El regreso de Fabricio Oberto a las filas de Atenas, tras 15 años de ausencia, generó una gran expectativa y un lleno total como hace mucho no ocurría en el estadio Carlos Ceruti, donde anoche el elenco cordobés le ganó a Argentino de Junín por 82 a 59, en partido de la 19ª fecha de la segunda fase de la Liga Nacional de Basquetbol.
Unas 4.000 personas fueron testigos del histórico partido en el que Oberto, de 37 años, tras sus pasos por el basquetbol europeo, y la NBA, donde logró el titulo mayor, retornaba a Atenas luego de 15 años de haber jugado su último partido con la casaca 7 que le devolvió Bruno Lábaque, quien se calzó la número 50.
En el entretiempo, el titular de la Asociación de Clubes de Basquetbol, Eduardo Bazzi, le entregó a Oberto, una plaqueta en reconocimiento a la vuelta de Oberto a la competencia de la Liga Nacional de Basquetbol (LNB).
La vuelta de Fabricio estuvo acompañada desde las tribunas por su familia, y ex compañeros como Héctor Campana y Marcelo Milanesio, y sus ex entrenadores Walter Garrone y Rubén Magnano.
Milanesio dijo estar muy contento “de ver a `Fabri` jugando de nuevo. Es uno de los mejores jugadores que dio el básquet argentino, una gran persona, un gran amigo y que en esta nueva etapa en Atenas, le vaya bien y se divierta”.
Por su parte, Magnano actual entrenador de la selección de Brasil, que lo tuvo a Fabricio en Atenas y en el combinado nacional, señaló sentirse “muy feliz, porque sé lo que significa para él, no solamente en el aspecto deportivo, sino en lo humano, en lo personal”.
En lo ateniente de la producción personal de Oberto, quien entró de titular, jugó 19 minutos, aportó dos puntos, producto de dos libres, para fallar en cinco lanzamientos de dobles, con 2 asistencias; al tiempo que recuperó un balón e hizo 4 faltas.
El primer contacto con la pelota de Fabricio en el juego fue al minuto 13 segundos, al tomar un rebote defensivo.
Faltando cinco minutos, con el juego ya definido para Atenas, el ex San Antonio Spurs dejó el rectángulo con un pequeño corte en su cuero cabelludo, al chocar su cabeza con la zapatilla de un rival, al momento de caer al piso.
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