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Teatro en La Manzana

“Malversión de amor”, un Chejov para regocijarse


En el marco del Ciclo Formatos de Todos Lados, el teatro La Manzana (San Juan 1950), recibirá una vez más este viernes a las 22, tal como pasó en octubre del año pasado, al imperdible espectáculo santafesino Malversión de amor (será tu sonrisa). El ciclo, que se desarrolla con el apoyo de Escena Santafesina, programa que lleva adelante el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia, se enmarca dentro de la categoría “Programaciones” y se revela como un espacio en el que, además de mostrar sus obras, los artistas tienen la posibilidad de contar cómo es producir en su lugar de origen y así poder debatir acerca de los diferentes formatos de producción teatral que conviven en la provincia.

En Malversión de amor (será tu sonrisa), versión libérrima de Tío Vania de Anton Chejov, un grupo de personajes se reúne en la Clínica de los Soles a intercambiar malestares, o “figurillas diagnósticas”, como plantea la talentosa directora Julieta Vigo, quien con esta obra ganó la Fiesta Provincial del Teatro 2015. “Qué no haríamos, de qué no seríamos capaces con tal de sanar la absurda herida de existir”, se interroga la creadora, casi como un guiño al entrañable autor ruso.

Con las actuaciones de un sólido elenco integrado por Carolina Cano, Guillermo Frick, Selma López, Adrián Cáceres y Lucas Ranzani, el montaje sirve, entre otras cosas, para confirmar que todavía resisten los espacios escénicos para dar cabida a los inusitados vaivenes de un dramón clásico como Tío Vania, devenido en melodrama bizarro, con dejos de psicodrama y/o psicomagia.

De hecho, a la distancia, Chejov pareciera mirar de reojo el bello disparate que, en ciernes, es Malversión de amor.

Con un gran trabajo en dramaturgia y dirección de Julieta Vigo, y un registro de actuación que va del melodrama a la comedia negra, pasando por ciertos registros que coquetean con el grotesco, el montaje está entre los mejores de la escena provincial: guiños al teatro posdramático con aires de conferencia de Alejandro Jodorowsky, incluso, dejando entrever lo que se juega en un ensayo teatral, el material, extrañamente en ese contexto alienado e inverosímil, mantiene viva la llama chejoviana, porque lo que se ve de esos personajes es, apenas, un capa de todo lo que esconden. Un atinado final, poético e inolvidable, más allá de que ellos no saben “nada de los rusos”, es otro guiño a un autor para muchos “intocable”.

El espectáculo, como pasó con otros que integraron el ciclo, confirma que es imprescindible que el teatro santafesino salga de sus salas a recorrer la provincia para confrontar miradas con otros públicos.

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