Política

Movilización opositora

Lucio Guberman: “Buscan el enfrentamiento entre Alberto y Cristina”

El consultor político analizó los nuevos roles que juegan el gobierno y la oposición tras la marcha del 17A: “El antiperonismo trata de quedarse con la bandera de la Patria y desde el gobierno despolitizan la respuesta” 


El consultor político y docente de la UNR Lucio Guberman se refirió a la convocatoria de este lunes, donde miles de personas de todo el país se manifestaron contra el gobierno nacional. En su análisis, Guberman resaltó el nuevo juego de roles, donde “el antiperonismo trata de quedarse con la bandera de la Patria y desde el gobierno despolitizan la respuesta”, al tiempo que expuso las intenciones iniciales de “buscar el enfrentamiento entre Alberto y Cristina”.

Guberman señaló que le parecieron marchas con “bastante presencia, lo que evidencia cierto descontento, se nota que es gente de clase media que se moviliza por su cuenta, más por la coordinación a través de redes sociales que por algo orgánico”.

Si bien los dirigentes de la oposición remarcaron que desde Cambiemos no estaban convocando a la marcha, sino cada uno a título personal, muchos de ellos -como Patricia Bullrich a nivel nacional- participaron de la convocatoria y lo publicaron en sus redes -antes y después de asistir-.

Guberman habló de la incomodidad que pueden sentir aquellos opositores que tienen cargos de responsabilidad, en particular Horacio Rodríguez Larreta, que es el jefe de la Ciudad de Buenos Aires. “Concretamente el más incómodo es él, que por su responsabilidad institucional tiene que compartir escenas, anuncios y coordinación de políticas públicas con el gobierno nacional y con el gobierno provincial de Buenos Aires. Pero al mismo tiempo es la figura con más perspectiva electoral de la oposición con lo cual cuando la situación se tensa como el día de la marcha se profundiza la grieta y él queda en una posición incómoda. Necesita un periodo de acuerdo y convivencia con Nación y provincia para lidiar con la pandemia que todavía no se fue y porque sabe que la reconstrucción fiscal que se viene lo va a encontrar necesitando diálogo con el gobierno nacional”. “Su situación política es incómoda cuando la política se pone en términos de buenos y malos, de blanco o negro donde no hay grises”, sintetizó.

Por otra parte, el docente universitario planteó que hay un cambio novedoso con respecto al estilo del presidente Alberto Fernández en contraposición al de su vice Cristina Fernández de Kirchner. “Hoy hay una visión más moderada, de no echar más leña al fuego. Después de la convocatoria de ayer, la primera línea de interpretación es el pedido de perdón a los médicos. En lugar de confrontarlos tratan de leer la situación como irresponsabilidad sanitaria que es mucho menos confrontativo. Es un juego de roles cambiado: el antiperonismo tratando de quedarse con la bandera de la patria y el gobierno despolitizando la respuesta. Es algo totalmente nuevo. En este sentido hay una novedad en el estilo. Desde el gobierno, a través de la figura del jefe de Gabinete, como primera lectura responde a los médicos y enfermeros, pide disculpas por no haber podido detener la marcha. Lo hace con cero inocencia política pero con un planteo despolitizado, es un discurso de lo sanitario y no de lo político. Ahí hay un cambio muy fuerte respecto de lo que hubiera implicado un liderazgo de Cristina respecto de esto”.

En este sentido, consideró que es una decisión que la vicepresidenta no hable públicamente en este momento ya que en la cobertura mediática post-marcha hubo “un intento de llevarle la protesta a Cristina, el mensaje en limpio de la corporación es que si se pudiera sacar a Cristina estaríamos todos de acuerdo”. “Buscan el enfrentamiento entre Alberto y Cristina. Al final de cuentas lo que más les molesta es que hay un juego de roles, hay un sistema Alberto-Cristina, lo que no quiere decir que no haya disputas por lugares concretos. Después de dos gestiones de Cristina, el kirchnerismo tiene cuadros para llenar todo el gabinete, con lo cual eso genera disputas obvias. Pero esto no quita que a nivel macro político estén armando un sistema de poder en el cual Alberto sin Cristina tendría menos margen de negociación con los actores fuera de la política, sobre todo actores económicos y que al mismo tiempo CFK esté tirando la cuerda como para que Alberto zanje en un justo medio que le resulta útil al gobierno. Es sistémico, no es un problema de toma de decisiones”.

Para el analista, el gobierno nacional tiene en cuenta que la cuarentena, sobre todo en Buenos Aires, se hizo larga y que prevalece en general y en estas convocatorias un sentimiento de hastío. Este año hubo convocatorias similares el 20 de junio y el 9 de julio, fechas patrias. Guberman se detuvo en esto para señalar que ve ahí “un intento de darle un aspecto positivo buscando fechas patrias, cuando en realidad son marchas anti, hay una negatividad política, si uno se fija el denominador común en estas convocatorias es la oposición al peronismo”. “Es paradójico porque Cambiemos es el partido que venía de sacar de los billetes a los próceres de estas fechas que hacen memoria y de cambiar el juramento de los funcionarios en vez de por la patria por la Nación. Creo que intentan conectar con aquel único momento en que el antiperonismo se encontró con lo nacional como fue la protesta del campo en 2008. Si no siempre la discursividad mas patriótica queda del lado del peronismo”.

Antes, continuó explicando, hablaban de “la República”, pero esto perdió el protagonismo discursivo que le daba Elisa Carrió: “Empieza a aparecer este intento de que el colectivo sea nuevamente la patria, la verdadera Argentina versus la Argentina del gobierno que es ficticia”. “Se mantuvo esta idea previa de que iba a haber variedad de consignas con una inocultable negatividad sobre el peronismo, fundamentalmente sobre el kirchnerismo, pasándose de la raya inclusive en la cobertura mediática con esta idea de que se puede escrachar la vivienda particular a la vicepresidenta. Otra vez se vuelve a un juego peligroso entre medios y política”, explicó.

Con respecto al hecho de convocar a una concentración de personas en el marco de una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo, el docente universitario dijo que “la contradicción entre el dicho y los hechos en la oposición al peronismo es muy evidente”.

“Hay un ejemplo que ya quedó en el olvido pero que era notable: el primer intento de defender la república versus la posibilidad de una re-reelección de Cristina Fernández. Propusieron a Francisco De Narváez como presidente contra la letra de la Constitución que lo prohibía, porque debía ser de nacionalidad argentina. Ahora hay un intento similar. Durante mucho tiempo estuvo Carrió planteando apocalipsis democráticas que eran más bien auto impulsadas, porque para salvar a la República había que atacarla. Están los ejemplos latinoamericanos de Brasil o Ecuador donde directamente lograron pasar a los hechos con golpes institucionales. En Argentina no se animaron a tanto, no porque no haya grupos que piensen en esa clave, sino porque de verdad tienen miedo de lo que pueda pasar: se dan cuenta de que el peronismo tiene una articulación que promete resistencia ante algo así. Entonces por un lado están estas expresiones esporádicas en la calle versus una presencia del peronismo en calle cuando quiere que es mucho más organizada, lo que le permite ser sistémica y más unificada en las consignas”.

“Lo paradójico es que lo que salva la institución es ese miedo a la fuerza del peronismo, ahí hay un resguardo de la institución lejos del discurso republicano de muchos opinadores de turno de estos días”, planteó y agregó: “Otra paradoja es que justamente estos sectores que reivindican la libertad individual y el privatismo necesitan del espacio público para visibilizar sus protestas. Entonces hay una trama mucho más compleja de lo que este River-Boca de la política intenta plantear”.

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