Los dos acusados por el asesinato de Silvia Suppo, testigo clave de la denominada Causa Brusa, confesaron haber matado a la docente pero negaron que el crimen guarde relación con fines políticos, informaron voceros judiciales.
Suppo fue asesinada la semana pasada en su comercio de la ciudad de Rafaela de nueve puñaladas y por su carácter de testigo en causas contra represores santafesinos una de las hipótesis que no se descartaba era la de un crimen por encargo.
Los acusados, detenidos en la ciudad de Santa Fe, son Rodrigo Sosa, de 19 años, y su primo Rodolfo Cóceres, de 22, quienes ayer fueron interrogados por el Juez de Instrucción en lo Penal número Dos de Rafaela, Alejandro Mognaschi.
Ambos coincidieron en señalar que ingresaron al local ubicado en Sargento Cabral al 200 con fines de robo, y que luego la mataron para evitar ser reconocidos.
Sosa dijo que conocía a su víctima porque en un par de oportunidades le había lavado el automóvil, actividad a la que se dedicaba en inmediaciones al negocio.
La confesión de los dos hombres orienta la causa hacia el de un crimen común, sin motivaciones políticas, no obstante lo cual el fiscal Rodolfo Zender seguía sin descartar ninguna hipótesis.
Para el funcionario judicial fue un “hecho repulsivo” y el caso debe resolverse sin que “no quede ninguna duda”.
Mognaschi recibió ayer el sumario policial e inmediatamente interrogó durante toda la mañana a los acusados, asistidos por la defensora oficial Magdalena Santa Cruz.
Ya en sede policial Cóceres había admitido la autoría del homicidio e involucrado a Sosa, que hasta ayer se había negado a declarar.
Silvia Suppo declaró en la Causa Brusa, en el marco de la cual en diciembre pasado fueron condenados a penas de entre 19 y 23 años de prisión el ex juez federal Víctor Brusa y cinco ex policías, por haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
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