Espectáculos

Los diarios íntimos de Calamaro

“A veces estoy donde tengo que estar, y Paracaídas & Vueltas te llevará conmigo". Calamaro editó sus textos encontrados en forma de diarios íntimos: prosas, cartas, recuerdos, anécdotas. Según declara, sin mostrarse como “un forajido de noches interminables y guitarras eléctricas anunciadas con los huesos y la calavera de una bandera pirata”


 

Andrés Calamaro debuta en el formato de los libros después de tres décadas y media de rock and roll, y lo cuenta en primera persona. Grupo Planeta editó en España y Argentina, el libro de Andrés Calamaro “Paracaídas y vueltas”, que lleva por subtítulo “Diarios íntimos”, y en el que se reúnen “alrededor de doscientos textos escritos por Andrés Calamaro en los últimos años: relatos de ficción, ensayos y columnas de opinión, grabados al aguafuerte, reseñas, crónicas, efemérides, letras de canciones (inéditas y también populares), aforismos y pensamientos diversos. En definitiva, un compendio de sus “vueltas por la vida” escrito con la sinceridad y la desnuda profundidad emocional que emanan sus textos”

El libro contiene imágenes que se presentan como inéditas de su álbum personal, de actuaciones en directo y del archivo del sello discográfico DRO, realizadas durante grabaciones y sesiones de fotos.

Destinado a desnudar el mundo íntimo de Andrés Calamaro, en Paracaídas se recorren los viajes, las giras, las nostalgias, las músicas. En primera persona, nos invita a la intimidad del rock, su escritura, sus cartas iluminadas, el feedback con su público, la sensación del rocker ante el auditorio ya vacío. Calamaro cuenta lo que quiere, habla de mojones de la cultura argentina, su taurina pasión visceral, el realismo sucio y melancólico. Las personalidades que rescata del camino, Camarón, Mercedes, Charly y Pappo, entre muchos otros. Los recuerdos que marcaron su arte y también su leyenda.

 

“Paracaídas y vueltas” está estructurado por capítulos que le permiten agrupar los distintos temas y personajes: Pedazos rotos, Los que no están (Los que siempre están), Pan bendito, Molinos de viento, Cuidadaños, Ficcionarios y Findelmundismo (diario íntimo), La vuelta al día en ochenta mundos, Cargar la suerte (Aguafuertes taurinas), ¡Arriba las manos! (Aguafuertes bandidas), Correspondencia con Enrique Symns, Solitaria prosa cubana (versos y microversos).

 

Confeso participante en las redes sociales, Andrés dedica un segmento de su libro a contestar inquietudes de sus seguidores, en la sección Tu molestia no pregunta, (el consultorio del Dr Rock). En esas páginas se lee el mensaje de Ruth:Soy una chica joven, toco la guitarra y canto. Me gustaría cumplir mi sueño de ser cantante conocida. ¿Por donde debería empezar?”. Calamaro le contesta: “Tendrías que elaborar un conjunto de virtudes que no den lugar a dudas: canciones arrebatadora cantadas con encanto irresistible. Empieza por un repertorio original y encantador, una interpretación capaz de enamorarnos, una imagen que derrita corazones. Voluntad y paciencia. Desvestirse también funciona. ¿Quítate la ropa!. Suerte con esto y con aquello”.

 

Página 186: Laberintos poéticos de misterio

Es complicado adivinar y compartir el sentimiento de terceros frente a nuestras canciones, en la solitaria escuchada o en los recitales rituales. Quizás haya que prestar más atención a esta clase de realidades sutiles pero ciertamente reales, mucha gente respira emociones con la música, encuentra en los textos pistas para explicar con palabras lo que vive. O laberintos poéticos de misterio, donde apenas una palabra va a abrir un código para entender algo, o instalarse en un nuevo estadio de la conciencia o confusión. Sabemos que algo en las melodías y las armonías, algo en el canto y en la palabra, termina siendo un asunto de relativa importancia en la vida de los demás, pero también lo olvidamos con frecuencia, concentrados en nuestros propios mecanismos de músicos en directo.

 

Página 172: “Ni canalla ni leprosa: rockera y generosa”

Confío en que el respetable haya vivido este instante fecundo con la misma intensidad y alegría que nosotros. Fue un cierre de gira emotivo también porque nos despedimos de coreutas, recordamos a Miguel y a Pappo. Y ese océano de personas que me tocó las fibras. No existen corazones preparados para soportar semejante descarga, Gracias, Rosario, por hacerme creer que me gané las profundas sensaciones que nos brindaron a mis compañeros y a mí. Rock and Roll de verdad, guitarras de verdad, canciones de verdad. Y tremenda comunidad entre multitud y los músicos, sonido y luces. De ritual de la banana rockera.

Rosario de frívola no tiene un pelo (….).

Con mi mayor humildad, gracias a la vida que me ha dado tanto.

Ni canalla, ni leprosa: socialista y generosa. Nos diste un sentimiento que nos llevamos guardado en nuestros interiores, Y no es demagogia creer que cada recital tiene que ser el mejor, es para eso para lo que somos músicos de rock.

Hay dos clases de conciertos: el mejor de la vida y los demás, que no nos dejan del todo conformes. Los otros.

23 de marzo de 2008.

 

Andrés Calamaro. Paracaídas y vueltas. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Planeta, 2015. 288 páginas.

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