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Los problemas de diciembre ya se anticiparon a octubre

En el Congreso las cuentas se le pueden complicar al oficialismo tras las legislativas.

El apuro en votar cuanto antes el Presupuesto nacional 2014 no registra antecedentes cercanos en la práctica parlamentaria del país. Lo habitual en medio de una elección de medio término (que todo indica le complicará la vida al gobierno en el Congreso) hubiera sido apurar la agenda de votación de temas pendientes, como el Presupuesto 2014, los impuestos que vencen este año y hay que renovar o la renovación de la vigencia de la ley de Emergencia Pública que acompañó a los Kirchner en toda esta era, tras la elección del 27 de octubre y aprobarlos antes del 10 de diciembre cuando cambie la composición de las cámaras.

Pero el peligro de la falta de quórum, como anticipó este diario el pasado 23 de agosto, comenzó a acechar al Congreso y al kirchnerismo para mucho antes que esa fecha. Y de ahí la decisión de jugar las votaciones ahora, en medio de la campaña.

La explicación esencial es algo que el peronismo calla por estos días: el clima político cambió tanto en las bancadas como en los recintos. Hoy el oficialismo le teme más al efecto que produzca dentro de sus bloques (que vienen registrando pérdidas ya en estas últimas semanas) el panorama numérico que se verá tras el resultado de octubre, que al impacto mismo de ese resultado cuando se constituya el nuevo Congreso. La diferencia es un problema de tiempos que se vuelven escasos.

Está claro que con la inactividad enfermiza que mostró el Congreso en los últimos tiempos fijar un nivel comparativo de efectividad en la sanción de las leyes es algo casi imposible.

Pero hay indicios que son claros: más resfríos, viajes, ausencias justificadas o no que exigen esfuerzos inhumanos de la conducción para mantener comisiones funcionando o los recintos en acción. De hecho cubrir los quórum en esos cuerpos que dictaminan los proyectos en algunos casos se volvió un complejo ajedrez.

Ayer el kirchnerismo pudo respirar: no tuvo que reunir el quórum en Diputados para aprobar la reapertura del canje: el radicalismo, el PRO y el peronismo rebelde estuvieron en el recinto. Pero será la última ocasión, quizás, para una votación consensuada.

Debe reconocerse también que el deterioro del número y el peligro de no contar con quórum tras la elección de octubre no es el único argumento para el apuro en aprobar el Presupuesto. El gobierno quiere dar una señal clara de normalización en la deuda con los holdouts y para eso no sólo existirá la reapertura del canje de deuda. Noticias sobre las garantías para el Fondo de Desendeudamiento (alimentado como cada año de reservas del Banco Central) vendrán una vez más dentro del proyecto de Presupuesto nacional. También se espera en el Congreso que haya señales hacia el Club de París y la situación de los juicios contra el país en el Ciadi (órgano de arreglo de diferencias del Banco Mundial).

Todo a tiempo, con el proyecto de Presupuesto 2014 presentado y quizás votado en Diputados, para que Cristina de Kirchner lo lleve a Nueva York, cuando viaje a la Asamblea General de las Naciones Unidas que arranca el 23 de septiembre.

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