Durante los últimos doce meses el precio de los alquileres de departamentos monoambientes y de un dormitorio en Rosario aumentaron entre un 48% y un 50%, valores muy por encima del 40,7% de inflación promedio ratificado por el Indec durante ese período.
Según un informe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, inquilnas e inquilinos debieron contar con 12.500 pesos para afrontar el alquiler de un monoambiente, 15.500 pesos para ingresar a una unidad de un dormitorio y 21.250 para uno de dos habitaciones. A esto hay que sumarle el monto de las expensas, que suelen representar el 16% del precio de alquiler.
Se trata de los valores promedio que ofrece el mercado inmobiliario para acceder a una vivienda, sin contar el cobro inmobiliario para el ingreso. Si bien para quienes aún cumplen un contrato rige el congelamiento de alquileres, con vigencia hasta fines de marzo, los precios para quienes necesitan ingresar a un nuevo hogar evolucionaron mes a mes por encima de los niveles de inflación.
Respecto al tema, desde la Asociación de Inquilinos ya manifestaron su rechazo al anuncio de no prórroga del Decreto 320/2020 que congela alquileres y suspende desalojos. En ese sentido, hicieron una serie de pedidos para ayudar a las familias que deberían renovar en abril.
Entre las peticiones sugieren: congelamiento de alquileres por dos años, la implementación de un plan de 24 cuotas para cancelar deudas y un escalonamiento de los grandes, medianos y pequeños propietarios para el cobro de atrasos.
Por otra parte, pidieron al propio intendente Pablo Javkin que eleve el monto actual, de 35 mil pesos para préstamos a inquilinos a 60 mil pesos, para que puedan acceder por medio del Banco Municipal.
El trabajo del Ceso agrega que un inquilino que vive en un monoambiente, y desea mudarse a un departamento de un dormitorio debe gastar en alquiler 3.000 pesos más. Para quien desee mudarse a uno de dos dormitorios, deberá pagar 5.750 adicionales. Es la diferencia que deben asumir aquellas familias que crecen en cantidad de integrantes y buscan evitar condiciones de hacinamiento.
Para llevarlo a un caso concreto, un jubilado que cobra el haber mínimo debe destinar el 60,8% de su ingreso para alquilar un monoambiente que ronda los 12.500 pesos. Mientras que una trabajadora o un trabajador que percibe el Salario Mínimo Vital y Móvil, debería destinar el 57,9% de su ingreso para ocupar una unidad de ese tipo.
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