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Cables pelados

Las boletas de la luz: la suba ya golpea fuerte

Las boletas de la EPE que están llegando este mes con el primer aumento no pasan desapercibidas a nadie: el calor, que hizo elevar el consumo, provoca que el incremento se sienta aún más. Cómo quedó configurada la tarifa según el uso.


Las boletas de la luz con el primer incremento dispuesto por la Empresa Provincial de la Energía comenzaron a llegar y no son pocos los que mostraron su asombro ante la marcada suba en los montos que deben abonar. El intenso calor que azotó en algunos tramos de diciembre y enero llevó a que la gran mayoría de los usuarios incrementara el consumo, hecho que fue un agregado “fatal” al aumento del 26, 9 por ciento que dispuso la firma a fines de noviembre. Pero lo peor está por venir. Es que las facturas de abril llegarán con nuevas alzas; esta vez de entre el 30 y el 48 por ciento.

Los aumentos se configuraron por diferentes circunstancias y motivos. El primero, del 26,9 por ciento promedio, fue dispuesto por el gobierno de Antonio Bonfatti (claro está, en acuerdo con el entonces electo y actual mandatario, Miguel Lifschitz) a pocos días de culminar su mandato y se dio en el marco del “atraso tarifario” –así se justificó– de la EPE tras el cierre de otro año de “alta inflación” y fuerte “suba de costos” internos a partir –entre otras cosas– de la obra de renovación de redes que aún se lleva a cabo.

En tanto, los porcentajes de incremento que se implementarán desde abril (con el consumo de febrero y marzo) se decidieron luego de que el gobierno nacional eliminara los subsidios que aportaba a través de la Compañía Administradora de Mercado Mayorista Eléctrico (Camessa), firma que genera energía y provee a la EPE.

El primer ajuste no pasó desapercibido y ya se expresa en los montos que se deben pagar ahora, con la boletas que llegaron y tienen vencimiento este mes.

Por ejemplo, los usuarios de un departamento de un dormitorio de 54 metros cuadrados recibieron una factura con un importe de 560 pesos tras consumir durante el bimestre diciembre-enero 465 kilovatios, cifra que representa al segmento mayoritario de clientes de la empresa.

El costo diario promedio allí fue de 9 pesos. Y el subsidio del gobierno nacional permitió ahorrarle a esa familia unos 160 pesos. Con el nuevo incremento, ese monto se sumará a la próxima boleta si los habitantes del inmueble repitiesen el nivel de uso de energía.

En tanto, para un cliente “chico” la suba fue menor, pero no menos dolorosa.

Un usuario también residencial que recibió una factura en diciembre con un consumo de 260 kilovatios, pagó 246 pesos, a un costo diario promedio de 4 pesos. Por el mismo uso de energía, a ese a cliente le llegó en febrero una boleta con un importe de 320 pesos. Es decir, 70 pesos más. Y si el bimestre febrero-marzo mantuviera el mismo consumo deberá desembolsar en abril alrededor de 410 pesos; unos 90 pesos extras.

Con todo, para el caso de una empresa (cuya tarifa es diferencial y mayor a la residencial) que tiene un consumo de 700 kilovatios, las cifras son aún más amplias.

Con ese nivel de gasto, a la oficina de una firma constructora le llegó este mes un importe de 1.300 pesos. Si la compañía sigue prendiendo sus lámparas al mismo ritmo en abril deberá desembolsar, de mínima, unos 300 pesos más

El cálculo en los distintos casos se pude establecer ya que en la parte baja de cada boleta se desagrega el monto del subsidio que hasta el mes pasado aportó el gobierno nacional. La contribución se establece sobre el importe básico. Es decir, sin tener en cuenta los costos que se suman según leyes provinciales y ordenanzas municipales  (además del IVA) que engrosan cada bimestre la tarifa final.

Las quejas

Para algunos la sorpresa fue grande. Para otros un poco menos. Lo cierto es que la llegada de las boletas este mes no pasó desapercibida a nadie. Los más informados veían venir la suba. Pero no esperaban tanto. Para los otros el asombro fue total. Y el malhumor se hizo carne.

“Si hubiese sabido del aumento seguramente me hubiese cuidado un poco más en el uso. Pero esto es una locura. En diciembre pagué 200 pesos y ahora me llegaron 600. Tengo un nene chiquito y cuando el mes pasado se dieron esas dos semanas con una ola de calor infernal tuve que tener el aire acondicionado prendido todo el días ¿Qué iba a hacer?”, señaló Jorge, un muchacho de 40 años que vive con su esposa y pequeño hijo en un departamento de dos dormitorios céntrico en Dorrego y Salta.

“Claro. Es que encima se agrega esa cuestión. Que justo te mandan el aumento en pleno verano, cuando más se gasta. Se te junta todo”, agrega con resignación.

En tanto, Estefanía, una estudiante de abogacía oriunda de Berabevú, tampoco sale de su asombro.

“Estuve acá en Rosario sólo en diciembre y casi todo enero me volví a mi pueblo y no prendí un foco. Y resulta que ahora me encuentro con que voy tener que pagar casi lo mismo que el bimestre anterior” cuenta la joven, que cursa en la UNR y vive en un departamento de un ambiente en la zona de Pellegrini y Corrientes.

Estefanía agrega que cuando las boletas llegaron al edificio, a principio de este mes, el desconcierto fue general. La suba de la luz es hoy el tema central de las charlas con vecinos en hall de acceso, el ascensor o los palieres de cada piso. “La mayoría está sorprendido. Es que mucho esperaban la suba para más adelante con todos estos cambios de Macri. No sabían que ya se había anunciado una”, cuenta la chica.

A la par, Adelia, una jubilada que habita en el edificio lindero entrega toda su bronca agregando otro dato. La mujer recuerda que la semana de enero en que la temperatura llegó a los 35 grados estuvo un día y medio sin luz. “Te suben la tarifa y encima el servicio es muy malo. Eso es lo que más bronca te da. Además, cuando tenés un reclamo vienen cuando quieren y como quieren. Y andá a quejarte a magolla”, cierra la anciana ofuscada.

Stival irá a la Legislatura a explicar las subas

Tal como se esperaba, las subas de tarifa de la EPE tuvieron fuerte repercusión política en la Legislatura provincial. La Cámara de Diputados citará al titular del directorio de la empresa estatal, Raúl Stival, para que asista a la Comisión de Obras y Servicios Públicos a informar sobre el aumento y los gastos.

La iniciativa fue acordada el jueves pasado entre los distintos bloques a partir de dos proyectos similares, uno del opositor Leandro Busatto y otro de los oficialistas “críticos” Rubén Giustiniani y Silvia Augsburger.

El objetivo de los diputados es que Stival brinde precisiones sobre la estructura de costos de la energía en la provincia.

La fecha de la invitación la fijará ahora el presidente de la Cámara, Antonio Bonfatti.

Giustiniani y Augsburger integran  bloque “Igualdad y Participación” del Frente Progresista y forman parte de un sector interno del Socialismo que no responde a la estructura mayoritaria del partido. De allí que mantengan algunas posturas críticas, como en este caso.

“Nos preocupa el impacto que este aumento tendrá en el bolsillo de los santafesinos. El incremento en el costo de distribución nacional sumado al aumento ocurrido en el último trimestre del 2015 da una cifra muy alta. Creemos que es de tal magnitud que no puede quedar ajeno a la Legislatura”, destaco Giustiniani.

“Actualmente no contamos con un marco regulatorio de servicios públicos, como estipula la ley, y es esta inexistencia la que imposibilita que las tarifas y las condiciones generales de prestación del servicio sean debatidas en audiencia pública. Por ello, consideramos urgente dar cabida en este espacio a la posibilidad de explicar a la ciudadanía en qué se fundamenta el aumento tarifario”, puntualizó.

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