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“Lulú o las preguntas”, tres sobrevivientes que resisten frente a una sociedad que los expulsa

Ricardo Arias y Javier Palomino dirigen a Gustavo Guirado, Laura Copello y Sabrina Marinozzi en una nueva propuesta que se conocerá este fin de semana, con dos funciones, en la sala La Manzana, de San Juan al 1900

“Sobrevivientes de una sociedad que los expulsa, se amparan en su isla sin memoria. Envejecer y crecer así no tiene sentido. Lulú, en su intento por construir un futuro, se hace preguntas”. De este modo, un equipo de creadores escénicos locales que en gran medida marcó el pulso del teatro rosarino de las últimas décadas, con nuevas y valiosas incorporaciones, presenta su nuevo material, Lulú o las preguntas, que se conocerá este fin de semana en La Manzana, donde seguirá en cartel hasta fines de noviembre.

Con las actuaciones de Gustavo Guirado, Laura Copello y Sabrina Marinozzi, bajo la dirección de Ricardo Arias y Javier Palomino, quienes en algún momento fueron parte del recordado grupo La Troupe fundado a mediados de los años 80 por Marta Subiela, varios mundos conviven en este material, muy pregnado, como todo lo que hace Arias, por el contexto, por el entorno, por la realidad que atraviesan el arte, la cultura y ellos mismos como artistas en un mundo que se cae a pedazos.

Entre esos mundos, algo de Lulú, el personaje creado por alemán Frank Wedekind sobre finales de 1800, que aparece en dos de sus obras que al mismo tiempo inspiraron la ópera homónima, se filtra entre los entretelones de una propuesta que, también, recupera en escena a Copello y Guirado, dos de los actores de la inolvidable Mujeres oscuras dirigida por Arias.

¿Quién es Lulú?

Lulú o las preguntas surge como propuesta de trabajo a partir de encuentros que tuvimos con Sabrina, que fue mi alumna en la Escuela de Teatro y trabajó conmigo también en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC), al tiempo que hizo su tesina en el marco de la Licenciatura en Artes Escénicas sobre los procesos de trabajo en Experiencia CEC, que es un espacio abierto a la experimentación y que sostenemos desde hace muchos años. Después fue necesario sumar al resto del equipo, con Laura y Gustavo, y en las demás áreas que implican montar una obra. Así nos reencontramos con Javier, ahora haciendo una codirección”, contó Ricardo Arias a modo de presentación de su nuevo material cuyo staff completan la asistencia de dirección de Sofia Colusi, el diseño gráfico de Carlos Verratti y la producción y prensa de Magalí Drivet.

“Hay varios ejes sobre los que trabajamos y a la vez son distintos para cada uno de los que participamos del proyecto. Una constante para mí es no definir, no reducir, tener presente que todo puede tener múltiples significaciones y sentidos pero, al mismo tiempo, esas significaciones y sentidos no pueden ser cualquier cosa; en esa operación dadora de sentido nos construimos. Es decir: nos hacemos y/o nos rehacemos”, planteó Arias.

Y profundizó: “La cuestión de la máscara sigue siendo para mí, hoy más que nunca en pleno Siglo XXI, una cuestión clave. Las personas somos máscaras, personajes que nos construimos en relación, en un proceso que requiere adquirir la capacidad de diferenciar lo real de lo imaginario. Leímos y tomamos algo del personaje Lulú de Wedekind, algo sacamos de ahí, pero en realidad eso se nos iba hacía una obra lejana y ajena. También tomamos algo de Las edades de Lulú, de la escritora española Almudena Grandes, que más tarde dio cuerpo a la película homónima de Bigas Luna, pero me parecía que cuanto más buscaba más me alejaba de nosotros, de lo que somos”.

En el mismo sentido, el creador, que a lo largo de los años ha transitado y revistado la obra de Shakespeare desde una lógica personalísima, también evaluó: “Como pasa después con todo lo que vengo haciendo desde hace un tiempo, más allá de esos acercamientos desde otros materiales, la propuesta fue hacia la construcción de una Lulú nuestra, de acá. Diría que hasta sin explicitarlo en la obra, esta Lulú es santafesina. Es difícil pensar mientras se hace, y esa, para nosotros, es una constante para la construcción de la dramaturgia, porque la dramaturgia no es literatura dramática (en relación con un texto escrito previamente en su totalidad). Abordar una dramaturgia, o en todo caso la tarea de un dramaturgista, implica articular acciones que conforman escenas y situaciones. Y así construimos esta obra finalmente”.

Más mujeres oscuras

A comienzos de este siglo, Ricardo Arias, también actor y docente de larga trayectoria, al frente del grupo Punto 0 Teatro, estrenaba la notable Mujeres oscuras, en la que dirigía a Laura Copello, Vilma Echeverría, Paula García Jurado y Gustavo Guirado, donde un territorio de lo femenino se abría como una flor llena de preguntas, mucho antes de muchos de los debates del presente acerca de los feminismos y los derechos de las mujeres incluido el derecho al goce, al tiempo que estas mujeres se enfrentaban al espejo imaginario de un hombre que volvía de un viaje donde lo personal y lo colectivo encontraban una caja de resonancia, y donde la sexualidad y el deseo tenían un peso específico.

“En el trabajo final, en lo que implica Lulú o las preguntas, se tensiona la relación entre dos adultos y una joven que quiere otra vida para ella, de eso trata. Para mí es una obra que, como dice la síntesis que compartimos a modo de parte de prensa, habla de la disgregación social que horada todos los vínculos y relaciones. Y yo personalmente no puedo dejar de asociarla con Mujeres oscuras, como si fuera su continuación. Hay muchas cosas que se repiten y en algunos aspectos se profundizan. Las preguntas se dan en todos los planos: en el de la identidad, en el de la teatralidad, en el de la moral. El desarrollo de la obra se da en la cotidianeidad de una convivencia forzada por la necesidad. También sin explicitarlo, siento que es una obra política para quien quiera verla así”, sostuvo Arias.

Y Sumó: “Mientras pienso en esto que digo también pienso en la importancia de esto que plantea la obra como pregunta: ¿quiénes son estos personajes? ¿Quiénes somos para los otros? Cuando decimos «nosotros», ¿a quiénes incluimos en ese nosotros? Voy a algo que tiene que ver y no tiene que ver con la obra, nosotros somos estos que hacemos lo que hacemos. No es el «Teatro pobre de Grotowski», sobre el cual él mismo decía que era caro hacerlo. Medio en broma medio en serio, yo digo que hacemos teatro indigente y de producción mínima, de tracción a sangre humana para no perder eso que nos sostiene que es hacer lo que hacemos, que es nuestro teatro. Siento que en este tiempo tan complejo que estamos viviendo, nosotros resistimos de este modo”.

Para agendar

Lulú o las preguntas tendrá su estreno este sábado 19 y domingo 20, a partir de las 21, en el Teatro de La Manzana (San Juan 1950). Las entradas anticipadas se pueden reservar a través del WhatsApp +549-341-5765535. Las próximas funciones serán los viernes 1º, 8, 22 y 29 de noviembre, siempre a las 21 en La Manzana.

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