Ciudad

Manos a la Obra pidió más seguridad en la construcción

La ONG protestó frente al edificio donde falleció un sereno al caer por el hueco de un ascensor.

Un nuevo casco amarillo con la consigna “¡Que lo parió!” quedó estampado con un esténcil ayer a la mañana en la puerta de un edificio en construcción, donde en la madrugada del 1º de enero falleció un sereno al caer por el hueco de un ascensor. Narciso Canteros, de la organización Manos a la Obra, se manifestó ayer en Balcarce 72, el lugar del fatal siniestro. “En este edificio no hay medidas de seguridad, no hay una reja de contención y ni siquiera iluminación. Acá, una vez más, hubo negligencia del empresario responsable de la obra”, protestó el albañil, que se quedó con el torso desnudo, descalzo, se puso el casco y unos pantalones marca Ombú descuajeringados como para que el reclamo en plena vía pública no pasara desapercibido entre vecinos, transeúntes y automovilistas que se desplazaban por la zona.

Isidoro Luna, de 64 años, fue encontrado sin vida durante la tarde del primer día del año. El empleado, que cumplía funciones de sereno, había ido a trabajar el 1º de enero a la madrugada, después de brindar con su familia, que lo esperaba para almorzar al mediodía, horario en que concluía su jornada laboral. Si bien todavía se tratan de establecer detalles del accidente, se sabe que Luna se desplomó por el hueco del ascensor desde unos siete metros de altura y murió al instante.

“No puede quedar todo en la nada. Un trabajador que viene a ganarse la vida la termina perdiendo por la irresponsabilidad empresarial. Esta vez no van a poder decir que el trabajador no tenía experiencia. No hay un cartel de obra con la empresa constructora responsable. Hay un cartel con el nombre de la arquitecta a cargo y nada más”, indicó Canteros, quien había desplegado una bandera de Manos a la Obra que rezaba “Basta de muertes en obras” y “Ni uno más”.

Al mismo tiempo que se desarrollaba la protesta algunos albañiles descargaban materiales para otro edificio que se levanta enfrente de donde sucedió el siniestro. Algunos vecinos se asomaron a la vereda para anoticiarse de la movida y uno de ellos comentó que Luna hacía más de un año que trabajaba como sereno del edificio, cuyo final de obra –por lo que se pudo observar– es inminente.

Canteros, con toda la bronca a flor de piel, vociferó: “En este 2010 ya tenemos que lamentar la muerte de un compañero. Esto es consecuencia de la negligencia de los empresarios que pretenden producir y no les importa prevenir. Nos vamos a seguir manifestando como lo hemos hecho cada vez que hay una muerte en una obra. Ningún sindicato vino a solidarizarse con la familia de este empleado”, reprochó.

“¿Es mucho pedir a los empresarios que acaten las normas de higiene y seguridad? ¿Es mucho pedir que los empresarios inviertan en recursos humanos y en material disponible para que, como en este caso, haya una reja de protección que quizá hubiese evitado la muerte de este sereno?”, se preguntó el referente de Manos a la Obra. 

El sereno fue encontrado sin vida la tardecita de Año Nuevo, después que los familiares de Luna alertaran a personal de la obra sobre la tardanza en regresar a su domicilio. El cuerpo fue retirado por compañeros de trabajo de Luna y efectivos de la comisaría 3ª, quienes comentaron que la obra en cuestión no tiene luz eléctrica y que el infortunio que le costó la vida al sereno se produjo entrada la noche.  

Canteros les llamó la atención a los colegios de profesionales para que también “tomen cartas en el asunto”. “No vamos a perdonar ni un incumplimiento más. Hacemos responsable al Estado y a las autoridades competentes. Acá hay gente que cobra para hacer cumplir las normas de seguridad en las obras, pero tenemos que salir los laburantes a denunciar esta situación de irregularidad. Vamos a escrachar a cada obra en construcción donde no se cumplan las medidas de seguridad”, sostuvo el albañil, y agregó: “Las empresas no toman empleados y los compañeros tienen que cubrir distintas tareas, y para eso trabajan doce horas por día”.

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