Opinión

Tuitera desbocada

Los pronunciamientos violentos de Sabrina Ajmechet

La diputada nacional se pronunció de manera irónica y agresiva contra las disidencias sexuales, los carnavales y el pueblo palestino, en la red social X. “Vayan a Gaza todos los que son parte de murgas, colectivos GLTBI y agrupaciones de izquierda y Puán y flamean banderas palestinas", publicó


Anred

El martes pasado, la diputada nacional Sabrina Ajmechet, se pronunció de manera irónica y agresiva contra las disidencias sexuales, los carnavales y el pueblo palestino, en un posteo en la red social X. “Vayan a Gaza todos los que son parte de murgas, colectivos GLTBI y agrupaciones de izquierda de FSOC y Puán y flamean banderas palestinas”, publicó.

No es el primer posteo violento de quien, paradójicamente, preside la comisión de libertad de expresión en la cámara. La diputada, además, apoya abiertamente las masacres que el Estado de Israel viene perpetrando en Gaza. Entre sus comentarios, además de fomentar la violencia contra jóvenes, también se burló del histórico reclamo argentino sobre las Islas Malvinas.

Vivimos en una era donde las paradojas son recurrentes. La diputada que preside la comisión de libertad de expresión apoyó los intentos de censurar eventos culturales, tales como los conciertos que el año pasado Roger Waters dio en el país. Incluso presentó oportunamente un proyecto para que la cámara de diputados repudiara su visita.

Ajmechet forma parte de la Comisión de Asuntos Constitucionales, pese a ser una acérrima defensora del Estado de Israel. Un Estado que carece de una Constitución Nacional. Y donde rige sólo un código de faltas basado en cuestiones religiosas.

El pasado martes, tras compartir un posteo que se quejaba por haber visto una bandera de Palestina en un corso, hizo un comentario discriminatorio, en el que llamó a enviar a Gaza a diversos colectivos y sectores de la sociedad.

En su cuenta personal de la red social X comparte posteos de organismos como el Foro Argentino contra el Antisemitismo: un espacio que califica de antisemitismo a toda crítica contra el Estado de Israel, y justifica que este haya asesinado a más de diez mil niñas y niños en Gaza los últimos meses. Con estos posteos/ mensajes, por un lado se presiona a medios de comunicación para cumplir a rajatabla el discurso unilateral impuesto por el lobby sionista. Y, por otro, se ocultan las denuncias por genocidio que existen sobre el Estado de Israel.

El 29 de enero la diputada celebró el desfinanciamiento a la UNRWA. Desde octubre del año pasado más de un millón y medio de habitantes de Gaza tuvieron que refugiarse en campamentos de refugiados proporcionados por la UNRWA. Por dar solo un ejemplo, en Rafah, donde la población casi se ha cuadruplicado hasta superar el millón de personas, los equipos de la UNRWA continuaron distribuyendo alimentos, agua, papel higiénico, utensilios de cocina.

En un posteo insólito asocia a un organismo perteneciente a la ONU, creado en 1949, con Hamas, cuya primera aparición fue en 1987. Pero más grave que el error histórico es que Ajmechet celebre la profundización de un desastre humanitario promovido por el Estado que ella misma defiende.

Su violencia verbal no se limita al encubrimiento del accionar beligerante de Israel. En agosto del año pasado, la diputada se pronunció, ejerciendo presión sobre medios como Télam, por cumplir con la tarea de informar sobre la causa de Santiago Maldonado. En el posteo, Ajmechet dijo que el medio público hace “política partidaria”, aun cuando el podcast cuenta con capítulos sobre los casos de Miguel Bru, Julio López, Luciano Arruga y Jonathan “Kiki” Lezcano; casos que exceden a la administración del PRO.

Sus posteos violentos tienen una larga historia. El más recordado fue aquel en que Ajmechet comentó que se lamentaba de no haber atropellado a un grupo de estudiantes del Colegio Carlos Pellegrini.

La semana pasada tuvo un cruce con Ernesto Tenembaum. El periodista la cuestionó por utilizar la palabra “hachazos” para apoyar el accionar del actual gobierno, como caracterización de la violencia que viene ejerciendo la gestión de Milei sobre el conjunto de la población, sus leyes e instituciones. Ajmechet, que ocupa la banca hace años y forma parte del partido que gobernó entre fines del 2015 y el 2019, acusó al periodista de ser parte del statu quo, y de defender privilegios. Proyectar en el otro lo que se desprende de sí misma, es una de sus evidentes estrategias.

Sus pronunciamientos repudiados en redes sociales fueron diversos en los últimos años. Irónicamente, en uno de ellos, Ajmechet dijo que quería que su hija creciera en un país donde las Malvinas fueran propias, para rematar con el chiste de que quería vivir en Londres.

Por su parte Javier Milei (que desde su asunción recibió el apoyo incondicional de esta diputada) dedica tiempo para agredir a una artista como Lali Espósito, a un dirigente social como Eduardo Belliboni, mientras desatiende urgencias que afronta toda la población.

Desde la labor periodística resulta fundamental informar y alertar sobre la gravedad de estos hechos que, en estos casos, exceden lo simbólico. Los pronunciamientos podrían ser naturalizados tirando por la borda cualquier criterio de responsabilidad pública en la investidura.

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