mientras hacía una reverencia, juntaba las palmas de las manos y se las llevaba al pecho.

Dos “sólos” con Gardel y Parra

En medio de la euforia que envolvía a las plateas y los palcos colmados, pocos se percataron que sobre el piano había una réplica de una vieja radio de los años 30. El español hizo un alto para decir que en esos aparatos sí se escuchaba buena música y sonó el comienzo de “Volver”, por Carlos Gardel. Así fue la puesta en escena con la que Raphael cantó el mítico tango del Zorzal, musicalizado únicamente por el pianista. Minutos antes, había hecho lo mismo con “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, pero acompañado por una guitarra criolla.

Los años parecen no pasar nunca para Raphael, que caminó incesantemente por el escenario, hizo sus características poses de bailarín de flamenco y de a ratos desapareció de escena por segundos para reaparecer y cantar una y otra vez.

Foto: Juan José García

 

El montaje del espectáculo fue impecable desde principio a fin. Una impactante batería de luces jugó con intensidad y color al ritmo de la música. Detrás, una pantalla gigante reproducía el rostro del cantante y por momentos espectros con forma de estrellas, brillo y fuego formaron parte de la gran puesta en escena que contó, además, con un sonido de lujo.

Siete fueron los músicos que acompañaron a Raphael este domingo en el Broadway en piano, guitarras y baterías. Un show que seguirá en Chile el 6 de junio para terminar en Cali, Colombia, y seguir hasta finales de octubre en España.

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