Economía

Distribución y desigualdades

Los ingresos laborales en los hogares argentinos superaron a los de 2020 y 2019

Datos del Indec relevaron que durante el segundo trimestre, más hogares argentinos tuvieron la posibilidad de generar dinero producto del trabajo de alguno de sus integrantes. Entre las familias con ingresos más bajos predominaron los ingresos no laborales


Según los datos de Evolución de la Distribución del Ingreso que dio a conocer el Indec para el segundo trimestre de 2021, los ingresos laborales en los hogares argentinos superan los niveles que se relevaron durante el mismo período de 2020 y 2019. A su vez, los ingresos no laborales, estuvieron por debajo de los registros de esos últimos dos años.

Este último indicador tuvo mayor injerencia (un 66%) en la economía de los hogares argentinos que reúnen menor cantidad de dinero. Para el Indec los no laborales, son los ingresos que se perciben a partir de jubilaciones, pensiones, subsidios, ayuda social del gobierno, alquileres o ayudas de otro tipo. A su vez representan la menor injerencia en los hogares con mayores ingresos, específicamente fue de un 11,7%.

El informe detalló que durante el segundo trimestre de 2021 los ingresos laborales representaron el 76,5% de los ingresos totales en los grupos familiares, mientras que los ingresos no laborales alcanzaron el 23,5% restante. En el mismo período de 2020 la proporción fue 69% y 21% respectivamente, mientras que en 2019 fue de 73,5% y 26,5%. Es decir que durante este último período, los datos no solo mejoraron respecto al año pandémico sino que se ubicaron también incluso por encima de los de 2019.

Si bien el cálculo denota que más hogares argentinos tuvieron la posibilidad de generar dinero producto del trabajo de alguno de sus integrantes, no se puede precisar a partir de los datos, de qué tipo de trabajo se trata o en qué ámbito (si en el sector privado, público, registrado, informal o autónomo). Sí se puede proyectar a partir de datos oficiales, que estiman que hay un estancamiento en el empleo registrado privado y los puestos que se van generando corresponden al sector público o a categorías relacionadas con la precariedad.

La Evolución de la Distribución del Ingreso ordena a la población o a los hogares por deciles, es decir por los montos de ingresos que perciben de menor a mayor, agrupados en subconjuntos que contengan cada uno el 10% del total de ingresos. Al comparar cada uno de los deciles correspondientes a los ingresos familiares con los del año pasado, se observa que el porcentaje de ingresos laborales creció significativamente, sobre todo a partir del cuarto decil. En 2019 y 2020 representaron el 58,9% y el 52,6% respectivamente, mientras que en 2021 fue el 63,6%.

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Al analizar de manera individual y por género, el informe expone que quienes reciben el mayor porcentaje de ingresos no laborales son las mujeres del tercer decil. Para ellas, el 69,2% de sus ingresos son de ese tipo y apenas el 30,8% son producto de una relación laboral.

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Para este indicador, los últimos valores publicados también cedieron respecto a los últimos dos años. En 2019 el 77,1% de los ingresos que percibían las mujeres del tercer decil eran no laborales, mientras que en 2020 pasaron a representar el 78,4%.

Desigualdad en la distribución

Por otra parte, el informe oficial también mide el coeficiente Gini, un indicador de la desigualdad en la distribución del ingreso. Toma valores comprendidos entre 0 y 1. El valor 0 corresponde al caso de “igualdad absoluta de todos los ingresos” y el valor 1, al caso extremo contrario.

Ese índice también expuso una leve mejora respecto al mismo período del año 2020 y arrojó un resultado idéntico al de 2019. El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,434 para el segundo trimestre de 2021 mientras que, en el mismo trimestre de 2020 fue de 0,451, lo que muestra una disminución de la desigualdad.

La brecha calculada entre la mediana del decil 10 y el decil 1 de ingreso per cápita familiar de la población fue de 16. En la comparación interanual, la brecha de la mediana se redujo tres puntos con respecto al segundo trimestre de 2020. Respecto al último trimestre sin aguinaldo (cuarto trimestre de 2020) bajó dos puntos.

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Por último, el informe mide para cada decil la cantidad de personas no ocupadas por cada 100 ocupadas. Para el caso del primer decil, es decir la población con ingresos más bajos, determinaron que hay 310 personas desocupadas por cada 100 ocupadas. Mientras que en el decil 10 (el de mayores ingresos) la relación fue de 81 no ocupados cada 100 ocupados.

En la comparación respecto a los dos años anteriores vuelve a notarse una leve mejora en los números que corresponden a los deciles más bajos. Lógicamente los datos de este segundo trimestre superan a los del peor momento de la pandemia, donde el decil 1 contenía a 448 no ocupados por cada 100 ocupados. Pero también mejoraron a los de 2019, donde ese primer decil tenía 330 personas no ocupadas cada 100 ocupadas.

Si bien los números aún representan mejorías muy leves, se trata todavía del análisis de una etapa atravesada por las restricciones que demandaron la segunda ola de coronavirus en el país. Desde el gobierno esperan que el efecto rebote de las flexibilizaciones se traduzcan en mejores indicadores para la etapa complementaria de 2021.

 

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