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El sábado en La Sala de las Artes

Los hechizos de Juana Molina

A dos años de la edición de “Halo”, su último disco, la cantautora vuelve a Rosario este fin de semana para adelantar nuevas canciones e interpretar sus temas llenos de letras misteriosas que tocan la brujería, la premonición y los sueños como historias centrales


Sin nuevo disco en el horizonte aunque con algunas canciones en proceso, y a dos años de haber presentado su último material titulado Halo con un recordado show en el Galpón de la Música, Juana Molina vuelve a Rosario este fin de semana para reinterpretar y adelantar creaciones. Lo hará en el marco de una gira nacional que inició en Buenos Aires y que planea pasar por Mendoza y Córdoba entre otras ciudades.

Halo fue editado en 2017 y estrenado ese mismo año en La Cúpula del Centro Cultural Kirchner (CCK), del mismo modo que en Rosario, Córdoba y en varios países europeos y Estados Unidos. Se trata del séptimo disco de la artista, en el que confirma el camino experimental de su álbum predecesor, un registro con el que se pueden visitar diversos paisajes y donde la música remite a lugares no necesariamente reales que se van creando con cada nota.

Con ritmos hipnóticos que parecen extraer su energía de rituales inmemoriales siempre cambiantes, las letras misteriosas aparecen expresadas como metáforas de estados emocionales. Repleto de texturas y climas, la búsqueda de Molina, según confió en un diálogo con El Ciudadano, se posiciona en indagar en “lo esencial de cada canción”.

Es así como las voces a veces se alejan de la palabra y el significado para ser reducido a fonemas abstractos y onomatopeyas. En las doce canciones de Halo los procedimientos compositivos e interpretativos alcanzan un grado de refinamiento y sofisticación únicos con letras misteriosas que a menudo tocan la brujería, la premonición y los sueños, siempre utilizados como metáforas de los estados emocionales. De esta manera, Molina se acerca a la música de una manera muy física e intuitiva: cada instrumento y recurso electrónico es una extensión de su cuerpo y se utiliza para expresar sentimientos y estados de ánimo.

En sus conciertos, la cantautora no está sola. Su banda forma su soporte sonoro. Pero además están las variadas herramientas tecnológicas con las que la artista busca recrear esas capas y exploraciones tímbricas grabadas en el disco, con la pulsión del vivo. “Las texturas las tengo en mi teclado porque son los sonidos que yo armo. Todos los instrumentos que uso para grabar están en el escenario. Hay una cantidad de cosas que suceden al mismo tiempo”, dijo Molina.

El nuevo material confirma el camino experimental iniciado años atrás por la artista, a la vez que se constituye como un nuevo mojón en la construcción de una voz propia e inconfundible. Para la cantante y compositora, Halo, “es un trabajo en desarrollo”.

De hecho, sus trabajos se van fraguando en las distintas etapas, o congelando en distintos discos como una necesidad de dejar plasmado un tiempo, “para seguir haciendo otras cosas, porque editarlas es una manera de ponerse a pensar en otra cosa”, expresó en relación con las canciones.

Con la libertad como bandera, la clave de la artista, según dijo, es “no tener miedo”. Y sobre eso ahondó: “No es importarte el qué dirán, hay que hacer lo que se tenga ganas de hacer. Eso no significa hacer cualquier cosa, se trata de hacer lo que realmente tengas ganas, sin filtros pero con criterios. Esa sería la libertad absoluta: estar seguro de lo que vas a hacer. Lo que le pase a los demás es cosa de ellos y no tiene que ver con vos”.

El primer corte de difusión del disco fue “Cosoco”, y en simultáneo se lanzó el videoarte de la canción “Lentísimo Halo”, dirigido por Mariano Ramis. “Mariano es un purista de la imagen. La mayoría de las tomas de ese video las filmó él y después lo que hizo fue transcribir cuadro a cuadro todas las filmaciones a una impresora”, contó Molina. Y al mismo tiempo explicó que el director utilizó una técnica que prescindió de lo digital: “Pintó con salsa de soja porque descubrió que la salsa se comporta de una manera particular con el papel que usa”.

El videoclip de lanzamiento fue “Paraguaya”, la primera canción del disco. El clip fue dirigido por la misma Juana y Alejandro Ros, y además cuenta con la participación de su madre, la actriz Chunchuna Villafañe. La estética de una casa oscura crea la atmósfera perfecta para que una madre bruja le enseñe a su hija cómo hacer pociones, recitar oraciones y bailar.

Para agendar:

Juana Molina vuelve a Rosario para tocar Halo, su último disco, y adelantar algunas creaciones, en un concierto que tendrá lugar este sábado, a partir de las 21, en la Sala de Las Artes de Suipacha 98 bis. Las entradas anticipadas se encuentran a la venta en Córdoba 1369, San Martín 876 y Corrientes 755.

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