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Crimen en Ludueña

Madre de víctima dice que no hubo pelea sino una ejecución

Emanuel Palacios fue asesinado de cuatro balazos la semana pasada. Por el caso está prófugo un joven apodado Luchín.


“Ema siempre fue muy goloso. Después de cada comida iba hasta el quiosco de la esquina por calle Urquiza (al 5000) y se compraba un Baggio, alfajores o chocolates. Muchas veces yo, después de cenar, ya estaba acostada, pero igual se aparecía en la pieza para traerme alguna golosina”. La mamá de Emanuel Palacios describió así a su hijo a modo de introducción para relatar lo que pasó la noche del martes 8 de este mes cuando el joven de 19 años fue asesinado de cuatro balazos a metros de su vivienda de Felipe Moré al 400, en barrio Ludueña.

María asegura que su hijo nunca había tenido cruces de palabra con quien fue su verdugo esa noche, a quien los testigos identificaron como un joven apodado Luchín. La mujer quiso dialogar con El Ciudadano y dar su versión de los hechos porque una de las primeras hipótesis de los investigaciones que salió a la luz después del crimen indicaba que hubo fue entredicho entre Ema y Luchín, lo que detonó la ejecución. En compañía de una de sus hijas, la mamá de Ema negó también que el ataque fatal estuviera relacionado con la muerte de Walter López y explicó que hace casi dos meses había quedado desligado de esa causa (ver aparte).

El martes de la semana pasada, Emanuel recibió la visita de su hermana y sus cinco sobrinas que viven en otra localidad santafesina. “Estuvo todo el día en casa, las hizo jugar a todas (por las pequeñas hijas de su hermana). Estaba feliz. Cenamos y cerca de las 22.30 fue a comprar algunas golosinas para la sobremesa”, revivió María mientras enumeraba todas las puertas del barrio que tocaron para llegar a reconstruir lo que pasó aquella noche, incluso la de los familiares de los acusados de ser los autores del homicidio.

La ejecución

“Lo que sabemos después de preguntar a todo el mundo es que Ema estaba por entrar al quiosco cuando José y Luchín se le pusieron detrás”, contó. José lo empujó, Ema trastabilló con un gato hidráulico que hace de banco en ese lugar y se cayó. Una vez en el piso, José y Luchín abrieron fuego. Malherido, el joven de 19 años se arrastró hasta el interior del negocio para buscar refugio, describieron las familiares.

“Sentimos los tiros y salimos a la vereda; el quiosco queda a unos metros. Fuimos todos hasta el lugar. Estaba adentro herido y nadie se animó a tocarlo. Su pareja se acercó y Ema le dijo: «Celeste, llevame hasta el hospital». Mi otro hijo lo subió a una moto y lo llevó al Carrasco”, describió la mujer con ayuda de su hija, quien contó que una vez en el centro de salud acompañó a Ema en la ambulancia que lo derivó hacia el Clemente Álvarez.

“En el Heca le estaban haciendo una traqueotomía cuando se descompensó. Tuvo dos paros cardiorrespiratorios y falleció. Estaba con mi marido en la sala de espera cuando nos avisaron. Estábamos solos porque los demás se habían ido afuera. Empecé a gritar, lloré y no me acuerdo nada más”, dijo María.

El barrio

La mujer señaló que tanto los allegados a los dos jóvenes acusados como la familia del quiosquero desaparecieron del barrio. “Se mandaron a mudar todos. En el negocio quedó el hombre solo. Esa noche baldearon toda la sangre rápido y un muchacho tiró las vainas a la zanja. Cuando llegó la Policía no había nada, pero pudieron recuperar dos vainas calibre 9 milímetros”, prosiguió la madre de Emanuel, a quien describió como un chico apegado a su familia y trabajador.

“Hacía arreglos de jardinería con su papá y su hermano. Los días que no trabajaban, Ema me ayudaba, ponía la ropa a lavar, hacía los mandados y también muchas veces cocinó para toda la familia. Era papá de un gordito hermoso de 8 meses”, describió María en un tono de voz diferente, como si evocar ese recuerdo le hiciera olvidar su dolor sólo por un rato.

El prófugo

El fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos de la Fiscalía Regional Rosario Adrián Spelta señaló, en diálogo con El Ciudadano, que se libró un pedido de captura para el joven apodado Luchín. El representante del Ministerio Público coincidió con la versión brindada por la mamá de Ema y su hermana, en la que se remarca que no hubo una pelea o discusión previa. “Los testigos señalaron que ni bien vio a Palacios cerca del quiosco le disparó con una pistola 9 milímetros sin mediar palabra”, describió Spelta.

Desvinculado en caso de homicidio de 2012

María, mamá de Emanuel, contó ayer que cuando se enteró de la acusación que pesaba sobre su hijo, quien estaba sospechado por el crimen de Walter López, lo entregó a la Justicia. “Yo misma lo llevé a la Policía pero hace unos meses que ya había sido desvinculado de la causa. El 5 de mayo pasado lo llevamos con su papá para que le hicieran una rueda de reconocimiento. Estaba el chico que había sido herido en el ataque de esa vez. Emanuel no fue reconocido”, dijo la mamá al igual que su abogado defensor, José Ferrara.

Por esa circunstancia, la madre de Emanuel aseguró ayer que el ataque que le resultó fatal a su hijo no está relacionado con la causa que investiga la muerte de López. “No fue una venganza. No fue un ajuste de cuentas porque mi hijo hacía unos meses que ya había salido libre de ese tema”, aclaró.

Móvil del crimen

Por su parte, el fiscal que investiga el crimen de Palacios indicó que no surgieron indicios en la investigación de que este crimen se haya cometido en respuesta al asesinato de López.

Emanuel Palacios tenía 17 años cuando estuvo mencionado en el ataque a tiros que terminó con la vida de Walter López, de 24 años, y en el que resultó herido Raúl G., de la misma edad, el 30 de abril de 2012 en Urquiza y las vías.

Los pesquisas detallaron que aquel día estos dos muchachos a bordo de una moto Appia de 150 centímetros cúbicos llegaron a la altura de Tucumán al 5100 y descargaron una lluvia de balas contra el frente de una casa donde estaba estacionada una moto de 250 centímetros cúbicos propiedad del papá de Ema Palacios. Uno de los proyectiles impactó en el tanque de nafta y la moto se incendió.

Según describieron fuentes policiales en aquel momento, una hora y media después del ataque sobre la vivienda de Emanuel, los ocupantes de la moto Appia fueron baleados en el cruce de Urquiza y las vías tras una persecución. Como consecuencia de la balacera, López recibió cuatro impactos y murió casi en el acto, mientras que Raúl G. quedó herido de un disparo en la espalda.

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