En esta ocasión nos fuimos hasta Los Cardos, una pequeña comuna del departamento de San Martín, a unos 150 kilómetros de Rosario, para dialogar con el compañero Luis Gigena, radicado en este pueblo desde hace 37 años.
Tato, como es conocido por sus vecinos y compañeros, trabaja en AFA (Agricultores Federados Argentinos) desde hace 12 años. No es fácil localizarlo ya que su rutina es ardua, con muchas horas dedicadas a la actividad laboral. “Me levanto a las 4 y a las 4:30 salgo para Rosario. No hay horario de regreso. Si todo sale bien, estoy de vuelta a la tarde. Pero todos los días son diferentes y no sabemos qué puede pasar”, relata. Este esquema se repite entre cuatro o cinco veces por semana. Los sábados son los días esperados por nuestro compañero, ya que su pasatiempo preferido es acompañar a sus hijos, de 11 y 14 años, a jugar al fútbol.
Nació en Cañada de Gómez, pero de muy pequeño se mudó a Los Cardos. Trabajó desde chico en el campo, vinculado principalmente a actividades relacionadas con el agro. Manejaba tractores y fumigadoras hasta que se dio la oportunidad de ser chofer. Hoy ya tiene una larga experiencia como camionero ligado a la rama de acopio y fertilizantes, dando una continuidad por otros medios a lo que habían sido sus actividades durante su adolescencia y juventud.
Luis manifiesta sentirse cómodo actualmente en su lugar de trabajo. Una de sus grandes metas de joven era la de poder trabajar con su padre. No sólo que lo consiguió sino que además le permitió forjar toda su carrera como chofer. “Cuando cumplí 18 años saqué el carnet y agarré el camión por primera vez. Esto fue a principios del 2008. Necesitaban un chofer en la empresa donde trabajaba mi viejo. Me incorporaron en esa empresa y desde ese momento hasta hoy estoy arriba de un camión. Así que cumplí con mis dos grandes objetivos: trabajar con mi padre y ser camionero profesional”, nos cuenta. Este orgullo se completaría luego con la incorporación de su hermano, también empleado como chofer de AFA.
La cuestión sindical
La vinculación con nuestro sindicato se dio antes de nuestra constitución como gremio, en un encuentro organizado en la ciudad de Las Rosas. “Mi compañero Roberto Ulla, actualmente referente de la delegación de Cañada de Gómez, me invitó a un asado que se hacía en un predio. Fue la primera vez que lo vi a Juan. Nos contaron que estaba esta propuesta y me pareció interesante. Me gusta acompañar”, expresa Luis. Desde el primer momento nos dice que creyó en este proyecto porque las ideas son buenas y hay buena gente. “Aparte Juan es de River como yo”, bromea.
Desde que se afilió a nuestro gremio reconoce que no son muchas las intervenciones que tuvo que hacer nuestra entidad ya que “tengo la suerte de trabajar en una empresa que cumple a rajatabla con todo. No hay necesidad de casi ningún reclamo. Las pocas veces que el gremio tuvo que intervenir siempre se cumplió el objetivo y se trabajó en conjunto y muy bien, con Juan o con Mariano Sánchez en Buenos Aires por algún tema de ganancia”.
Y es optimista respecto a los planes de mediano y largo plazo de nuestra entidad. Expresa que “primero se tiene que acomodar la cuestión política” y dice convencido que al sindicato lo ve bien, con una buena proyección. “Hay gente honesta y eso es lo primero que yo rescato. Y tienen buenas ideas. Juan es un tipazo, es accesible y soluciona los problemas, es uno más, acompañado por un gran equipo”. Y cierra: “estoy contento con el trabajo que se está haciendo y con confianza en el futuro, que va a ser lo mejor para todos”.
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