El estado de salud de Michael Schumacher, piloto de Fórmula Uno que sufrió un grave accidente de esquí, sigue siendo crítico pero «estable», según anunció este miércoles su encargada de prensa, tras 72 horas de cuidados intensivos en un hospital de Grenoble, en el sureste de Francia.
La situación del corredor fue «estable» durante la noche y la mañana de este miércoles. «Una buena noticia», dijo Sabine Kehm en una breve declaración a los medios ante el hospital en el que el siete veces campeón del mundo está internado desde el domingo.
Kehm aseguró que «sólo los médicos del hospital están habilitados para hablar del tema», y que sólo habrá nuevas ruedas de prensa si hay cambios.
Aunque el martes hubo una «ligera mejoría», su estado se considera «crítico» y los médicos se resisten a realizar un pronóstico, tras haber advertido de que cada hora es crucial.
El expiloto austríaco de Fórmula 1 Niki Lauda, que también sufrió un grave accidente en los años 1970, dijo a la prensa alemana que estaba convencido de que «hay alguien ahí arriba que intenta ayudarle».
«Michael no puede hacer nada por el momento», dijo Lauda en una entrevista al periódico alemán Die Zeit. «Sólo Dios puede ayudarle», añadió.
Un rayo de esperanza se vislumbró el martes por la mañana, cuando el equipo médico anunció que había operado por segunda vez al campeón, lo que permitió «extraer un hematoma» con éxito del interior de su cerebro.
«Seguimos en un estado considerado frágil», subrayó entonces Jean-François Payen, jefe del servicio de reanimación del Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Grenoble.
Durante la primera operación, el domingo, los médicos habían extraído «hematomas que estaban fuera del cerebro, bajo la piel, bajo la caja craneal», recordó Gay.
El piloto está acompañado de su mujer, Corinna, y de sus dos hijos, Gina Maria, de 16 años, y Mick, de 14 años.
A la espera de que haya novedades sobre el estado de salud de «Schumi», crecen las dudas sobre las circunstancias del accidente.