El Hincha

La alegría del Verde

Ludueña de fiesta: Social Lux, un club con la unión y la pertenencia como bandera, cumple 81 años

Mercadito celebra un nuevo aniversario y más que nunca deja en claro que para quienes integran la institución “es como su segunda casa y el lugar donde son felices”, según lo afirman jugadores y profesores que conviven en el día a día. Familias con mucho vínculo e historias de amor por estos colores


Social Lux, el club donde se unen el sentido de pertenencia y el cariño familiar. Foto: Prensa Secretaría Deporte y Turismo

Social Lux más que un club es una gran familia. Esa es la primera sensación que le queda a alguien que entra por el portón y se queda un rato, ya sea cerca de la cancha de fútbol, en el playón, en el camping o en el buffet. Todos se conocen entre sí y te saludan como si fueras parte, por más que capaz nunca te vieron antes. Y esa sensación inicial se confirma después de hablar un rato con cualquiera que ande por ahí porque las palabras “pertenencia”, “compromiso” y “familia” terminan siendo común en la charla. Hoy Ludueña está de fiesta porque Mercadito cumple sus primeros 81 años.

Sobre lo que representa esta institución ubicada físicamente en Pascual Rosas y Urquiza, varias voces se alzaron y contaron cómo desarrollan sus disciplinas en el club y lo que allí aprenden dentro y fuera de la cancha.

“Social es mi segunda casa, el lugar donde se van los problemas y se abren miles de puertas a la amistad, a compartir momentos, a la solidaridad, al compañerismo. Es un ambiente donde uno puede expresar a través del fútbol o del deporte que haga y sumar momentos que te van a quedar para toda la vida. Es un lugar donde siempre nos hicieron parte y nos sentimos cómodas”, resume Rocío Dinatale, capitana y referente del plantel que compite en la elite del fútbol rosarino, donde la institución es pionera.

“El fútbol es la arteria principal que le abrió puertas a otras disciplinas y acá somos todos unos apasionados, donde el futsal va a ver al de cancha de 11 y viceversa y así cada deporte”, destacada de la pertenencia que se adopta cuando se está en el club.

Mauro Palacios hace unos años que está en Mercadito. Es el capitán del elenco que compite en el Torneo Gobernador Molinas y además es el entrenador (junto a Kevin Kohan) del plantel femenino, ambos compitiendo en la elite de la Rosarina.

“Estoy desde enero de 2013 y hoy me toca ser uno de los más grandes del plantel de primera, el capitán del equipo y tengo otra mirada distinta a aquel chico que llegó con 21 o 22 años. Logramos un ascenso (de la Copa Pinasco al Gobernador Molinas) y le sumo el plus de ser entrenador, de ir por inferiores, de ser formador de chicos que ya casi están llegando a primera y además ser técnico del plantel principal del femenino, con todo lo que eso representa para la institución”, cuenta Pocho, como lo conocen todos por el club.

“Social Lux comenzó siendo un ‘cable a tierra’ para mí porque después de la llegada al club, sufrí la pérdida de mi viejo y esto era la distracción. Con el paso de los años se convirtió en mi segunda casa por estar mucho tiempo en el club y hoy en día es mi forma de vivir, porque planifico todo en base a Mercadito: mis vacaciones, lo que voy a hacer con mi familia o lo que tenga que hacer”, narra con emoción este polifuncional del Verde.

Si hay un apellido vinculado a la vida del club ese es “Scala”. Franco es el actual presidente, su hermano Ramiro integra la comisión directiva; sus hijos y sobrinos juegan en el club; su papá Enzo colaboró muchísimo con y el quincho lleva su nombre; y su mamá Adriana Lofiego fue pieza fundamental para que Mercadito sea pionero en el femenino de Rosario y una usina futbolera para muchos equipos del país. El playón por el que tanto luchó hoy lleva su nombre en un merecido homenaje.

Valentino, uno de los hijos de Franco, juega fútbol de campo y también integra el proyecto del futsal que tiene el Verde. “La disciplina en el club arrancó en 2018 con Primera y Reserva. En 2019 sumamos cuarta y quinta división, las dos categorías más grandes de inferiores, con varios chicos que jugaban además en cancha de 11. Este año sumamos la sexta y una escuelita que está armando las categorías”, cuenta el joven que comparte la pasión por la pelota con sus hermanos Gianluca y Giuliano.

Sobre lo que significa Mercadito, no duda en afirmar: “El club a nivel familiar representa mucho ya que mis abuelos desde que mi papá (Franco) tenía cinco años, que van y ayudan. Es un orgullo tremendo representar a la institución, siento una admiración terrible hacia mis abuelos que dieron todo por el club, de hecho el playón lleva el nombre de mi abuela (Adriana Lofiego). Es una alegría enorme vestir esta camiseta en futsal y cancha de 11”.

Agustina Dassoro es una de las referentes del equipo que participa del torneo de futsal que organiza la Rosarina y cuenta cómo se desarrolló la actividad en la institución. “Llegué al club en 2016. En ese entonces el futsal en el club no existía porque no teníamos un espacio físico para entrenar y jugar. Así que para el femenino sólo existía cancha de 5 y 7. Después de un tiempo, nos invitaron a competir en un torneo relámpago en el que sólo participaban 4 equipos y era en una cancha de futsal. Decidimos entrar y salimos campeonas. A partir de ahí comenzamos a entrenar, pero como en el club no teníamos una cancha en la cual se pueda practicar, durante un año y medio entrenamos en el Polideportivo Garzón que la municipalidad nos prestaba”, narra la goleadora del equipo.

“Por las dificultades de horarios y depender de nuestras familias, fuimos en busca de la ayuda de Adriana (Lofiego), quien nos prometió que nos iba a construir un playón de futsal para que podamos entrenar y jugar los partidos en el club. Ella cumplió su promesa y después de un tiempo ya pudimos comenzar a competir con normalidad utilizando nuestro propio playón”, expresa la delantera y marca que “actualmente nos encontramos en un crecimiento constante, en el que cada año que pasa notamos el desarrollo que estamos llevando a cabo, tanto en conceptos, como en ideas y técnicas que nos transmiten los técnicos y en nuestro desarrollo personal. Creo que con el pasar del tiempo vamos mejorando cada vez más”.

Además, destaca dos aspectos muy importantes: “Estamos muy conformes con el trato que recibimos por parte del cuerpo técnico y del club. En ningún momento sentimos diferencias o prioridades del futsal masculino por sobre el femenino. Tenemos el mismo director técnico y preparador físico que el masculino, y eso es algo que nos parece muy importante ya que la parte física la hacemos todos juntos, lo cual nos parece un gran avance en cuanto a la igualdad de trato para con nosotras”

Para el final, Dassoro cuenta lo que significa Mercadito para ella: “Para mí el club lo es todo. Es mi segunda casa. Donde me gusta compartir momentos con mis amigos y amigas. Ahí soy feliz y me desconecto de todo. Es mi lugar en el mundo y no lo cambiaría por nada”.

Algunos de los deportes que se sumaron al club en este último tiempo fueron patín artístico, hockey y hockey sobre patines.

Sobre el primero, Flavio Carrizo, técnico de las chicas, quien cuenta cómo surgió todo y lo destacado del trabajo realizado: “Hace cuatro años que formó parte del club. Tengo más o menos 35 nenas entrenando.  La gran mayoría forma parte del grupo de competición, las cuales representan al club y al país en torneos zonales, nacionales y sudamericanos. Y tenemos la escuela de principiantes que cuenta con nenas de 3 años en adelante”.

Por su parte, Mayra Williams, entrenadora de hockey afirma que “llegamos al club en noviembre de 2019, cuando estábamos entrenando en otro lado y nos quedamos sin lugar. Pero elegimos Social Lux porque también nos sentimos elegidas. La verdad que es muy grato formar parte de esta gran familia. Empezamos unas catorce jugadoras del plantel superior y en marzo de 2020 nos agarró la pandemia. Y con todos los pormenores que tiene la situación actual, seguimos disfrutando de este deporte y de este club que nos brinda cada vez más cosas, nos escuchan y nos atienden todas las necesidades para que sea todo más grato”.

Por último, destaca los logros que han conseguido en este tiempo de trabajo a pesar de los inconvenientes lógicos que se atraviesan por la pandemia. “Este año formamos las divisiones inferiores y la escuelita en el club, con chicas que van de los 6 a los 13 años; mientras que en el plantel superior contamos con más de 22 jugadoras, lo que muestra un crecimiento muy marcado por el poco tiempo que tuvimos de entrenamientos pre pandemia”, cierra Williams.

Adrián Curros es el entrenador y uno de los encargados del proyecto de hockey sobre patines. Sobre cómo surgió todo esto, cuenta: “Entramos al club en marzo de este año. Los sábados entrenaban los mayores que componen el senior femenino y el masculino, que lo componen unas 20 personas; y además están las escuelitas que están lunes y jueves, donde junto a la profe Anabela Antepara damos clases. Entrenábamos con poco más de 20 nenes pero por el tema de la pandemia se redujo pero confiamos en que cuando todo se reabra podremos volver”, cuenta uno de los encargados de la disciplina.

“Todo surgió de una charla con Franco (Scala) donde me presenté y le conté sobre nuestro proyecto de crear una escuela para incluir el deporte en el club. Ellos enseguida se mostraron predispuestos para tener esta disciplina. El equipo se llama ‘Las Anacondas de Rosario’ y también contamos no solamente con el apoyo de la institución sino también con el de la Federación de Patín”, afirma Curros.

Por último, destaca: “Nos dieron una gran mano al permitirnos volver a estar dentro de un club y ahora integrar la familia que es Social Lux. El valor humano, la predisposición, la buena onda y las excelentes personas que conocimos es muy importante para nosotros. Siempre estamos agradecidos por lo que han hecho”.

Muchos deportes, gente de diferentes disciplinas unidas en un mismo lugar y por unos mismos colores. El verde y blanco de Social Lux, ese club ubicado en el corazón de barrio Ludueña, donde se unen el sentido de pertenencia y el cariño familiar.

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