“Había alertas de seguridad que podían poner en peligro a los rosarinos”, dijo ayer por la noche el diputado provincial de Cambiemos Federico Angelini al confirmar que el presidente Mauricio Macri no asistirá al tradicional acto por el Día de la Bandera en Rosario, rompiendo con una tradición muy arraigada en la ciudad: la visita del jefe del Estado para celebrar a la enseña patria. El argumento fue que “se priorizó cuidar la paz”; lo que se interpreta es que el presidente teme por los escraches que lo esperaban en rechazo a las medidas de su gobierno como el endeudamiento con el FMI, la fuerte devaluación, la inflación imparable, las paritarias a la baja y los tarifazos de los servicios públicos.
Al igual que en 2016, desde Presidencia habían elegido un acto de espaldas al gentío, con calles cortadas, un amplio vallado y la fuerte custodia de Gendarmería. Este año, el descontento popular se iba a hacer sentir con fuerza y por eso Macri tomó la decisión de no venir a Rosario para evitar el escrache.
En declaraciones a Canal Tres Angelini señaló: “Había avisos de manifestaciones y se quiso preservar la paz con los rosarinos”. El diputado provincial del PRO abundó: “Querían opacar los festejos del 20 de junio y se decidió suspender la visita del presidente para no darle lugar a estos violentos”.
En la curiosa lectura del legislador macrista, manifestarse en contra de las medidas de un gobierno que los perjudica se interpreta como violencia: “Había muchos avisos de manifestaciones de los violentos que se manifestaron en otras oportunidades”.
“Querían opacar la fiesta del 20 de Junio y no lo podemos permitir. Queremos que sea una fiesta para todos los rosarinos”, dijo Angelini, aunque la justificación suena equivocada ya que de todos modos los rosarinos no podrían asistir al acto oficial por el celoso vallado en torno al lugar.
En tanto, el ministro del Interior Rogelio Frigerio indicó que le comunicó la decisión al gobernador Miguel Lifschitz. “Con motivo de haber recibido notificaciones de los responsables de la seguridad presidencial y del gobierno de Santa Fe donde se indicaba que se debía reforzar las medidas de seguridad para evitar la posibilidad de que se generen disturbios en las calles de Rosario de organizaciones políticas, se suspenderá la asistencia del presidente a la celebración del Día de la Bandera”, expresó.
¿Y ahora?
Ya sin Macri, tampoco habrá presencia del gobierno nacional, por lo que el acto quedará en manos de Lifschitz y la intendenta Mónica Fein. Antes de que se confirme la ausencia de Macri, fuentes del PRO consultadas por El Ciudadano habían informado que la visita del jefe del Estado iba a ser fugaz, que la idea era que Macri se mueva lo menos posible por Rosario, por lo que no iba a participar del desfile y su discurso sería breve.
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