El gobierno provincial aporta cada año cerca de cien millones de pesos al fondode los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) y en el 2009 recibió sólo uno como contrapartida. Semejante desproporción tiene su raíz en que el gobierno nacional hace tiempo que reparte un porcentaje muy bajo en este renglón, llegando a acumular con todas las provincias argentinas una deuda de 9.000 millones, de los cuales cerca de 500 tendrían que haber vuelto a Santa Fe. Según palabras del viceministro de Economía de la provincia, Carlos Fernández, “en todo el 2009 recibimos cerca de un millón de pesos, no más. En el 2008 podemos hablar de seis o siete millones. Nada, comparado con lo que debería ser”.
Pero la peor noticia para Fernández llegó el jueves pasado, cuando se conoció la intención de canjear esa deuda por parte de la que las provincias tienen con la Nación. Mala noticia porque la provincia es una de las pocas que no tienen deuda con la Nación. Por lo tanto a Santa Fe no hay de dónde descontarle.
El fondo de los ATN siempre generó polémica, fundamentalmente porque permite que el Ejecutivo nacional lo reparta discrecionalmente. En los tiempos de Carlos Menem hicieron ruido los fluidos envíos a La Rioja. Y de ahí para adelante siempre hay quien se sintió discriminado.
Pero en los últimos tiempos no se llega siquiera a la categoría de discriminación. Los fondos no aparecen. Van a saciar la sed de las cuentas nacionales.
Según Fernández, “el gobierno de Cristina Kirchner está obligado a informar trimestralmente el destino de los fondos pero, como tantas otras cosas, no se cumple”.
El ministro admite tener deudas con el BID, el Banco Mundial, y el Fondo Fiduciario para el Desarrollo, pero no con el Estado nacional. El drama es que no tener deuda en este caso juega en contra, porque nadie puede establecer, al ser discrecional, qué cantidad de esos fondos deberían haber venido a Santa Fe.
Según la ley de Coparticipación, los ATN, aportes no reintegrables, se conforman con el uno por ciento de los recursos coparticipables y el 2 por ciento de lo recaudado por el impuesto a las Ganancias.
Fernández resaltó que el fondo, pese a estar creado para financiar a las provincias, suele ir a los municipios, sobre todo los del mismo signo político que el gobierno. Con lo poco que ha llegado hasta el momento, destinado a algunos municipios, la provincia se reservó el derecho de reasignar las partidas que favorezcan a algún municipio en especial. Lo hizo a través de un decreto.
“El sistema –dijo Fernández– funciona así: van a tocar timbre a Buenos Aires, en el Ministerio del Interior, y listo. De acuerdo con el color político le dan o no”.
Quinientos millones no es una cifra menor, especialmente si se la suma a los 4.000 que ya reclamó formalmente la provincia, en concepto de retenciones indebidas en Ansés (2.000), Afip (800) y el impuesto al Cheque (1.200). Sumado todo, da un número similar a los fondos que daría la reforma fiscal multiplicados por cuatro.
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