Coronavirus

Cuestión de bolsillo

Lucila De Ponti y el Ceso midieron un aumento del 14% en el costo de vida durante la pandemia

Una familia de los barrios populares necesitó en junio al menos 56.172 pesos para acceder a lo mínimo e indispensable. La legisladora del Movimiento Evita explicó cómo impactaron las medidas de asistencia económica en la población con mayor vulnerabilidad


El costo de vida para una familia de los barrios populares de Rosario trepó en junio a 56.172 pesos, lo que marca un aumento del 14% entre los meses atravesados por la pandemia del coronavirus, comparado a los 49.131 pesos que se necesitaban en marzo. A pesar de las medidas de congelamiento de precios y la disminución de la actividad económica y las ventas, significó un incremento del 55% interanual.

El dato se desprende de un relevamiento realizado por la diputada provincial Lucila De Ponti junto al Ceso (Centro de Estudios Scalabrini Ortiz), que registra y compara regularmente el consumo en barrios representativos como Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo. El informe detalla además que solamente para cubrir sus necesidades básicas alimentarias, un hogar debió destinar en junio 22.778 pesos y un adulto rosarino necesitó 7.372 pesos para no caer debajo de la línea de indigencia.

“Esta situación inédita que nos toca vivir puso de manifiesto algo que veníamos sosteniendo desde hace mucho: la necesidad de tener un Estado presente con políticas públicas y recursos que garanticen el derecho a acceder a una alimentación suficiente y condiciones de vida dignas”, explicó la diputada Lucila De Ponti.

Al comparar el Costo de Vida con diferentes ingresos de referencia, se evidencia el fuerte golpe al poder adquisitivo. El salario mínimo, vital y móvil, de 16.875 pesos, apenas cubre el 30%. Tampoco cubren el Costo de Vida el salario promedio de un obrero de la construcción (48.141 pesos), de un empleado de comercio (36.385 pesos), y de trabajadores de casas particulares (22.777 pesos) que cubren respectivamente el 86%, 65% y 35%.

Sin embargo, los diferentes instrumentos destinados a la población más vulnerable aliviaron en parte la situación de los sectores de menores ingresos. Entre los meses de abril y junio hubo refuerzos en la AUH y la Tarjeta Alimentar, cuyos beneficiarios accedieron además al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) más que duplicando sus ingresos y garantizando la alimentación de menores de 17 años. Asimismo, los jubilados que cobran el haber mínimo recibieron un bono de 3000 pesos al inicio de la pandemia y el acceso gratuito a medicamentos generalizados, mejorando en parte el poder adquisitivo de un ingreso que actualmente se ubica en 16.868 pesos.

Para la legisladora del Movimiento Evita, es indispensable que los Estados provincial y nacional continúen con el trabajo conjunto con herramientas para asistir a los sectores más vulnerables de la población y combatir los efectos negativos de la Pandemia en la producción, el consumo y la economía a corto y mediano plazo.

“Es fundamental sumar herramientas que permitan un acompañamiento de los sectores más frágiles de la economía, garantizando cubrir las necesidades básicas y desarrollando nuevas formas de integración, tal y como se lleva adelante por ejemplo con el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular -ReNaTEP-”, finalizó.

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