Política

La poda de Etchevehere

Los rostros detrás del ajuste en la cartera de Agroindustria

Claudio Cantero desempeñaba tareas de control de faena en un frigorífico para el Senasa. Laura Cámpora asistía a pescadores y horticultores para la Subsecretaría de Agricultura Familiar. Son dos de los cesanteados en Rosario


El gobierno había dicho que el plan de ajuste de la cartera que conduce Luis Miguel Etchevehere no contemplaba despidos en Rosario.

Claudio Cantero inspeccionaba la faena en el frigorífico Mattievich para el Senasa cuando el 26 de abril pasado le “cortaron los brazos”, como el mismo definió. Hacía 20 años que trabajaba en el organismo encargado de la sanidad alimentaria y nunca fue pasado a planta permanente, sino que su contrato se renovaba cada año. Laura Cámpora asistía a pescadores y horticultores en la subsecretaría de Agricultura Familiar desde 2011. El 23 de abril le comunicaron que su contrato no iba a ser renovado. No está sorprendida. Desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri que creía que en algún momento la iban a echar. Para colmo su apellido no cae simpático en las filas del macrismo. Ellos son dos de los 543 nuevos despedidos del Ministerio de Agroindustria de la Nación en todo el país. Unos 15 de estos nuevos desempleados son de Santa Fe.

Claudio es auxiliar de veterinario. Comenzó su tarea de control de faena en Swift pero luego pasó a Mattievich. Allí se faenan unos 300 vacunos por día y es una industria que exporta carne. Por eso no entiende el ajuste. “No sobra gente como dicen en el gobierno, sino que falta”, expresó el trabajador en diálogo con El Ciudadano.

Si bien en una reunión le avisaron que el plan de ajuste de la cartera que conduce Luis Miguel Etchevehere no contemplaba despidos en Rosario, el 26 de abril pasado llegó la sorpresa.

Con 57 años y dos hijos estudiantes (otros dos ya se independizaron) ve difícil reinsertarse en el mercado laboral. “Está brava la mano. El único ingreso de mi familia era este. Mi esposa y mis dos hijos más chicos dependen de mi salario”, dijo. Y agregó: “Para el gobierno somos un número. Durante 20 años le cumplí al organismo y ni siquiera faltaba por enfermedad”.

Laura trabajaba en la subsecretaría de Agricultura Familiar. Asistía a pescadores y horticultores, mayormente de Rosario y San Lorenzo. A diferencia de Claudio, ella sabía que podía ser echada. “Desde que asumió el gobierno pienso que me van a echar. Me daba cuenda del cambio de clima laboral que hubo”, dijo.

Laura es veterinaria y da clases en la UNR, en la facultad ubicada en Casilda. El salario como docente le alcanza justo para cubrir el costo del boleto de colectivo. Su pareja tiene un empleo informal y son padres de una niña.

Según contó a El Ciudadano “la falta de empleo hace que mucha gente se vuelque a la pesca o a las chacritas”, por lo que refutó el argumento oficial de que sobra gente en el ministerio.

Entre los principales logros de la subsecretaría de Agricultura Familiar Laura destacó el monotributo social agropecuario: “Permitió a muchos pequeños agricultores formalizar su economía, tener aportes jubilatorios y una obra social para toda su familia”.

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