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El boxeo festeja su día

La histórica pelea entre el argentino Luis Ángel Firpo frente al norteamericano Jack Dempsey, el 14 de septiembre de 1923 en New York, fue instituida como día del boxeador en Argentina.

El enfrentamiento entre el argentino Luis Angel Firpo ante el estadounidense Jack Dempsey el 14 de septiembre de 1923, en Nueva York, es recordado como “La Pelea del Siglo”, y en esa fecha en Argentina se instituyó el “Día del Boxeador”, que encuentra hoy al boxeo nacional con cinco campeones mundiales.

Omar Narváez (supermosca OMB), Sergio Martínez (mediano CMB), Marcos Maidana (interino superligero AMB), Luis Lazarte (minimosca FIB) y Juan Carlos Reveco (minimosca AMB) reinan en el mundo y prestigian al boxeo argentino, que es considerado como uno de los más importantes en América Latina.El histórico enfrentamiento entre Firpo y Dempsey ocurrido hace 87 años marcó un hito en la historia del pugilismo argentino. En reconocimiento a la epopeya concretada por el “Toro Salvaje de las Pampas” en el Polo Grounds de Nueva York.

La actuación del bravo púgil criollo, pese a la derrota final,  quedó grabada no sólo en la memoria de los casi 90 mil asistentes al Polo Grounds, sino en muchos aficionados que más tarde pudieron apreciar, a través de registros fílmicos, cómo el argentino derribaba al campeón mundial y lo sacó del ring.

Una furibunda derecha lanzada por Firpo tras una seguidilla de golpes algo desordenados, impactó en el rostro de Dempsey, quien salió despedido entre las cuerdas cuando se desarrollaba el primer asalto.

En ese sector, a la vera del ring, estaba el cronista Jack Lawrence y el operador de Western Union, Perry Grogan, quienes ayudaron a reingresar al cuadrilátero al llamado “Asesino de Manassa”, ante la permisividad del árbitro local Johnny Gallagher, quien no realizó la cuenta en forma reglamentaria e hizo seguir el pleito.

Algunos testigos de aquel enfrentamiento dicen que Dempsey estuvo cerca de 17 segundos fuera del cuadrilátero, lo cual hubiera derivado en el triunfo inmediato del peleador de Junín.

El argentino cayó en nueve oportunidades en la pelea (siete en el primer capítulo y dos en el segundo y último).

En Buenos Aires, miles de aficionados se agolparon frente a los periódicos porteños para escuchar por los altoparlantes el combate transmitido desde el mismo Polo Grounds.

Tras la memorable actuación de Firpo en esa pelea, las autoridades porteñas legalizaron el boxeo profesional que hasta entonces estaba prohibido y sólo se practicaba en forma clandestina.

El boxeo argentino tuvo décadas de gloria en el amateurismo, donde cosechó siete medallas doradas, otras tantas de plata y 10 de bronce en la historia de los Juegos Olímpicos.

El período épico se dio entre los años 1920 y 1950, siendo hasta el momento el deporte que mayor cantidad de preseas entregó en la máxima cita deportiva.En el campo profesional, Argentina logró hasta el momento 35 títulos mundiales entre los boxeadores varones. El primero resultó ser el  mendocino Pascual Pérez, en 1954.

También se consagró el legendario Carlos Monzón y otros con menos brillo pero notable técnica o guapeza, como Horacio Accavallo, Nicolino Locche, Víctor Galíndez, Santos Laciar y Omar Narváez.

Y también entre las mujeres, Argentina cuenta con seis campeonas mundiales. La pionera, en ese sentido, es la formoseña Marcela “La Tigresa” Acuña (supergallo AMB y CMB), quien ostenta su corona, junto a Carolina Gutiérrez (supermosca AMB), Jessica Bopp (minimosca AMB y OMB), Anabella Farías (interino ligero CMB), Mónica Acosta (superligero CMB) y Yésica Marcos (interino supergallo AMB).

El pugilismo argentino supo y sabe de historias gloriosas, de esas que no se borran con el tiempo y se seguirán recordando más allá del “Día del Boxeador”, aunque este homenaje sea un justo reconocimiento anual a un deporte plagado de hitos.

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