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Regaló dos banderas

Macri en Ciclón: el país no crece por culpa de Moyano, de Belgrano no se acordó

El presidente, con fuerte custodia, llegó al club de básquet de zona sur, vallado como en otras ocasiones el Monumento. No habló de Belgrano ni de la enseña patria. Se dedicó a fustigar al gremio de los camioneros, al que incluso llegó a responsabilizar de la situación del país. Sorpresa de Fein


Fotos: Franco Trovato Fuoco.

Con banderas argentinas detrás, en el club Ciclón, el presidente Mauricio Macri ocupó la mayor parte de su discurso, en el acotado acto propio por el Día de la Bandera en Rosario, a proferir diatribas contra el gremio de los camioneros, al que acusó de ser la causa de que “el país no crezca”. La intendenta Mónica Fein, detrás del mandatario y junto a la ministra de Seguridad de Nación, Patricia Bullrich, no pudo ocultar su extrañeza ante las raras palabras del jefe del Estado, que no mencionó a la enseña nacional ni a Belgrano. En cambio, se empeñó en atacar la “mafia” de “los Moyano” y en autoensalzar su gestión con eje en el combate del narcotráfico.

Macri llegó a Rosario en avión, en helicóptero se trasladó hacia la sede de la Gendarmería y de allí en auto hasta el club Ciclón, fuertemente custodiado, y vallado, por la fuerza de seguridad federal.

Para el presidente, el Día de la Bandera sólo se vió reflejado en el “regalo” de dos enseñas, una a Fein y la restante a la entidad deportiva anfitriona. El resto fue una embestida verbal contra las “patotas” sindicales y las “mafias”, y una extraña obsesión, durante un acto en el que había alumnos de escuelas, por Hugo Moyano y su hijo Pablo. Cada punto y coma de lo que dijo fue en clave proselitista.

Macri argumentó, sobre las variables económicas y sociales en retroceso, que no son una mala señal sino, interpretó, que su gestión está en el “camino correcto” porque si cuesta la recuperación, es que “vale”.

Fue más allá: la recesión, la pobreza y el desempleo en aumento, el cierre de comercios e industrias, es culpa de la “patota del transporte”. Es decir, de Hugo y Pablo Moyano, padre e hijo demonizados en el discurso presidencial. Los acusó de “acumular privilegios en forma ilegal” y perjudicar las producciones regionales.

“Cuesta más caro las gaseosas, las bebidas y el limón”, espetó a los presentes Macri, por culpa de los camioneros. El blanco presidencial no fue gratuito: Hugo Moyano es uno de los promotores del espacio Frente de Todos, que lleva la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández.

“Vamos en serio. Por primera vez en décadas estamos haciendo lo que teníamos que hacer. Volver al pasado no es lo que nos sirve para el futuro. No queremos más ejercicio patotero del poder”, lanzó el mandatario, también, con eslogan de campaña.

Sorpresa

Detrás de Macri, y mientras centraba su discurso en denostar un gremio, el rostro de la intendenta Fein lucía lo más parecido a la extrañeza por lo que estaba escuchando. Ni una sola mención al objeto de la celebración. A su lado, Patricia Bullrich, la única integrante del gabinete que se acercó a Rosario, sonreía nerviosa.

La presencia de la titular de la cartera de Seguridad no fue casual: Macri, detrás de los camioneros en el orden de mérito de sus palabras, se dedicó a elogiar lo que consideró un logro de su administración: el combate al narcotráfico.

En ese ítem se refirió a Rosario, siguió con la mención a la desarticulación de bandas “más peligrosas que la de Los Monos” y lanzó algunas cifras sorprendentes: “85 mil detenidos por tráfico de drogas, 67 por día”, contó, sin posibilidad de réplica. Unos 10 minutos se extendió el mandatario. No le alcanzaron para hacer referencia al primer izamiento de la bandera frente al Paraná, ni al mentor de ese hito simbólico de independencia, Manuel Belgrano, de cuyo fallecimiento se cumplieron este jueves 199 años.

Lifschitz no, Corral sí

El gobernador Miguel Lifschitz no estuvo en el acto. No fue uno de los invitados por Protocolo de Nación. Apenas se cursó convite a Fein. El saliente intendente de la ciudad de Santa Fe y perdidoso aspirante a la gobernación, José Corral, sí estuvo con pase oficial.

El presidente mantuvo, después del acto en la cancha de básquet del club Ciclón, un breve encuentro con estudiantes que tienen dificultades para viajar a la Olimpíada Internacional de Física en Tel Aviv, Israel, y raudo volvió a subirse al avión que poco antes lo había depositado en Rosario.

 

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