Franco Scala
Los clubes que pertenecen a la Rosarina cerraron sus puertas una semana antes de que el presidente Alberto Fernández decretara la cuarentena obligatoria a raíz de la pandemia del coronavirus. Pero con el correr de los días muchos de ellos debieron reabrirlas. Esta vez no para ver correr a los miles de chicos y chicas que contienen todas las semanas, sino para ayudar para los que más lo necesitan. A esas familias que la están pasando realmente mal. Que esta situación las desbordó por completo.
Las instituciones deportivas son más que eso. Cumple un rol social fundamental en la comunidad. Albergan, contienen y entretienen a miles de personas todos los días del año. Pero ahora la apuesta es otra. Es momento de colaborar de otra forma. Muchos clubes han dispuesto de sus instalaciones para recibir productos esenciales con el objetivo de ayudar a las familias, ya sean de la misma institución o del barrio, que han perdido el poder adquisitivo por la pandemia del coronavirus. Otros realizan ollas populares para dar una ración de alimentos y darle la posibilidad de tener un plato de comida en sus hogares. La realidad es esa. Hay gente que no tiene ni para comer.
Torito, Alianza, Pablo VI, Social Lux, Morning, Tiro Suizo, Argentino, San Telmo de Funes, Gálvez, Defensores Unidos, Unión de Álvarez, Sportivo Álvarez, Botafogo, Banco, 14 de Junio, Unión Central (La Carpita), Federal, Luchador son algunos de los clubes que empezaron a dar una mano. Algunos optaron por colecta de alimentos de primera necesidad para luego repartirlos en bolsones y otros por ollas populares cocinando arroz, polenta o fideos. Con el correr de las semanas, y teniendo en cuenta que la cuarentena va a continuar tal como se anunció ayer, seguramente se sumarán más clubes a esta cruzada.
Y todo lo hacen a pulmón. Con la solidaridad como máximo estandarte. Desde hace poco más de un mes a los clubes de la Rosarina no le entra ese dinero que reciben mes a mes. Ya sea por las cuotas societarias o las entradas vendidas en cada jornada de competencia. Pero eso no importa. Lo esencial es ayudar. Ahora es tiempo de cumplir el rol social. El deportivo quedará para más adelante.
En diálogo con El Hincha, el presidente de la Rosarina Mario Giammaría, ponderó la labor de los clubes que decidieron ser solidarios en esta difícil situación.
“Felicito a todos los clubes que se esfuerzan para acercar un plato de comida o alimentos a los que más lo necesitan. Realmente resulta conmovedor su compromiso y solidaridad en momentos difíciles como el que estamos viviendo”, expresó Giammaría.
En el algún momento todo volverá a la normalidad. Esta pesadilla terminará. Los clubes se volverán a llenar de chicos y chicas corriendo detrás de una pelota. Y cuando miren para atrás todos recordarán que en la peor situación que existió en los últimos años las entidades deportivas dieron la cara y sirvieron de refugio para los más necesitados.
La idea es ayudar, pensar en el prójimo. Comprender que el club no está solamente para festejar triunfos, títulos o ascensos. También está para dar una mano. A pesar de no tener los recursos económicos se las ingenian para realizar un trabajo invalorable. Con o sin la colaboración del estado. Sí con la convicción de hacer lo correcto. De ponerse en el lugar del otro.
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