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No se presentó ante el juez Moro

Lula da Silva resiste embate judicial: “La lucha continúa”

Pasadas las 17, Lula seguía dentro del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el Gran San Pablo, sin ser considerado todavía prófugo


El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva no se había entregado a la justicia vencido el plazo de las 17 fijado por el juez Sérgio Moro y sus abogados negociaban con la policía federal una posible detención no violenta. En tanto, participará hoy de una misa en recuerdo de su esposa Marisa Leticia Rocco, fallecida en febrero del año pasado. Según trascendidos de la prensa brasileña, el arresto podría concretarse luego de la ceremonia.

Pasadas las 17, Lula seguía dentro del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el Gran San Pablo, sin ser considerado todavía prófugo por el juez Sérgio Moro.

“Se abrió un canal de negociación frente a la Policía Federal”, dijo a la agencia Telám Marcio Pochmann, presidente de la Fundación Perseu Abramo y economista del Partido de los Trabajadores que estuvo en el primer piso del sindicato reunido con el ex presidente Lula.

El juez Sérgio Moro no considera todavía prófugo a Lula ya que ahora le corresponde a la Policía Federal ejecutar la orden de prisión. Celso Vilardi, abogado penalista y profesor de la Fundación Getulio Vargas, explicó que después de las 18 será difícil cumplir un mandato de prisión porque está prohibido por el código de procedimientos. Según Vilardi, la Policía Federal brasileña está impedida constitucionalmente de cumplir órdenes de captura en horas de la noche y las detenciones programadas y allanamientos deben realizarse a la luz del día.

Una parte de la dirigencia está a favor de que Lula no se entregue y que la Polícia Federal intente entrar al sindicato, que está rodeado de miles de personas que arropan al líder opositor, quien recibió el rechazo de un habeas corpus de último momento. El sindicato es simbólico para Lula y el PT, ya que fue su cuna política y sindical donde se forjó como el máximo líder popular de Brasil. El juez Moro en su orden de captura le había dado una oportunidad de presentarse en Curitiba. Por la noche Lula gradeció el apoyo a través de su cuenta de Twitter y dejó un mensaje: “La lucha continúa”.

Misa por Marisa

Lula participará este sábado en una misa por su difunta esposa, en el sindicato de las afueras de Sao Paulo donde el expresidente brasileño nació como político. Marisa Letícia, falleció en febrero de 2017. Este sábado habría cumplido 68 años. Su nombre figuraba en la causa que llevó a la condena de Lula, como beneficiario de un apartamento en un balneario ofrecido por una constructora a cambio de facilidades para obtener contratos en Petrobras. Lula siempre negó esos cargos y al despedir a quien fue su compañera durante cuatro décadas y con quien tuvo tres hijos expresó su deseo de que “los criminales que levantaron ligerezas contra Marisa tengan (un día) la humildad de pedir disculpas”.

El Partido de los Trabajadores (PT), que Lula cofundó en 1980, junto a otros partidos de izquierda, así como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y otras agrupaciones sociales y sindicales organizaron el viernes manifestaciones en unas 50 ciudades y cortaron carreteras en varios estados.

El epicentro de la resistencia se halla en Sao Bernardo, donde muchos manifestantes están decididos a defender al hombre que durante su gestión sacó a millones de personas de la pobreza.

“Me quedaré aquí. No tengo miedo. Mi miedo es que Brasil vuelva para atrás con Lula preso. Yo no era nada y gracias a Lula monté una pequeña empresa. Se lo debo”, dijo Sergio de Paula, que tiene un negocio de transportes.

“Estamos aquí para resistir hasta el fin. Lula no será encarcelado y volverá a ser presidente para ayudar al pueblo”, afirmó Renata Swiecik, una cajera desempleada de 31 años y madre de cuatro hijos.

Fuentes: Télam, agencia AFP