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Haití: Manifestaciones callejeras tras denuncia de fraude de candidatos

Miles de haitianos se manifestaron espontáneamente esta tarde en Puerto Príncipe y reclamaron el arresto del presidente René Preval, poco después de que 12 de los 18 candidatos a suceder al mandatario lo acusaran de haber organizado un “fraude” masivo y pidieran la “anulación” de las elecciones que se realizan hoy. Haití: el voto entre el cólera

“Arresten a Preval, arresten a Preval”, gritaban los manifestantes mientras arrancaban a su paso carteles que promovían la candidatura oficialista de Jude Célestin, informó la agencia de noticias DPA.

La manifestación la iniciaron unos centenares de personas delante del hotel Karibe, en el barrio Pétion-Ville, donde 12 de los 18 candidatos presidenciales leyeron una proclama conjunta pidiendo la anulación de los comicios y llamando a “los jóvenes” a que se movilizaran “pacíficamente para defender un nuevo Haití”.

“Denunciamos ante la comunidad internacional un fraude masivo y pedimos la anulación de las elecciones”, dice la declaración firmada, entre otros, por Mirlande Manigat, Michel Martelly y Charles Henri Baker, tres de los favoritos en las encuestas junto al oficialista Célestin.

Los postulantes aseguraron que está en marcha un “complot” por el que responsabilizaron a Preval y llamaron a los “jóvenes haitianos” a que se “movilicen pacíficamente para defender un nuevo Haití”.

A lo largo de la jornada, fuertes retrasos en la apertura de centros electorales, denuncias de irregularidades y confusiones con las listas de votantes fueron caldeando los ánimos.

Al menos tres centros electorales en Puerto Príncipe abrieron con entre cuatro y seis horas de retraso respecto de la hora oficial, según DPA.

Un periodista extranjero aseguró haber visto en un centro en Cité Soleil cómo la jefa de mesa abría la papeleta antes de meterla en la urna y si ésta no era de la agrupación que prefería, la rompía.

Mientras, en Pétion-Ville, lugar de voto de Martelly, el jefe del centro no permitió la entrada de fiscales, salvo los el del partido oficialista, Inité, relataron testigos.

Según la emisora NCH 2000, las papeletas electorales de Jacmel, al sudeste del país, aparecieron en Port de Paix, en la otra punta de Haití.

Fuentes de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) reconocieron que se estaban produciendo disturbios en diversos puntos del país y que la gente estaba “inquieta”.

Un observador internacional en uno de los centros con fuerte retraso en Puerto Príncipe calificó la situación como “catastrófica” y agregó: “Es la peor elección que he visto jamás”.

Más temprano, el jefe de la Minustah, Edmond Mulet, había admitido “incidentes menores” en Desdunes, en el norte del país, donde el alcalde Wesner Archelus aseguró que “hubo tiros toda la noche” y que “los disturbios estallaron en un centro de votación, donde un representante del Inité fue secuestrado brevemente” y luego él mismo fue agredido hasta que se refugió en una comisaría.

La prensa reportó que en esa ciudad varios centros de votación fueron saqueados y los comicios llegaron a interrumpirse, pero se reanudaron tras la llegada de tropas de la Minustah con media docena de vehículos blindados que fueron desplazados con el objeto de “recuperar el control de la situación”.

Unos 4,6 millones de ciudadanos están habilitados para elegir en las urnas al sucesor de Preval y también a 99 diputados nacionales (la totalidad de la cámara) y 11 senadores nacionales (un tercio del cuerpo).

Todos los analistas coincidieron en pronosticar que la asistencia a los comicios sería inusualmente baja, debido a la situación desesperante que atraviesa el país, que es el más pobre de América latina y el Caribe.

Además de estar afectado por una epidemia de cólera, Haití sufre aún los efectos del devastador terremoto y de los huracanes que lo azotaron este año, a lo que se suman los cuestionamientos a las fuerzas de la ONU instaladas en el país.

Sin grandes actos ni mucha publicidad, transcurrió en medio de una marcada indiferencia la campaña electoral para designar al sucesor de Preval, único presidente que en las últimas tres décadas pudo terminar un mandato (1996-2001) y se apresta a completar el actual, iniciado en 2006.

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